Fútbol Americano
Jordi Blanco, corresponsal en Barcelona 317d

Luka Modric, el eterno líder de la incansable croacia

Luka Modric, que forzó el penalti del 0-1 y transformó el definitivo 2-4, también de penalti, se erigió en el héroe eterno de la eterna Croacia. Jugará el domingo la final de la Liga de las Naciones con el sueño de estrenar su palmarés después de disfrutar de una noche inolvidable en Rotterdam en la que comenzó perdiendo, estuvo a un paso de ganar en el tiempo reglamentario y se dio un homenaje en la prórroga.

Siempre con Modric a los mandos. Como si el tiempo se hubiera detenido y el mediocampista del Real Madrid, que cumplirá 38 años en septiembre, fuera el mismo de una década atrás.

Croacia, eterna competitiva y resistente a dar por acabada una época, jugará la primera final de su historia en la Liga de las Naciones. Remontó el 1-0, abrazó la victoria hasta el minuto 96, el último suspiro, y recibiendo el golpe de la igualada de manera cruel, fue capaz de reaccionar y llevarse el triunfo en el tiempo extra, gracias primero al gol de Petkovic y después al penalti, segundo a su favor, que transformó Modric. El domingo se enfrentará al vencedor del España-Italia.

Un gol de Noa Lang cuando apenas restaban 20 segundos para cumplirse los seis minutos de prolongación decididos por el árbitro, salvó a Países Bajos de antes de una eliminación certera. La vieja Holanda se agarró a la épica, alejada de toda estética y abrazada a la fortuna, para repetir al cabo de seis meses el milagro de los cuartos de final del Mundial ante Argentina, cuando igualó un 2-0 con sendos goles de Weghorst al límite del tiempo

En Qatar los penalties dejaron con la miel en los labios a la naranja mecánica de Louis van Gaal. En Rotterdam la selección de Ronald Koeman no llegó a tanto. Inferior a Croacia tuvo la suerte oportuna, pero no más. Y en el tiempo extra fue sometida por una rival superior. En todo.

Subcampeona mundial en 2018 y tercera en 2022 la selección de Zlatko Dalic sigue haciendo de la supervivencia su razón de ser. Bajo el liderazgo de Luka Modric y con un fútbol en apariencia sencillo pero indiscutiblemente resolutivo, donde el centro del campo en el que al capitán acompañan Kovavic y Brozovic con un rendimiento soberbio se destaca como clave, Croacia se convierte en un rival tan incómodo como indescifrable.

Apenas dos derrotas en sus últimos 26 partidos, se entiende difícil de olvidar el 3-0 con que le derrotó Argentina en la semifinal del Mundial de Qatar hace seis meses. Pero explica, esa estadística, la solvencia indiscutible de un grupo de futbolistas entregados al mando de un técnico que fue nombrado por sorpresa en octubre de 2017, tras edespido de Ante Cacic, y que pasó de ser considerado (procedía del futbol árabe) un entrenador interino a ganarse el respeto y continuidad llevando a Croacia al subcampeonato del mundo en Rusia.

Variando las piezas con cautela y sucediendo a los veteranos con acierto, excepto al eterno Modric, la ex república yugoslava dio un nuevo golpe de mano, para nada inesperado pero sin duda mostrando que si por algo destaca es por un carácter competitivo que ni es negociable ni tiene comparación.

Y el domingo estará en condiciones de conquistar el primer título oficial de su historia.

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