Fútbol Americano
Tim Vickery 5y

Histórica final de la Libertadores entre dos clubes argentinos

La dramática semifinal de la Copa Libertadores entre los campeones reinantes brasileños, Gremio, y los gigantes argentinos, River Plate, terminó pasando a una tercera pierna.

Después de las primeras dos, en un formato convencional en casa y de visitantes, River Plate había logrado llegar a la final. El puntaje final era 2-2. Pero el penal tardío de River les dio el gol de visitante que necesitaban para pasar a una final historia contra su eterno rival, Boca Juniors… Hasta que Gremio presentó una queja.

Durante la primera pierna, el entrenador de River, Marcelo Gallardo, fue encontrado culpable de retrasar el regreso al campo de juego de sus jugadores para el segundo tiempo. Entraron unos minutos después y Gallardo fue sancionado para el partido de vuelta. Pareció ser un castigo un tanto duro, pero Gallardo no le prestó mucha atención. No podía tener contacto con sus jugadores o su staff durante la segunda pierna. Por lo que usar un teléfono para comunicarse con un asistente ya hubiese sido grave, pero fue más allá y se escabulló hasta el vestuario para hablar con sus jugadores en el descanso, cometiendo una violación flagrante.

Gremio protestó – y si bien esta puede llegar a parecer la reacción de un perdedor resentido, vale la pena recordar que las bizarras regulaciones de la CONMEBOL han decidido que el responsable de presentar la queja es el equipo rival. Por lo que se jugó una tercera pierna delante de la comisión disciplinaria de la CONMEBOL en la capital de Paraguay, Asunción.

Gremio esperaba que le otorgaran el partido. Pero no parecía algo factible. Las regulaciones no parecían justificar algo así, y la decisión final, como era de esperar, fue un castigo individual para Gallardo en vez de uno colectivo para River Plate.

De modo que la Libertadores tendrá por primera vez en la historia una final con dos equipos argentinos.

El año pasado, la Libertadores y la Copa Sudamericana, la equivalente a la Europa League, se definieron en finales que contaron con un equipo de Brasil y uno de Argentina. Este año, las dos potencias tradicionales proporcionaron siete de los últimos ocho equipos de la Libertadores. Pero está claro, por el momento, que Argentina lidera.

Las únicas finales anteriores que contaron con equipos de un solo país fueron las de 2005 y 2006 con equipos brasileños. Desde entonces y hasta 2013, siempre hubo un equipo brasileño en la final – con cuatro ganadores consecutivos llegando al final de la carrera. Pero en los últimos cinco años, Argentina ha proporcionado la mitad de los finalistas, con uno de Brasil, Colombia, Ecuador, México (que ya no forma parte) y Paraguay.

Queda abierta la pregunta sobre si es que el dominio de Argentina es algo sostenible. La moneda nacional se ha debilitado de manera significativa y muchos contratos están ligados al dólar. Puede que los escuadrones con profundidad que River y Boca han conformado este año ya no sean viables a futuro. Además, puede que para Argentina sea más difícil incorporar talento joven de Colombia – algo que, consecuentemente, terminará debilitando a los clubes argentinos y fortaleciendo a los colombianos.

Esto es pertinente señalar ya que, si bien el enfoque se centrará en la primera pierna de la final de la Libertadores el sábado, esta semana también se jugarán las primeras piernas de las semifinales de la Sudamericana. Y lo cierto es que Argentina tiene a dos equipos en la final de la Libertadores, pero no tiene ninguno en carrera para la Sudamericana – que terminará siendo una batalla entre Brasil y Colombia.

Una semifinal es entre Atlético Paranaense y Fluminense, dos equipos brasileños que en este momento están en la mitad de la tabla de la liga. Y la otra es entre Independiente Santa Fe y Atlético Junior, dos equipos colombianos que pasaron a la Libertadores con altas expectativas, fueron eliminados de la fase de grupos y pasaron a la Sudamericana como premio consuelo. Además, el mayor premio por ganar esta competencia es un pase automático a la Libertadores del próximo año – una idea tan buena que Europa la ha copiado.

La conclusión evidente, entonces, es que las ligas más fuertes en Sudamérica pertenecen a Argentina, Brasil y Colombia. Han ganado la Libertadores cada uno de los últimos tres años (Atlético Nacional en 2016, Gremio el año pasado y el equipo que termine triunfante en el Superclásico de Buenos Aires), y con sólo dos excepciones (LDU de Ecuador en 2008, Olimpia de Paraguay en 2002) ellos han monopolizado el título en lo que va de este siglo.

Por el momento, Argentina tiene la ventaja, aunque Brasil seguramente mejorará. Colombia está en tercer lugar – pero ganará algunos puntos si uno de sus equipos se puede quedar con la Copa Sudamericana de este año.

^ Al Inicio ^