El Superclásico Boca-River terminó empatado 1-1

BUENOS AIRES (DyN) -- El clásico entre Boca Juniors y River Plate finalizó este domingo igualado en un gol al cabo de un desarrollo que se hizo completamente irregular durante el segundo tiempo, y en el cual el fútbol estuvo casi ausente.

River salió ganando desde el comienzo con el gol conseguido por Manuel Lanzini, a los 43 segundos, ejerció una superioridad neta durante el primer tiempo, y tuvo la victoria a su disposición, pero dejó pasar su momento y nunca se terminó de recuperar tras el gol de Boca.

Por su parte, Boca estuvo expuesto a una catástrofe, encontró la igualdad cuando no le correspondía, aunque jugó mejor en un segundo período anormal, y estuvo cerca de la victoria en el tramo final, pero los tres puntos hubieran sido un premio excesivo.

A partir de la expulsión de Ramón Díaz, a los 22 minutos del segundo capítulo, se produjo la primera interrupción del juego, pero el partido se desvirtuó a los 30, cuando se produjo un nuevo corte, de 7 minutos, que fue provocado por el público de Boca, el cual tiró bombas de estruendo y de humo, y se colgó del alambrado.

No había transcurrido el primer minuto cuando Guillermo Burdisso, después de un buen quite, desde el suelo habilitó involuntariamente a Carlos Sánchez. El uruguayo ejecutó el centro desde la derecha que cayó en el medio del área, por donde apareció Lanzini, en soledad, para con un perfecto cabezazo colocar la pelota a la izquierda del arco defendido por Agustín Orion.

El 1-0 condicionó todo lo posterior, ya que Boca aceleró, no encontró la fórmula en ataque, y chocó permanentemente, mientras River ganó seguridad, con tres columnas fundamentales, el colombiano Éder Álvarez Balanta en el fondo; Cristian Ledesma, el jugador más pensante del primer tiempo, y Leonel Vangioni, quien no tuvo demasiado contacto con el balón, pero que en sus participaciones marcó diferencia.

Algunas malas decisiones en la resolución de los contraataques, principalmente por parte de Juan Manuel Iturbe, no permitieron que River aprovechara las tres oportunidades de gol que tuvo gracias a todas las ventajas que le ofrecía Boca.

A los 19 minutos Iturbe se fue por izquierda y quedó sólo frente a Orion, pero en vez de rematar al arco, tocó hacia atrás, pero Nahuel Zárate salvó la situación anticipándose a Rogelio Funes Mori.

Sobre los 33, Vangioni ejecutó un tiro libre desde la izquierda, la pelota quedó amortiguada por la barrera, y Funes Mori, de media vuelta, remató alto.

La tercera ocasión de River llegó a los 34. Otra vez Iturbe se fue por izquierda, envió el centro, la pelota superó a Funes Mori y Burdisso, y le quedó a Sánchez, quien frente al arco, remató desviado.

A los 38 minutos, llegó el gol de Boca. El uruguayo Santiago Silva jugó con Pablo Ledesma y el cordobés alargó de cabeza para Walter Erviti, quien giró y tocó hacia el medio por donde apareció Silva. El 9 se anticipó a Leandro González Pirez, y con un toque sobre el palo derecho superó a Marcelo Barovero.

En el segundo episodio parecieron invertirse los roles, porque Boca salió seguro y dominante, ante un River que no se había recuperado del impacto que significó el gol de Silva.

A los 2 minutos, Lautaro Acosta ejecutó un córner desde la derecha, cabeceó Burdisso, y por poco no llegó Leandro Marín para definir.

Después llegó el caos y la interrupciones, la última por la pirotecnia que se arrojó sobre el arco defendido por Barovero, y el partido terminó de desvirtuarse.

En el segmento final, Leandro Paredes tuvo una oportunidad, a los 37, pero remató desviado, y en el quinto minuto de tiempo agregado Gonzalo Escalante sacó un remate, tras un centro de Guillermo Fernández, que el arquero de River envió al córner.

Así terminó un clásico donde el caos le ganó al fútbol.