<
>

México, 'paraíso fiscal' del futbol

En España es noticia de primera plana. Y no solamente en esos tabloides sensacionalistas, que gustan de prepararse un asado con la vida de los famosos. Los futbolistas profesionales aparecen sentados y vestidos de civil en los juzgados de las grandes capitales del balón. A su lado, un abogado perfumado y con corbata de diseñador intenta negociar que su cliente no pise la cárcel, por sacar ventaja de lo que pagaba a la Hacienda Pública.

La cancha ibérica ha estado llena de eso. Los nombres de Marcelo, Ángel di María, Xabi Alonso y Radamel Falcao (por decir algunos) parecen peces medianos cuando se comparan con las últimas ballenas que han sido sacadas del mar: Lionel Messi, Cristiano Ronaldo y José Mourinho. El caso más reciente se dio la semana pasada: el entrenador portugués evitó un año de cárcel, tras pagar 2 millones 200 mil euros como salvavidas.

Lo de Cristiano, también, fue tan exorbitante como su prestigio y su fama. Su pago para evitar las rejas fue de 19 millones de euros. De otra galaxia, por decirlo así, al igual que el caso de Messi.

Dicen los expertos en criminología que todo sistema tiene fallas. En este caso la bisagra rota se encuentra en los ingresos por derechos de imagen. Y no es una casualidad. Las Ligas más prestigiosas del mundo tienen claridad en los sueldos que ganan los futbolistas. La prensa publica el monto exacto de sus contrataciones y cuál será el salario que percibirán mes tras mes. Ese ingreso no se pone en discusión a la hora de tributar. Otra historia sucede con las ganancias de publicidad y derechos sobre su marca, que los futbolistas prefieren depositar en paraísos fiscales. Ahí, su brillante imagen se vuelve oscura. Es esa la decisión que los vuelve más frágiles.

Es cierto que la estrategia de las autoridades españolas es agresiva. Que buscan exponer a un personaje de marquesina para dar una lección a toda la clase media. Algunos expertos se preguntan si exhibir a las estrellas es la estrategia adecuada para promover, mediante el miedo, el pago de impuestos.

México, sin embargo, se encuentra muy lejos de ese debate. En un país en el que recientemente se volvió a comprobar la existencia de dobles contratos en los clubes de futbol, pocas veces se habla de la tributación de los futbolistas. En la Liga en México es opaco el verdadero monto de los sueldos y, por lo tanto, son oscuras también las contribuciones que hacen los jugadores al Servicio de Administración Tributaria.

Apenas en junio de 2018, las autoridades fiscales mexicanas amenazaron con poner la lupa sobre los clubes. Las alarmas fueron encendidas en Veracruz, pero salpicaron a todo el futbol mexicano. No ha habido noticias de más. Y eso da pie a pensar que las cosas están lejos del orden. Todo, apoyado por un grupo de dueños de clubes que toman sus decisiones por encima de las leyes del país. Que creen que el futbol es una actividad que no debe regirse por la Ley Federal del Trabajo. Mientras España debate si es la estrategia correcta exponer a sus estrellas ante las grandes masas, México apenas empieza a preguntarse si sus futbolistas tienen dobles contratos, cuánto realmente ganan y, en consecuencia, el monto que deberían pagar. Es decir, hasta ahora, la Liga en México es un paraíso fiscal del futbol.