|
Tras meses de soledad y desesperanza, Víctor Valdés vuelve a sentirse parte de algo... parte de un equipo. El arquero español del Standard Lieja cuenta cómo ha sido su renacer tras despedirse del multicampeón Barcelona, luego de la operación de rodilla a la que se sometió y después de los golpes bajos que recibió en el Manchester United del holandés Louis Van Gaal. "¿Qué hace un campeón del mundo en el futbol de Bélgica?" Es una de las preguntas que a menudo le han hecho desde que llegó el pasado 19 de enero y a la que Víctor ya tiene una respuesta concreta, la cual compartió con el reconocido diario español El País. "Era esto o en junio me iba a casa y el futbol había terminado para mí. Era la única y la última oportunidad de mi vida deportiva. Así que aquí estoy... Me entrenaba solo cada día. ¿Sabes lo que es eso? Aquí soy feliz solo con estar en el vestuario. Para mí es el mejor equipo del mundo", afirma tajante y seguro el meta que por mucho tiempo defendió al club blaugrana, y del cual salió en busca de nuevas perspectivas. Pero el destino lo probó antes de salir al mundo 'real'. Tras no aceptar la renovación de contrato con el club culé, Víctor se 'rompió' la rodilla, pues sufrió la rotura del ligamento cruzado anterior en su pierna izquierda. El introvertido guardameta se recuperó en soledad y aunque vivía uno de esos momentos en que parece que nada sale bien, acumuló temple para salir del hoyo. "¿Qué pensé? Que si tenía que entrenarme solo para volver a jugar, me entrenaría solo". Así lo hizo durante cuatro meses. Luego llegó la aventura en Manchester. Y aunque resultó ser un capítulo amargo y triste, el arquero no le guarda rencor a Van Gaal, el hombre que le pidió al utiltero mandar las cosas de Valdés con el equipo de reservas sin previo aviso. "¿Rencor? En absoluto. Él me dio la oportunidad de debutar en el Barça, él me recogió cuando no tenía equipo y me ofreció recuperarme de la rodilla. Le estaré siempre agradecido. En el fondo, si no fuera por él, no estaría aquí", asegura Víctor, quien recuerda que pese a los sinsabores, el holandés siempre será una persona importante en su vida. En el Standard Lieja ya brindó alegrías. El pasado martes fue fundamental para que el equipo consiguiera el pase a la final de la Copa y el público y compañeros lo han acogido con alegría. Hoy, Víctor disfruta de un poco de futbol después de un camino difícil y como él mismo lo confiensa... el "me siento solo" que experimentó en el United ahora lo ha cambiado por el "aquí soy feliz", feliz de ser parte de algo. Ya en el verano, cuando termine el préstamo y vuelva a los 'Red Devils'- se dictará el futuro de su vida.
|
