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Equipo de fútbol en Miami le da una última oportunidad a los 'desertores' cubanos

MIAMI - La noche es templada durante un jueves de octubre en el Kendall Soccer Park del suroeste de Miami. El idioma español predomina, como era de esperarse en una comunidad futbolera al sur de Florida. Es una regular tarde de fútbol amateur en un parque suburbano. En un campo cerca del complejo, el exjugador y entrenador del equipo nacional cubano, Miguel Tito, se dirige a un grupo de jugadores con una profunda voz con el característico acento de la isla caribeña.

Conoce a Fortuna SC, un club que se ha convertido en una especie de equipo nacional cubano en el exilio.

No muchos fuera de la familia Fortuna y los círculos de fútbol cubano saben con exactitud lo que le sucede a los jugadores que abandonan al equipo nacional de Cuba. Se produce la noticia -'X cantidad de cubanos desertan en X ciudad'- y las noticias avanzan. Por ejemplo: ¿Qué pasó con los 12 jugadores que dejaron al equipo Sub-20 en Florida el pasado año? Resulta que unos seis están jugando en el Kendall Soccer Park. Ocho integrantes de ese equipo regresaron a Cuba para el Fortuna, que venció a su rival local Westchester en la liga esa noche de octubre. De hecho, Fortuna FC ha ganado la liga en tres ocasiones.

"Yo fui el ultimo en dejar al equipo," expresó Geobel Perez, de 20 años, y quien anotó cinco goles y repartió tres asistencias en un torneo de la Concacaf. "Anterior a eso ya se habían quedado jugadores en partidos antes de que se acabara el campeonato, pero yo no esperé", agregó.

Cada jugador tiene su propia historia sobre cómo hizo su camino hacia el club Fortuna, formado por exfutbolistas internacionales y locales de diferentes edades que buscan refugio y un trampolín para cosas más importantes. Sus sacrificios a menudo son desgarradores, pero cada vez son más los jugadores de fútbol de la isla que eligen abandonar a su equino nacional con tal de buscarse una vida en Estados Unidos o en otros lugares. Durante el último año, al menos 29 jugadores -el número exacto es difícil de obtener debido a la falta de información oficial- ha desertado de algún programa deportivo cubano.

"(Fortuna) ayuda a los cubanos que aman el fútbol, a mantenerlos unidos. A mantener el sueño en pie, porque como quiera que sea, son muchísimos jugadores talentosos que juegan en el Fortuna", destacó el exjugador de dicho club, Chino Morales.

Los nombres de aquellos que han pasado por el Fortuna no son tan famosos como los de las estrellas de la MLB tales Yoenis Céspedes, Yasiel Puig, Livan Hernández o Aroldis Chapman, pero Jorge Luis Corrales (Montreal Impact), Arturo Diz Pe (Portland Timbers II), Héctor Morales (Miami FC), Ariel Martínez (Miami FC), Darío Suárez (Miami FC) y Frank López (San Antonio FC) han jugado en diferentes momentos para Fortuna y ahora están en élite del fútbol profesional en los Estados Unidos.

"Uno quiere estar en su país con su familia, pero muchos quieren más que eso. El fútbol en Cuba no da dinero, no eres nada. Entonces la gente lo que dice es: "Yo me voy a ayudar a mi familia desde fuera. Tendré que sufrir y no verlos, pero yo sé que es lo correcto porque mi familia va a estar bien", matizó por su parte Diz Pe, del Timbers.

El escudo del equipo fue diseñado por un amigo del fundador del club, Mario Lara, quien aún dirige al onceno caribeño. El verde representa la esperanza, el oro denota éxito, las estrellas reflejan las diferentes provincias de Cuba y el círculo simboliza unidad. El chat de 'WhatsApp' siempre está activo y los jugadores discuten todo lo que acontece con el fútbol cubano. Hacen predicciones incluso para el partido entre Cuba y Estados Unidos, que se llevó a cabo el mes pasado en Washington D.C.

