La segunda semana del primer asalto de los octavos de final comenzó sin goles y acabó con sorpresas.
El martes el Barça se estrelló contra su mala puntería en Lyon a la vez que en Anfield el miedo le podía a Liverpool y Bayern. Empataron a cero los dos partidos y se dio paso a un miércoles incendiario: el Atlético sufrió al VAR, que le anuló un gol a Morata para, inmediatamente, desmelenarse y dejar contra las cuerdas a la Juventus al tiempo que en Gelsenkirchen el Schalke le plantó cara hasta la extenuación al Manchester City, que se llevó un ajustado triunfo remontando en una recta final enloquecida.
OLYMPIQUE LYON 0-0 FCBARCELONA
Impotencia. El Barça llegó a rematar hasta en 25 ocasiones, aunque solamente acertó cinco de ellas entre palos en un partido que dominó ampliamente al Olympique de Lyon sin sacar rédito de ese dominio. Especialmente fallón Luis Suárez, Lopes salvó sendos disparos envenenados a Dembélé y Messi… Aunque también Ter Stegen fue providencial para evitar que el equipo de Valverde se marchase de Francia con una derrota.
LIVERPOOL 0-0 BAYERN MÚNICH
Temor. Vertiginoso el Liverpool en su apuesta, el Bayern, conocedor de las formas de Jurgen Klopp, supo frenarle y anular su impaciencia por llegar al ataque. Acabó, de esta manera, el conjunto inglés rebajando su intensidad y cayendo en la apuesta alemana, que se dejó dominar de una manera incierta y consiguiendo llevarse a Múnich un empate que le supo a oro.
SCHALKE 04 2-3 MANCHESTER CITY
Remontada. Comenzó y acabó ganando el City de Guardiola en Gelsenkirchen, pero debiendo remontar el 2-1 con que llegó a ponerse un Schalke atrevido y descarado, que supo defenderse con orden y llegó a soñar con una victoria para la esperanza, más aún tras la expulsión de Otamendi… Tras la que llegó la remontada definitiva de los citizens, con dos goles en los últimos cinco minutos ante la decepción de los hinchas locales.
ATLÉTICO MADRID 2-0 JUVENTUS
Estocada. Con tanto corazón como empuje y el apoyo incondicional de una afición entregada el Atlético dejó contra las cuerdas a una Juventus que se vio beneficiada primero por el VAR y sufrió un auténtico atropello después, con dos goles en seis minutos ante los que no tuvo respuesta, estrellándose contra un Oblak magnífico.