Así, mientras Boca Juniors se tuvo que conformar con un aburrido empate sin goles frente al Santiago Wanderers y que bien pudo ser una derrota, el Flamengo se estrelló en toda regla ante el Universidad Católica, que se impuso por un claro 3-1 y volvió a dejar a los brasileños en evidencia.

El debut de Boca Juniors ante su afición en esta edición de la Copa Libertadores no pudo ser más decepcionante, pues del seguro triunfo se pasó a sacar a duras penas un empate, pues el conjunto chileno, lejos de amilanarse por el imponente escenario y la historia de su rival, le trató de igual y igual.

El empate hizo, en cierta manera, justicia a lo que ocurrió en el terreno de juego, donde los dos contendientes se emplearon sin contemplaciones y utilizaron la presión al rival como seña de identidad, lo que llevó al partido a un duelo de fuerza del que salió mejor parado el Boca, que terminó por empujar a su oponente a su campo.

Pese a ello, el equipo chileno no se asustó, logró mantener la situación controlada aprovechando la falta de ideas claras Boca por la ausencia de Riquelme y creó cuantas ocasiones de gol pudo, que no fueron pocas. Tan solo en los minutos finales Boca logró encerrar a su rival en su área, pero este logró salir indemne y arrancar un importante punto en un campo muy complicado.

En el Maracaná de Rio de Janeiro la historia para el equipo local fue aún más negra, pues el Flamengo, tras conseguir adelantarse en el marcador por mediación de Felipe Mello en lo que parecía iba a ser un paseo militar, pasó a ser vapuleado por el juego práctico y efectivo de la Universidad Católica de Chile.

Los chilenos, especialmente en la segunda parte del encuentro, mostraron un juego práctico, fácil, sin complicaciones pero efectivo que primero desorientó a los jugadores del Flamengo para luego dominarlos por completo, hasta el punto de que fueron despedidos del campo por su afición al grito de "Timinho" (equipito), algo que no estuvo muy lejos de la realidad.

El Oriente Petrolero boliviano se rehizo de la derrota sufrida en la primera jornada del grupo 2, cuando perdió en su casa ante el Gremio por 4-2, al imponerse por un claro 3-1 al Cienciano de Perú que, por el contrario, llegó a este partido saboreando todavía las miles del triunfo tras vencer en la primera jornada al 12 de Octubre (3-0).

Pese al buen número de goles marcados, el partido no fue excesivamente brillante, con una primera parte insulsa en la que los dos contendientes no encontraron su sitio en el campo, el local por su falta de agresividad y el visitante por limitarse a controlar los escasos avances de su rival.

La segunda parte, en la que se convirtieron tres de los cuatro goles -el primero local se marcó en el minuto 44 por mediación de Roger Suárez-, mostró a un Oriente Petrolero más incisivo, con más llegada, lo que terminó por dar sus frutos ante un Cienciano que no hizo mucho por cambiar la situación.

El modesto Sao Caetano de Brasil, que empezó mal en su segunda Libertadores, le endosó un 4-0 a un equipo mucho más ducho en esta competición, el Alianza de Lima, experiencia que no le sirvió para darse cuenta de que no iba a sacar nada positivo de su táctica de atrincheramiento.

El Sao Caetano, con sus laterales Russo y Rubens Cardoso como puntas de lanza, perforaron la defensa del Alianza de Lima con facilidad, pues sus balones bombeados al centro del área siempre encontraron su destino, la bota o la cabeza de los arietes brasileños que, poco más o menos, se hartaron de tirar a la puerta peruana.

Con esa situación los goles no podían tardar en llegar y en el minuto 21 Serginho abrió el cielo para la lluvia de goles que fueron cayendo uno tras otro en la portería defendida por Gustavo Roverano.

El duelo argentino de la jornada entre River Plate y Talleres de Córdoba finalizó con empate a cero, y es que los visitantes llegaron a Buenos Aires con la lección bien aprendida tras su derrota de hace unos días por 3-1 en este mismo escenario.

Así, Talleres se mostró muy inteligente y práctico en su juego de contención, tanto en el centro del campo como en defensa, donde no dejó resquicios para que los delanteros locales intentaran desequilibrar el partido.