México apretó y terminó por aplastar a Fiyi en JJ.OO.

SALVADOR DE BAHÍA (René Tovar | ESPN Digital) -- En medio de la oscuridad futbolística apareció la luz. Alguien tenía que colgarse el traje de héroe y soltar los de ‘villanos’ de Alfredo Talavera y Carlos Salcedo. Porque era Fiyi, simplemente por eso, Erick Gutiérrez supo darle rumbo a un barco a la deriva. Su memorable actuación tiene ribetes de heroísmo, increíblemente frente a un equipo semiprofesional, porque la primera mitad el desastre hacía percibir lo peor en Fonte Nova.

El fantasma de la vergüenza se acercó a la Selección. La intimidó. Provocó errores infantiles contra un equipo infantil. Porque los primeros 45 minutos parecieron que México se había convertido en Fiyi y Fiyi en México. ¿Quién era quién? Los que se equivocaban en pases cortos al pie y se veían trémulos o los que tocaban triangulaciones en el ataque y buscaban dar la sorpresa de la historia.

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México concretó cinco porque no pudo hacer más. Las definición es una signatura que no es pendiente en el representativo olímpico, sino en la historia del futbol mexicano. ¿Cómo entender fallas como las de Oribe Peralta, jugador consagrado que pudo cerrar el marcador 6-1? Ésa es la oportunidad que tiene que reinvindicar este equipo que terminó por derrotar a Fiyi, pero por destapar dudas sobre sus posibilidades reales en el certamen brasileño.

Los 90 minutos en Salvador de Bahía fueron noche y día. Los primeros 45 minutos con un equipo asustado por estar abajo en los primeros minutos. Con jugadores como Hirving Lozano que quiso tomar el protagonismo, pero no vio una porque los espacios se cerraron, junto con las ideas en el ataque.

Fiyi replegó líneas, pero entendió que también tenía que ir por la victoria. Alentado por los brasileños que los cobijaron y perdonaron sus limitaciones, intentaron sacudirse su propia historia. Como cuento de hadas, los fiyianos tuvieron contra la pared al equipo mexicano. Tuvo, incluso, la oportunidad de hacer el 2-0 que hubiera sido contundente, pero su misma inocencia hacia que pecaran en los toques finales frente a un México irreconocible.

El chip de México tenía que cambiar. Raúl Gutiérrez habló fuerte con sus jugadores. Erick Gutiérrez entendió el mensaje. Imposible perder. La historia los condenaría. El jugador del Pachuca fue una estocada en el corazón de Fiyi. Sus incursiones no pudieron contralarlas y ahí se fincó el regreso de los mexicanos a la competencia.