Los dos festejaron

SANTIAGO DE CHILE (EFE) -- Venezuela sorprendió hoy a un Chile aburguesado, que se dejó estar y obtuvo en Santiago un punto de oro, que le permite seguir soñando con Sudáfrica 2010, mientras la Roja, pese al tropiezo, se mantiene en los puestos de avanzada del clasificatorio sudamericano.

La lluvia y la baja temperatura reinante no afectaron, como pensaban algunos comentaristas locales, al equipo venezolano, mientras Chile malogró un triunfo que creía seguro a causa de la displicencia con que afrontó el primer tiempo y la ansiedad excesiva que mostró en el segundo.

La vocación ofensiva, mantener el balón en el campo rival y la entrega generosa de todos los jugadores, características que le han ganado elogios al Chile de Marcelo Bielsa a lo largo de las clasificatorias mundialistas, estuvieron ausentes en el primer tiempo.

Una Roja aburguesada que asumió el partido como un mero trámite es la que se vio en ese período, demasiado confiada en que Venezuela entró arropada, con Maldonado como punta solitario y dos líneas de cuatro dedicadas disciplinadamente a la contención.

Sin desborde ni salidas explosivas, la Vinotinto pareció un equipo inofensivo, lo que adormeció al equipo chileno, sobre todo tras el temprano gol de Arturo Vidal (m.11), que conectó con un certero cabezazo un tiro de esquina de Fernández desde la derecha.

Mientras Chile se adormiló, el equipo llanero se paró más arriba, Arango, Rincón y Seijas se hicieron más amigos del balón y, sobre todo a través de jugadas a balón parado, el visitante comenzó a merodear en la zona rival.

En los 33, la defensa chilena falló al salir por la derecha y la pelota le llegó regalada a Arango, que vio desmarcado a Maldonado que, como experimentado depredador del área, no tuvo problemas para derrotar a Bravo.

El gol no despertó al equipo chileno, cuya defensa cometió nuevos errores, uno de los cuales fue fatal: en los 45, falta sobre Maldonado en el borde del área y José Manuel Rey no perdonó: con un disparo preciso, puso en ventaja al visitante.

En el segundo tiempo Bielsa buscó el revulsivo con Millar y Orellana en lugar de Cereceda y Carmona, lo que tuvo efecto rápido, porque a los 52, Rodrigo Millar anotó el empate al recoger un mal rechazo de la zaga tras un tiro libre servido por Fernández desde la izquierda.

A los 60 minutos, Bielsa sacó a un intrascendente Humberto Suazo y envió en su lugar a Jorge Valdivia, que entró pasado de revoluciones y a los pocos minutos ya se había ganado una amonestación.

La ansiedad se apoderó del equipo chileno, que cargó de manera incesante, pero desordenada, lo que favoreció a la disciplinada zaga 'llanera', que además contó con el portero Renny Vega como una última barrera que respondió siempre que fue exigido.

El silencio con que el público se retiró del estadio fue la señal más elocuente del sabor amargo que dejó en los aficionados un equipo que, para peor, debe visitar el próximo miércoles a un Brasil exhuberante tras humillar a domicilio a la Argentina de Diego Maradona.