0-0 con Honduras, y México despierta sonrisas y fe... en EEUU

Mexsport

CIUDAD DE MÉXICO (Rafael Ramos Villagrana) -- En su peor momento futbolístico, México sabe, trémulo e inquieto, que tras un empate misérrimo 0-0 ante Honduras, lo espera su Waterloo en Columbus, para medirse a Estados Unidos el 11 de noviembre.

De la duda, al desengaño. El Hexagonal Final cita al Tri en dos infiernos: Columbus y Panamá, luego de las penurias espeluznantes ante Chile, El Salvador y Honduras, que se mete a la tómbola definitiva con los boletos a Rusia 2018.

Con el desenlace bochornoso en el Estadio Azteca, sólo hubo dos equipos felices: Estados Unidos y Panamá, los adversarios inmediatos del Tri.

Caos en el primer tiempo ante los catrachos este martes por la noche. Seleccionados y estadio tenían similitudes: un Azteca de mediocre entrada y un equipo de mediocre espíritu.

La primera media hora del juego fue de potestad catracha. De manera absoluta. Elis, Quioto y Martínez metieron escalofríos a Talavera. Rafa Márquez estaba fuera, y Diego Reyes perseguía, pero no anticipaba ni montaba diques.

México no generaba futbol. La pelota le era adúltera, en cómoda relación con una selección de Honduras. Primer tiempo... mientras Layún y Guardado, se perdían junto con Herrera, mientras Aquino se da cuenta que no puede darse el festín que ante El Salvador.

¿La banca? Juan Carlos Osorio manda pedir otra libreta. La primera se había llenado de apuntes en rojo. Da indicaciones, se desespera tenuemente, mueve la cabeza. La cancha es un desmentido de todas las prédicas del entrenador en la conferencia de prensa.

El primer tiempo fenece. México sólo rescata un par de intenciones de Ángel Zaldívar y el empuje de Héctor Moreno. El resto, espíritus de oropel, sometidos por la intensidad hondureña.

La afición no perdona. Los 40 mil que llegaron, con boletos a mitad de precio, unos, y otros regalados en tiendas de abarrotes, abuchean y silban. No se sabe si era un ulular por el presente o por la incertidumbre a futuro.

ARRULLO ABSOLUTO...

México releva a Sepúlveda con el 'Chucky' Lozano. Pero de entrada, Honduras reacomoda en la cancha su posición. Renuncia a proponer y decide aguardar, mientras deja a Elis como esperanza de conquistador. La impaciencia se la cede al equipo mexicano.

La mejor oportunidad de México, la primera de hecho en el juego, llega al minuto 56. Zaldívar a fondo y entrega medio gol a la llegada de Lozano. 'Chucky' aparece con el perfil correcto, con la pelota rugida de red, pero, de nuevo, se asusta y pone el balón en la tribuna.

La afición se lamenta. Sufre, se aterra. Va del Cielito Lindo a la ola. En la cancha su equipo mejora en un espejismo. Porque ese despertar debe agradecerlo a la estrategia de Honduras de administrarse físicamente resistiendo.

Intentos timoratos, accidentales, más que convencidos por parte de los jugadores mexicanos, con la inquietud absoluta sobre la presencia de los legionarios europeos.

Lo que no falta es el grito que escolta al portero. El veto al Estadio Azteca, han advertido los directivos, cada vez está más cerca de llegar sellado por FIFA.

Rafa Márquez se queda en la banca, y se convierte en el gurú de Juan Carlos Osorio. Diálogo, cuchicheos, susurros, acuerdos, desacuerdos. ¿No habría sido más útil Márquez en la cancha?

Dramáticamente, la segunda mejor oportunidad del Tri, es un cabezazo desviado de Héctor Moreno, en condiciones inmejorables. México consumó el divorcio con el gol.

Agrega Osorio cambios con los ingresos de Orbelín Pineda y Elías Hernández, con Honduras sembrado en su último tercio en la cancha. El pase al Hexagonal era suyo y no quería comprometerlo.

México tendrá dos amistosos en octubre: en Nashville se mide a Nueva Zelanda y en Chicago ante Panamá, su adversario en la segunda fecha del Hexagonal en noviembre, contraviniendo totalmente los reglamentos de FIFA.