Argentinos le ganó a Rafaela, pero descendió

RAFAELA (Télam) -- Argentinos Juniors, que llegaba ubicado en el último lugar de la tabla de promedios, venció esta tarde con facilidad a Atlético de Rafaela por 2-0, de visitante, pero descendió a la Primera B Nacional por el agónico triunfo de Sarmiento de Junín ante Olimpo de Bahía Blanca, en la última fecha del Campeonato de Primera División.

Damián Batallini abrió el marcador a los dos minutos del primer tiempo antes de salir lesionado a los 16 del mismo período y Juan Manuel Cobo, de cabeza al minuto del segundo, sentenció el resultado final, que fue insuficiente para evitar la pérdida de la categoría por el tanto de Renzo Spinaci cuando se jugaba el descuento en Bahía Blanca.

Argentinos sumó la segunda victoria del año, rompió una racha de once partidos sin ganar fuera de La Paternal y palpitaba un desempate con los juninenses, que finalmente quedó abortado por el milagroso triunfo en Bahía Blanca, con tanto de Renzo Spinaci en tiempo de descuento.

En efecto, el club de La Paternal soportó el quinto descenso de su historia a la segunda categoría, tras los sufridos en 1939, 1995/96, 2001/02 y 2013/14.

Al margen de la superioridad futbolística, la victoria de Argentinos en Rafaela se sustentó en el oportunismo de sus goles, pues marcó al comienzo de cada uno de los tiempos, lo que le facilitó la tarea ante un rival de escasas respuestas en el juego.

La defensa del conjunto dirigido por Juan Manuel Llop mostró desatenciones groseras dentro del área y permitió que la visita, por tercera vez en el torneo, pudiera anotar más de un gol en el mismo partido. La apertura del marcador se produjo en el primer avance del Bicho cuando Batallini se filtró entre los marcadores centrales y doblegó al arquero Axel Werner con un derechazo cruzado.

Liberado de la presión de conseguir la ventaja, Argentinos se agrupó con orden de mitad de cancha hacia atrás y le cedió la iniciativa a Rafaela, que desnudó todas sus carencias al momento de elaborar fútbol y pocas veces pudo inquietar al sobrio arquero Nahuel Lanzillota.

Una de ellas, sucedió a los 13 minutos de la parte inicial y estuvo cerca de convertirse en el empate transitorio. Mauro Albertengo dominó una pelota dentro del área, aguantó la embestida de Batallini y ante la salida del arquero definió suave pero Joaquín Laso, antes que la pelota cruzara al línea, despejó con un zurdazo al lateral.

En esa acción, Batallini se lesionó un tobillo y fue reemplazado por Lucas Rodríguez. Argentinos asimiló sin problemas ese accidente y retomó el control táctico del juego, siempre expectante a la posibilidad de un contragolpe o una pelota parada en los pies del experimentado Federico Insúa.

El Pocho tuvo un tiro libre a pedir de su zurda en la puerta del área, cuando se esfumaba la primera mitad, pero su remate quedó en la barrera y Argentinos marchó al descanso con el lamento de una buena oportunidad desperdiciada.

No obstante, Cobo la hizo olvidar rápidamente en el inicio de la segunda parte cuando capitalizó de cabeza otro desacople de Atlético en una segunda jugada de pelota detenida. Matías Catalán, el lateral derecho del equipo local, se mantuvo estático en el primer rechace del área y habilitó a todos sus rivales cuando Esteban Rolón lanzó nuevamente la pelota al área en forma de centro.

El segundo tanto significó un simbólico final del partido, con casi un tiempo entero por jugar, ya que el local en ningún momento mostró un plan ofensivo para evitar la derrota y Argentinos, cada vez más cómodo en la cancha, se dedicó a jugar lejos de su propio arco a la espera de una nueva invitación del rival para redondear la goleada.

En simultáneo, se palpitaba el desarrollo de las acciones en el estadio Roberto Carminatti, donde el local parecía mejor perfilado para la victoria. Sin embargo, el inesperado gol de Spinaci fue un mazazo para los jugadores y el banco de Argentinos Juniors, que disputaron los instantes finales en el Nuevo Monumental con evidente conmoción por el descenso que estaba a punto de concretarse.

Los hinchas locales, disconformes por la performance del equipo, que la próxima temporada tendrá serios problemas con el promedio, estuvieron a punto de suspender el partido cuando arrojaron proyectiles sobre el césped; mientras los allegados de Argentinos, ubicados en la cabecera opuesta, rompieron en llanto para un final que combinó furia y dolor en la gris tarde de la Perla santafesina.