"Para mí el Fortuna es como una familia. Una que hemos creado para cumplir nuestro sueño", manifestó Jonathan Moliner, un defensor central de 23 años que estaba entrenando con el club Reno de la United Soccer League (USL).

El resultado es 4-0 a favor de Estados Unidos después de 13 minutos jugados en el tercer partido del seleccionado cubano en la Liga de Naciones de la Concacaf. Es 11 de octubre. Sentado sobre un mueble de una residencia en Miami está Lara, fundador del Fortuna. Se cuestiona cuál es el peor resultado para una selección cubana en un partido internacional. El entrenador de Fortuna, Tito, y uno de los padres de un jugador, comen y siguen viendo el partido.

"Volverás a la llave del Golfo y perla de las Antillas", dice una placa en la pared de su casa. Los jugadores cubanos tienen parches improvisados en sus camisetas, señala Lara, y no los intercambiarán después de que termine el partido porque no son fáciles de reemplazar. La defensa cubana se está desmoronando durante el juego, pero Tito y Lara no se sorprenden.

Durante sus últimos seis juegos oficiales, Cuba ha concedido 30 goles y anotado cero tantos, perdiendo los seis duelos. Con los jugadores que 'desertan'-palabra que muchos desprecian por las connotaciones políticas más que deportivas- el equipo está en caída libre. Ahora el tema de conversación es si Fortuna es mejor equipo que el propio seleccionado nacional. La conversación se acaba después de un breve debate. Al fin y al cabo, muchos exjugadores de Fortuna se han mudado del equipo o, a veces, están demasiado ocupados trabajando para pagar el alquiler o para que sus solicitudes de ciudadanía estén a la orden del día.

Pero el hecho de que el debate Cuba vs. Fortuna no parezca una sugerencia completamente ridícula es revelador. Estados Unidos finalmente derrotó a Cuba 7-0. A lo largo del juego, el teléfono celular de Lara está activo con mensajes de las familias de los jugadores en la isla, donde el juego no se transmite. Además de Fortuna, Lara ha documentado el éxodo de los jugadores cubanos y la situación actual del fútbol cubano en 'El Nuevo Blog del Futbol Cubano', que es una de las únicas fuentes de información sobre el equipo nacional. Los jugadores también leen el blog, que ha ayudado a correr la voz sobre Fortuna en Cuba.

"Cuando llegué aquí, alguien me dio una oportunidad y estoy donde estoy gracias a esa oportunidad", reflexionó Lara, quien arribó a Estados Unidos a fines de la década de 1990, antes de pasar un tiempo trabajando en Colombia como médico. "Así que no puedo darle la espalda a los que vienen de la isla. Es una forma de extenderles mi mano y ayudarlos para que no pasen lo que pasé yo. Ser la voz de los que no tienen voz. La mayoría de la información proviene de los mismos jugadores que están en Cuba. También los familiares que me cuentan cosas", añadió Lara, que equilibra dos trabajos con su blog, la familia y el Fortuna FC.

Oriundo de Pinar del Río, Lara creó Fortuna en octubre de 2014 después de una conversación con el jugador de la selección nacional, Dagoberto "El Tibi" Lara (sin relación). Ha sido difícil en términos de logística, ya que el equipo a menudo tiene que reunir dinero para pagar inscripciones y a funcionarios.

Lara critica al campeonato nacional cubano, las condiciones que sufren los jugadores y la forma en que se administra la federación. El hecho de que los líderes del equipo nacional como el capitán Yasmani López, se hayan ido este año, es una señal de lo mal que están las cosas internamente, cree Lara.

Las redes sociales en la isla han ayudado a fortalecer los lazos de comunicación entre los jugadores que ya se fueron y los que aún están en Cuba, tal vez disminuyendo el factor de miedo entre los atletas que consideran un exilio. Un salario estimado de $38 al mes para un jugador del equipo nacional, según los exjugadores consultados, no permite que los jóvenes ayuden mucho a sus familias económicamente.

