México golea con nuevo estilo: formación estampida

Rafael Ramos Villagrana

MÉXICO, D.F. -- Ganó. Goleó. Pero no gustó. México derrota a un montón de amontonados jugadores. 3-0.

El Salvador estuvo lejos de ser lo prometido. No fue el grupo aguerrido de suicidas. Ni tampoco el grupo de espartanos. Su victoria era una derrota sin escándalo histórico. Y ganó perdiendo.

Los cerca de 60 mil valientes de la tribuna procuraron divertirse a su manera. En la cancha era un toqueteo para curar insomnio. La ola. Los olés. El Cielito Lindo. El sobado México, México. Las melodías de la resignación.

¿Y el nuevo Tri? Pero que algunas veces se vio como de las peores versiones de un viejo Tri. Con una ventaja: vence y golea a una de las peores versiones de El Salvador.

Tuvo el balón, la cancha, la tribuna, el espacio, el tiempo y el árbitro a su disposición. El adversario sólo reclamaba un poco de piedad, de esa piedad que su propia dirigencia corrupta y enemiga, le negaba.

El Salvador tuvo cómplices. El más solidario fue Javier Hernández. Las que consuma con el Bayer, las consumió con el Tri.

Y a México no le faltó fibra, pero le faltó orden y coherencia.... Desde la banca. Miguel Layún confundido, confuso, enredado, estorbado y estorbando. La teoría 'osorista' contra los perfiles cambiados fue recriminada públicamente.

Y agregue a los desperdicios de Oribe Peralta y Carlos Vela, que ni Héctor Herrera ni Andrés Guardado hicieron sociedad. Un equipo de estampida. Un equipo de embestidas.

La sensación de pirotecnia se desató al minuto siete. Una falta inexistente sobre 'Chicharito' deja la pelota en condiciones óptimas para un francotirador. La reclama Andrés Guardado. La curva letal entra en el ángulo izquierdo de El Salvador. 1-0.

Y se vino la catarata de imprecisiones. De todo tipo. En la creación de la jugada. En la elección del desenlace de la jugada. Y en los remates mismos. 'Chicharito' volvió a ser el epítome del desperdicio.

Pasaron 37 minutos a ritmo reumático. El Salvador amontonado y México en una desesperación lastimera tratando de marcar el décimo gol, sin conseguir el segundo.

Y el 2-0 llega de manera chusca. Centro-disparo-albur de Héctor Herrera. Javier Hernández es definitivo en el gol. O hace un portento de amague de nivel Zlatan, o falla torpemente a nivel Javier Hernández. Pero la pelota sigue su curso, resfriada por la abanicada de 'Chicharito' hasta ponerse de rebozo la red.

El segundo tiempo no tuvo improvisaciones por México. Supuró futbol en lugar de generarlo. Tenía, de nuevo, toda la escenografía disponible, excepto claridad, talento, inteligencia, creatividad y contundencia.

El 3-0 lo encuentra al 64, de nuevo en un error de la salida de El Salvador. Sus jugadores olvidaban que estaban ahí para morir de pie, pero no en suicidio.

El balón lo recupera 'Tecatito' Corona, quien sirve a Carlos Vela. El hombre del ceceo y de la magia en la Real Sociedad define con la realeza de esa sociedad de futbolistas a que pertenece: bombeadito y suavecito, como duele.

El último gol de Vela en el Azteca, lo marcó en 2009. Y sí, ante El Salvador.

Osorio anotó más en su libreta que las indicaciones que dio. Sacó a 'Chicharito', Layún y Oribe. Entraron el 'Dedos' López, Jiménez y el 'Gallito'. Obvio: no cambió nada. No podía cambiar nada. Un garabato, con repuestos, no deja de ser un garabato.

El reloj se suicidó de aburrimiento. 3-0. Ganó. Goleó. No gustó. No ante un equipo. Sino ante un montón de jugadores amontonados, para sobrevivir, no a una derrota, sino sólo a un ridículo histórico.