Fútbol Americano
Mariana Barasoain 5y

Argentina tuvo una hinchada más amistosa que el propio partido

CÓRDOBA (Enviada especial) -- Aunque en la previa se dudaba si la Selección de Scaloni, despojada de sus figuras habituales, lograría despertar el fervor de los hinchas, el estadio Mario Alberto Kempes fue una fiesta.

Es cierto que las localidades no se agotaron y que hubo que darle un empujón a la convocatoria poniendo en promoción el precio de las entradas. Y también es cierto que los adultos podían llegar acompañados de un menor sin que éste último abone el ticket.

Pero eso no le quita importancia al imponente marco que albergó el amistoso entre Argentina y México, sino al contrario.

A la renovación del plantel que propuso Scaloni se le agregó otro cambio de aire: un público amigable, lejano de la hostilidad con la que muchas veces se trató a la Selección.

Sin cantos largos y rebuscados, apelando a las tradicionales canciones que todos saben y, que si no saben, rápidamente pueden aprender.

Con un "Vamos, vamos, Argentina", una "ola" en la que todo el estadio se prendió y muchos gritos de aliento para los jugadores.

Sin ningún silbido, ni siquiera para los mexicanos. Fue una hinchada más amistosa que el propio partido.

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