"Puede ser que estas (deserciones) continúen sucediendo porque el jugador no lo hace por política ni nada, sino por jugar", opinó el técnico Tito, quien ha entrenado a todos los niveles dentro de la selección cubana. "Si fuera un jugador de baloncesto, me gustaría jugar en la NBA. Creo que el sueño de todos estos niños es querer jugar al más alto nivel posible. No es una locura", sostuvo.

Los jugadores también hablan de una fuerte vigilancia durante los viajes a Estados Unidos, en donde no pueden salir de las habitaciones del hotel a menos que sea para entrenar o comer. También relatan cómo les quitan los pasaportes a su llegada a Estados Unidos.

Inter Miami FC

Lara reveló -y confirmó- que varios jugadores fueron llamados a entrenar regularmente en el Inter Miami FC, el equipo de expansión de la Major League Soccer (MLS) y cuyo dueño mayoritario es David Beckham. El hecho de que Inter Miami tenga, también, un equipo USL en la tercera división, le da esperanzas a Lara en torno al talento cubano.

La ironía es que esta debería ser una edad dorada en la que puedan competir seriamente en la región de Concacaf. En 2013, el conjunto cubano Sub-20 viajó a Turquía con Brian Rosales, Diz Pe, Daniel Luis, Andy Vaquero y Yordan Santa Cruz. Ninguno de ellos se encuentra actualmente en Cuba. Aquel equipo venció a Canadá en la calificación y en los Juegos Panamericanos de 2011, Cuba logró un empate con Brasil y solo perdió 1-0 ante Argentina.

"No es que el fútbol cubano sea malo. El fútbol cubano no es malo, ¿entiendes?" afirmó Maikel Chang, centrocampista de Real Monarchs de la USL y ahora ciudadano estadounidense.

"Los jugadores no son malos: el problema es que, como en cualquier país, si no promocionas un deporte, no puedes pretender competir y eso es lo que pasa en Cuba: no prestan suficiente atención", indicó.

Luego está Onel Hernández en Norwich City, el primer cubano en jugar y anotar en la Premier League de Inglaterra. Hernández abandonó la isla cuando era niño con su madre y su padrastro alemán. Él ha declarado que le gustaría jugar para el equipo nacional, pero la llamada aún no ha llegado.

Con nombres como los de Chang (Real Monarchs), Osvaldo Alonso (Minnesota United), Christian Sanchez (Sporting Gijon), Carlos Vázquez (Alcorcón), Carlos Vázquez (Atlético de Madrid) y Marcel Hernández (Cartagines), Cuba tendría un equipo nacional que sería competitivo. La frustración para los apasionados por el fútbol cubano no es que el equipo nacional no pueda superar a México y Estados Unidos, sino que se está quedando atrás de Haití, Curazao y Panamá.

Parece que aquellos dentro del fútbol cubano saben cuál es el problema: el estatus político.

"Uno de los objetivos más importantes es que el jugador cubano vaya al extranjero para ganar experiencia. Que entrene y pase por cosas que el mundo del fútbol ofrece, porque el 'soccer' está creciendo en cada momento, todos los días, no solo en términos de orden táctico, pero en tecnología y creo que ese es el paso principal que estamos dando", dijo el exentrenador Raúl Mederos después del último partido de la Copa de Oro de Cuba en junio.

La federación cubana se ha abierto gradualmente. Del equipo que fue nombrado para la Copa de Oro del verano pasado, ocho se ubicaron en el extranjero entre clubes de República Dominicana, Guatemala y Panamá. Pero todos están contratados centralmente con el Instituto Nacional de Deporte, Educación Física y Recreación (Inder) de Cuba. No pueden moverse sin su consentimiento. Los procesos son lentos y frustrantes, según los exjugadores, y el potencial para avanzar y crear una carrera que suba la escala del deporte es mínima. La asociación cubana no quiso atendernos para una reacción.

Tomé los ejemplos de Luis Paradela y Brian Rosales. Ambos son amigos del pueblo cubano de Matanzas, pero representan diferentes lados de la moneda del fútbol cubano. A Rosales se le había prometido la oportunidad de jugar en el extranjero, pero fue Paradela quien se convirtió en el primer cubano en jugar profesionalmente dentro de Estados Unidos.

