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La magia de Juan Fernando Quintero es también la de un futbolista que creció en medio de la adversidad, en el barrio Socorro de una Medellín marcada por la violencia y por el narcotráfico. Con apenas dos años, Juanfer perdió a su padre, Jaime Quintero, quien salió de su casa para presentarse al servicio militar y nunca más se supo de él. Así, Lina, la mamá, con sólo 19 años tuvo que criarlo sola. “Nunca jugó con juguetes. Lo único que tenía y que quería era una pelota de fútbol”, contaría Lina años más tarde. Los ídolos de ese entonces a los que Quintero trataba de imitar eran Rivaldo, al comienzo, después a Ronaldinho y más tarde Messi. En la escuelita de fútbol de su tío Fredy o en las calles de Socorro, Juan Fernando empezó a mostrar lo que era capaz de hacer con la pelota. En los partidos de la Liga Pony Fútbol, de donde surgieron figuras como Radamel Falcao o James Rodríguez, se destacaba de chico a pesar de que, por su estatura, parecía varios años menor que sus compañeros. Con el tiempo llegó al club Envigado, donde debutó en Primera División con 16 años. A los 18 pasó a Atlético Nacional de Medellín y enseguida llegó la primera convocatoria la Selección Colombia dirigida por José Pekerman. El salto a Europa no tardó en darse, y así luego de un corto período en Atlético Nacional pasó al Pescara. Y gracias a las buenas actuaciones fue contratado por el Porto para acompañar a James Rodríguez. Al mismo tiempo, con la Selección Sub 20 de Colombia ganó el Sudamericano de 2013 que se hizo en la Argentina, donde obtuvo el balón de oro al mejor jugador. Pese a todo, en Europa las cosas no salieron de la mejor manera. En el Porto nunca terminó de afianzarse y no pudo reemplazar a James cuando el 10 pasó al Real Madrid. El Rennes de Francia fue la nueva escala, pero tampoco le sirvió para recuperarse desde lo futbolístico. Así, con 23 años, pensó en retirarse y en dedicarse a la música: el reggaetón es su otra pasión, y hasta llegó a cantar en algunos discos. Sin embargo, Independiente de Medellín le dio la chance de volver a creer en sus condiciones. En 2016 volvió a su país y a su ciudad para convertirse en figura. De esta manera, tras buenas actuaciones en la Copa Libertadores, River apostó por el a principios de 2018. La llegada a los millonarios le volvió a abrir la puerta de la Selección y fue uno de los puntos más alto de Colombia en el Mundial de Rusia, donde marcó un golazo de tiro libre. Las ofertas de Europa y otras partes del mundo volvieron a aparecer, pero River decidió ponerle una alta rescisión, de 25 millones de euros, para tenerlo en sus filas más tiempo. Juanfer siempre vuelve al barrio Socorro. Y en la Comuna 13, una de las más duras de Medellín, suele cantar temas de reggaeton. Uno de los más escuchados es el que dice, “los sueños sí se pueden cumplir, los sueños se pueden hacer realidad”.
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