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BARCELONA -- El Anzhi Makhachkala representa la grandeza y miseria del futbol. Nació humildemente en 1991, en 2011 convirtió a Samuel Eto'o en el futbolista mejor pagado del mundo con un salario cercano a los 29 millones de dólares por temporada, peleó por convertirse en el mejor club de Rusia con unas inversiones multimillonarias bajo la propiedad del empresario Suleyman Kerimov, y el 3 de junio de 2022 desapareció del futbol profesional al negarle la Unión Rusa de Fútbol (RFS) la licencia deportiva para tomar parte en la siguiente temporada de la FNL2, la tercera categoría del país. Aleksandr Markarov, futbolista que entre 1971 y 1982 jugó cerca de 200 partidos con el modesto Dinamo Makhachkala, fundó el Anzhy junto al empresario y futuro presidente de Daguestán Magomed Magomedov en 1991, jugando y ganando la Liga de Daguestan antes de que la disolución de la Unión Soviética lo llevara a la segunda división rusa (tercera categoría) en 1992. Un éxito inesperado le llevó a lograr su ascenso a la Premier Liga por primera vez en 1999... Y a acabar cuarto en la temporada siguiente, logrando una impensable entonces clasificación para la Europa League. En 2001 llegó a la final de Copa, que perdió en la tanda de penalties frente al Lokomotiv Moscow, y aunque descendió en 2002, en cuanto regresó, de inmediato, a la máxima categoría se asentó entre los grandes. Asentado en la ciudad de Majachkalá, capital de Daguestán con un censo de 600 mil habitantes y situada a dos mil kilómetros al sur de Moscú, junto a la frontera con Georgia, el Anzhi adquirió popularidad, y poder, en enero de 2011 al ser adquirido por Suleyman Kerimov, cuya primera decisión fue el fichaje de Roberto Carlos. En el verano de aquel año dio el golpe del mercado, pagando cerca de 29 millones de dólares al Inter de Milán por el fichaje de Samuel Eto'o, al que convenció con un contrato de tres temporadas a razón de 29 millones anuales para convertirlo en el futbolista mejor pagado del mundo y líder de un proyecto cuya ambición era máxima. AUGE... Y FRENAZO
Aunque invirtió aquella temporada casi 125 millones de dólares en fichajes el resultado no le llevó más allá de la sexta posición al final de la Liga y motivó que al año siguiente pagara 90 millones de dólares en cinco fichajes (40 por Willian al Shakhtar Donetsk) y contratara como entrenador a Guus Hiddink con un salario superior a los 8 millones. En paralelo Kerimov, con el apoyo implícito de Magomedov, comenzó los planes para la construcción de un nuevo y moderno estadio con capacidad para 40 mil espectadores y en la temporada 2012-13 el Anzhi logró su mejor clasifiación (tercero), lo que fue considerado un fracaso porque no consiguió plaza para la Champions League del siguiente curso. Y a partir de ahí, en el verano de 2013, el proyecto comenzó a tambalearse y caer estrepitosamente. Un mal comienzo de temporada, la dimisión de Hiddink y, por encima de todo, los problemas de Kerimov con sus empresas provocaron que el dueño del club decidiera un recorte del 35 por ciento en el gasto del Anzhi. Si Roberto Carlos hacía meses que se había marchado, Eto'o rescindió inmediatamente su contrato y jugadores como Willian, Boussoufa, Diarra, Zhirkov, Traore, Samba, Kokorin o Denisov (estos dos últimos fichados en junio) fueron traspasados por un monto total superior a los 180 millones de dólares. HUNDIMIENTO Y FINAL
El recorte presupuestario debilitó la plantilla de tal manera que en la temporada 2013-14 el Anzhi acabó último en la Liga, con solo tres victorias y descendiendo. Y aunque al curso siguiente volvió a ascender, en diciembre de 2016 Kerimov vendió el club a Osman Kadiyev, que pretendió, más que volver a ser grande, salvar al club de una ruina que ya comenzaba a vislumbrarse. Salvado del descenso en la temporada 2017-18 por la quiebra del Amkar Perm, al año siguiente descendió finalmente y en la primavera de 2019 su presidente anunció la imposibilidad de inscribirse en la Segunda División por problemas económicos. De esta manera, acercándose a la bancarrota, el Anzhi logró finalmente adquirir una licencia para jugar en la tercera categoría, la FNL2... con futbolistas semiamateurs, casi todos locales y menores de 20 años y, olvidado ya el proyecto del nuevo estadio, jugando ante apenas un millar de aficionados en las gradas del Dinamo Stadium. Tras dos temporadas sobreviviendo al límite, finalmente el 3 de junio de 2022 la RFS denegó al club la licencia para seguir compitiendo en la FNL2, tras acabar la última temporada en novena posición mientras el histórico Dinamo Makhachkala conquistaba el título y ascendía a la FNL (segunda categoría) en la que compite este curso. Y aquí acaba la aventura. El club no ha desaparecido, pero permanece inactivo, todos sus empleados abandonaron el trabajo y las oficinas cerradas. El Anzhi, que un día convirtió Eto'o en el futbolista mejor pagado del mundo, es historia.
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