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Alemania muestra signos de mejora a pesar del descenso en la Liga de Naciones de la UEFA

La sonrisa irónica de Timo Werner después del silbato final en la Veltins-Arena traicionó una oleada de emociones encontradas, desde ira, optimismo y arrepentimiento.

En primer lugar, había un sentido de orgullo. El delantero del RB Leipzig tenía muchos motivos para estar satisfecho con su propia actuación, anotó un excelente gol y se encontró bien con sus compañeros durante toda la noche: El jugador del Bayern, Serge Gnabry y Leroy Sane del Manchester City, quien anotó después de Werner.

El joven trio deslumbrante fue factor clave en una Alemania jugando su mejor partido contra un rival fuerte desde que ganó la Copa del Mundo en Brasil hace cuatro años.

"Fuimos geniales, tuvimos muchas oportunidades y no les dimos un solo tiro al gol", dijo Werner después del partido.

Pero 85 minutos de dominio casi completo contra Holanda se volvieron casi absurdos cuando los anfitriones inexplicablemente no pudieron asegurar el juego y se las ingeniaron para regalar "dos goles estúpidos" y terminar con un empate a dos. "Un final apropiado para el año", señaló el delantero, de 22 años de edad, sarcásticamente.

Cuatro victorias, tres empates, seis derrotas: ninguna selección de Alemania había registrado una marca similar en un año, donde destaca la eliminación en fase de grupos en Rusia 2018 y descendiendo en la campaña inaugural de la Liga de Naciones. Además, al empatar Polonia con Portugal, los hombres de Joachim Löw cosecharon un enorme fracaso, ya que tampoco estarán entre los 10 mejores sembrados para el sorteo de la Euro 2020.

El gerente deportivo, Oliver Bierhoff, se mostró enormemente "molesto" por la oportunidad perdida de conseguir mejores resultados y olvidará actuación en el Mundial. El directivo sintió que los "aspectos psicológicos" entraron en juego en el duelo ante Holanda.

"Se podía sentir que la serie de resultados negativos pesaba en la mente del equipo", dijo. "Podríamos haberlo terminado con una experiencia positiva para ganar un poco de confianza".

El mediocampista Toni Kroos propuso una teoría ligeramente diferente. El jugador del Real Madrid consideró que el equipo había cometido el error de no controlar el balón lo suficiente "en los últimos 25 minutos para sacar el juego".

"Tenemos que llegar al punto en que el rival sienta que ya no tiene sentido intentarlo", señaló el jugador de 28 años, lo que implica que una mezcla de la inexperiencia de Alemania y la idea táctica les había costado la victoria.

Las sustituciones de Löw en la segunda mitad al ingresar hombres como Thomas Muller, Marco Reus y Leon Goretzka finalmente resultaron perjudiciales, y ambos goles holandeses se produjeron después de errores individuales en el mediocampo.

Sin embargo, independientemente del doloroso desenlace del juego, esta no fue una noche de crítica pública. Todos los jugadores que se detuvieron a hablar con los medios de comunicación junto a los visitantes preferían ver el resultado como un desafortunado accidente y su desempeño general como un signo de mejora innegable.

"Lo positivo claramente supera a los negativo", declaró Muller. "Los últimos tres juegos han demostrado que hemos aprendido nuestras lecciones de la Copa del Mundo y estamos en el camino correcto para llegar a la cima nuevamente. Estamos trabajando para lograrlo".

Al igual que Bierhoff, quien advirtió que las conversaciones sobre "jugadores viejos y jóvenes" eran exageradas, el delantero del Bayern de 29 años sintió que sería contraproducente concentrarse en el destino individual de los miembros del equipo.

"Todos queremos jugar y lanzar nuestro sombrero al ring [por un puesto titular], pero no llegaremos a ningún lado debatiendo sobre aquellos que no juegan tanto", dijo.

"Estamos aquí como una unidad, como un equipo. De eso se trata".

Al escuchar a Muller, uno tiene la sensación de que el vestidor había decidido colectivamente que no tenía sentido mirar atrás a los errores del pasado ahora que los brotes de un resurgimiento se han hecho claramente visibles.

"Jugar al futbol juntos otra vez, volver a ser un un equipo", insistió.

Low, agregó Muller, tenía "un buen caso" para reclamar que el está en la mejor posición para hacer que ambas cosas sucedan.

La federación alemana piensa igual. La muestra en que la actuación del lunes por la noche solo ha incrementado la confianza en las habilidades del estratega de 58 años de edad para hacer que el equipo recupere su mejor versión. Tras haber presionado inicialmente al técnico para que tuviera un buen papel en la Liga de las Naciones, una competencia que no ha sido bien entendida y que se disputó con bastante indiferencia, pero la federación llegó a la conclusión de que la vergüenza por descenso era irrelevante para que Low se mantenga al frente del equipo. Incluso quedar fuera del primer bombo para clasificarse a la Eurocopa 2020, ya que es muy poco probable que las posibilidades de Alemania de llegar a la final se vean afectadas de manera seria.

Werner, sin duda, parecía seguro de que la recuperación ya está en marcha.

"No importa a quién enfrentemos en las eliminatorias en 2019", dijo. "Habrá una Alemania diferente a la que vimos en 2018."