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Neymar y Pogba han demostrado que los jugadores de alto perfil no siempre son garantía de éxito

Cuando Manchester United firmó a Ángel Di María que venía de Real Madrid por en ese entonces una transferencia récord en Gran Bretaña de £59.7 millones en agosto de 2014, investigaciones llevadas a cabo por el club descubrieron que las actividades de Google relacionadas con el argentino se dispararon en 1,111% el día de su transferencia en comparación con el día que completó su pase de Benfica al Bernabéu cuatro años antes.

Esa misma información mostró que las búsquedas por Radamel Falcao, el día que cerró su movida a préstamo a United desde Mónaco, aumentó un 909% en comparación con el interés en su transferencia de Atlético Madrid al equipo de la Ligue 1 doce meses antes.

Desde la perspectiva de United, los números pusieron en relieve dos cuestiones. En primer lugar, que son un club que puede actuar como un combustible de cohete para el perfil comercial y en los medios sociales de cualquier jugador. Y, en segundo lugar, con demasiada frecuencia pueden permitir que la atracción de una “marca” de un futbolista deje de lado el factor más importante de cualquier participante profesional en un deporte de equipo – su capacidad de producir dentro de la cancha de la misma manera que lo hace fuera de la misma.

Doce meses después de haber llegado a United en medio de un torbellino publicitario, Di María y Falcao se habían ido – descartados por el club después de no cumplir con las expectativas y de no lograr lo que se esperaba de ellos, que era anotar y crear goles para su equipo. Di María tampoco se marchó en silencio. Al no presentarse para el tour de verano de United en 2015 por los Estados Unidos, el lateral forzó una movida a Paris Saint-Germain y dejó Old Trafford con pocos seguidores, tanto dentro como fuera de la cancha.

Las historias de Di María y Falcao deberían haber servido de advertencia para United y otros clubes de alto perfil sobre los peligros de firmar la “marca” de un jugador o una reputación que trae aparejada mucho peso. Pero cinco años después de esas movidas a United, esta clase de jugador se ha convertido en un problema aun mayor y no sólo es United el que está sufriendo las consecuencias este verano.

Paul Pogba, calificado por SportsPro como el atleta con más valor comercial de 2018, es el hombre que más dolores de cabezas le está dando a United este verano debido a las declaraciones de su agente acerca de su deseo de dejar Old Trafford.

PSG está tratando de lidiar con su propia super estrella de alto perfil, Neymar, después de no presentarse en los enteramientos de pretemporada a principios de esta semana – al brasileño se lo está vinculando con un regreso a Barcelona – mientras que Atlético Madrid ha tratado de encontrar la manera de resolver la situación que los ha dejado con un Antoine Griezmann queriendo dejar el equipo.

Pogba, Neymar y Griezmann son jugadores con marcas que hay que poder equiparar. Muchos en United y PSG podrán decir que Pogba y Neymar no han jugado bien para sus respectivos equipos, pero si les preguntas a las personas en los departamentos comerciales de Old Trafford y el Parc des Princes, van a insistir en que ambos jugadores han sido grandes éxitos.

Pogba y Neymar son figuras reconocibles a nivel mundial, razón por la cual son tan valiosos para sus clubes. Atlético también tuvo éxito con Griezmann como una entidad comercial – el delantero francés, además, ha producido sobre una base más consistente que Pogba y Neymar dentro de la cancha – pero su anuncio autocomplaciente alegando que se iba a quedar en Atlético el verano pasado sonó igual al de esos jugadores cuyos egos habían crecido a un ritmo alarmante.

Griezmann usó la misma carta al comunicar su decisión de dejar Atlético en los medios sociales al final de la temporada pasada, pero desde entonces, esta movida ha resultado contraproducente.

Pogba es criticado sobre una base diaria tanto por parte de los seguidores y de ex jugadores, como resultado de sus acciones relacionadas con su futuro en United este verano, mientras que el director deportivo de PSG, Leonardo, ha reconocido que Neymar se puede llegar a marchar por la oferta adecuada ya que el club francés se está quedando sin paciencia con el jugador de 27 años.

Pero también hay una sensación de que han podido cosechar lo que sembraron con Pogba y Neymar.

Hace tiempo que United ha dejado en claro que el valor comercial de un jugador es importante en Old Trafford, con Richard Arnold, el gerente general del club, diciendo en 2012 que United tenía un escuadrón compuesto por "25 George Clooneys".

"Nuestros partidos son vistos en 1.1 mil millones de hogares a nivel global y si lo piensas, "¿Qué película logra eso 60 veces al año?", agregó Arnold. "Ya sea George Clooney o Brad Pitt, no hay nada que se compare”.

PSG, por su parte, cuando firmó a Neymar de Barcelona por un récord mundial de £198m en agosto de 2017, reconoció que el acuerdo tenía más que ver con hacer una declaración sobre su intención de crecer más que con ganar trofeos de inmediato, alegando que la llegada de Neymar "a la familia de Paris Saint-Germain enfatizaba más que nunca el objetivo del club de elevarse a la cima del fútbol mundial”.

Desde una perspectiva puramente futbolística, hay que cuestionar si todo el revuelo comercial y de marca que se generó con la incorporación de Pogba y Neymar realmente ha sido provechoso para United y PSG, respectivamente. Y también preguntarse cuánto se ha beneficiado realmente Atlético al ayudar a Griezmann a desarrollar su propia marca hasta el punto en el que sus prematuras declaraciones sociales terminaron creando un problema para todos los relacionados con él.

Desde Di María y Falcao hasta Pogba y Neymar, hay un patrón que sugiere que el hecho de permitir que una marca pase a ser tan importante como el fútbol mismo nunca termina bien. En otras palabras, la ganancia a corto plazo no se traduce en éxito a largo plazo en donde más importa… dentro de la cancha.