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Balotelli, un ejemplo de superación

Desde hace tiempo se lo conoce como Super Mario. Y cuando se menciona ese apodo, todos saben de quién se habla. Sí, de Mario Balotelli. Pero antes de convertirse en “súper héroe”, el talentoso futbolista vivió una infancia difícil. A los dos años fue adoptado por Francesco y Silvia Balotelli, luego de que su vida estuviera en peligro en varias ocasiones.

Con apenas unos meses, serios problemas intestinales derivaron en una serie de operaciones complicadas para un recién nacido. Mario resistió, pero no vivía en las mejores condiciones con su familia de sangre. Tomas y Rose Barwauh, inmigrantes ghaneses, se ganaban la vida como podían. Y vivían en condiciones de hacinamiento, junto con otras familias que habían llegado a Italia buscando una vida mejor.

Para que el pequeño Mario pudiera recuperarse sin riesgos, un tribunal de menores decidió, con la aprobación de sus padres, que se fuera a vivir con una familia adoptiva. Los Balotelli lo tuvieron en custodia. Con ellos creció, ya en mejores condiciones, y comenzó a jugar al fútbol en clubes de la región de Brescia. Son lindos hoy los recuerdos de Mario en aquellos tiempos, lejos de pasar necesidades y con una familia que lo contenía. Nunca dejó de ver a sus padres de sangre, aunque con el tiempo se fue distanciando.

Lo cierto es que Super Mario demostró ya siendo adolescente que tenía todo para ser una estrella del fútbol. Con apenas 15 años, debutó como profesional en el Padova, club que en ese momento estaba en la tercera división. En poco tiempo, selló su pase al Inter. Balotelli no había pasado inadvertido para otros clubes grandes de Europa. El Manchester United y el Barcelona quisieron ficharlo, en el conjunto catalán, incluso, estuvo a prueba, pero el Inter finalmente se quedó con su pase.

Por ley, recién pudo nacionalizarse como italiano a los 18 años, así que no tuvo la chance de jugar en las selecciones juveniles de la Azzurra. Sin embargo, en agosto de 2010 debutó en la Selección mayor, en el choque ante Costa de Marfil. El Inter no pudo retenerlo mucho tiempo y el Manchester City lo contrató en 2010; luego jugó en el Milan, en Liverpool y actualmente lo hace en el Niza. Su enorme talento fue desperdiciado en buena parte por su falta de conducta. Con la Azurra, jugó un Mundial, una Eurocopa, y en 35 partidos sumó 14 goles.

Los escándalos, las polémicas y las noticias en los medios por temas extrafutbolísticos se hicieron frecuentes en Balotelli. Seguramente, la infancia difícil, lejos de sus padres biológicos, con quienes nunca pudo recomponer la relación, no ayudó a la hora de encontrar tranquilidad y madurez personal y deportiva.

Vivió, también de grande, momentos duros. El racismo se hizo presente sobre su persona, y en más de una ocasión a lo largo de su carrera debió convivir con insultos por su origen. Y pelear contra ellos. “Las personas racistas son pocas y no se puede hacer nada para cambiarlas. Puedes hablar, puedes hacer lo que quieras, pero no puedes hacer nada porque sólo son personas estúpidas”, dijo alguna vez.

Más allá de los altibajos, Balotelli demostró ser un ejemplo de superación, en todo sentido.

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