"Ahora todos saben que pueden tomar la ruta legal. No tienen que desertar, que es lo que realmente le dolía (al equipo cubano)", dijo Paradela, de 22 años, a ESPN. Paradela firmó un préstamo para jugar en Reno. Su club descendió en abril pasado y debido al hecho de que los extranjeros no están permitidos en la segunda división de Guatemala, Paradela tuvo que seguir adelante. Fue una sorpresa que su próximo movimiento fuera a Estados Unidos.

"Nunca pensé que sería posible. Esta es una puerta que se abre no solo para mí, sino también para el deporte cubano, que es muy importante", agregó Paradela. Su caso parece ofrecer un rayo de luz para el futuro y ciertamente ha causado sorpresa. Aunque todavía hay asuntos por mejorar. Paradela solo recibió una visa que permite una entrada a Estados Unidos y su contrato permanece con el club guatemalteco. Ahora que la temporada de Reno ha terminado, Paradela se ha ido de Estados Unidos y su futuro es incierto.

La historia de Rosales es más como de una película de Hollywood. Los funcionarios cubanos sabían que Rosales, ahora de 24 años, iba a regresar a Kansas City en octubre de 2015 durante el torneo clasificatorio olímpico sub-23 de Concacaf. Sin embargo, la situación se complicó porque otros cuatro jugadores ya habían desertado durante el torneo. Dos de ellos jugaron para Fortuna. El cuerpo técnico cubano vigilaba de cerca a Rosales y cuando se enteraron de que había hablado por teléfono con un amigo mexicano, lo persuadieron para que se quedara.

"Comenzaron a decir que habría muchas oportunidades y que yo sería uno de los primeros en salir (para ganar un contrato en el extranjero con la bendición del gobierno cubano)", recordó Rosales, quien les dijo que lo haría. Pero cuando surgió la oportunidad, Rosales se mantuvo nervioso, salió de su habitación y bajó las escaleras. Tenía dos opciones en el vestíbulo: tomar la puerta giratoria, o la normal. Temiendo que los integrantes de la delegación cubana en el 'lobby' pudieran atraparlo e impedir su vuelo, optó por huir a través del que ofrecía un camino más rápido hacia la calle.

Cuando Rosales salió del hotel, otro entrenador de Cuba estaba afuera. "¿Qué estás haciendo?" le preguntó a Rosales, siendo testigo de cómo el defensor estaba listo para irse. "¿Yo que?" respondió Rosales, antes de correr hacia la calle donde el automóvil de un amigo suyo lo estaba esperando, saltando y cerrando la puerta justo antes de que un oficial cubano pudiera alcanzarlo.

Se produjo una persecución menor, pero Rosales tenía derecho a quedarse. El gobierno del expresidente Barack Obama abandonó la política de 'pie mojado, pie seco' como uno de sus últimos actos en 2017, pero la ley actual de Estados Unidos, a través de la Ley de Ajuste Cubano de 1966, permite a los cubanos un camino hacia la ciudadanía después de un año, siempre y cuando haya ingresado legalmente al país. Es una disposición que se niega a los ciudadanos de otros países latinoamericanos.

La misma noche que Rosales huyó del equipo cubano, la policía llegó a la casa donde se hospedaba con un amigo. No obstante, al no haber cometido ningún delito, quedó en libertad. Rosales ya había oído hablar de Fortuna antes de planificar su salida de Cuba.

Las actuaciones de Rosales con Fortuna y con la selección cubana Sub-23 le valieron un contrato con el Tulsa Roughnecks en la USL. Sin embargo, no fue registrado. El jugador dice que la federación cubana retrasó el movimiento y exigió una compensación. El episodio dio por concluida su oportunidad y eso enfureció al jugador. Rosales ahora apuesta por ganarse un puesto con el Inter Miami FC. Tal vez así pueda escapar de su trabajo diario en una fábrica de ventanas.

"Habré estado trabajando durante dos años en febrero, pero si Dios lo quiere, mi sueño es ser un jugador de fútbol profesional", sentenció.