Real Madrid logra un título muy añorado

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MADRID (Paola Núñez, corresponsal) -- Real Madrid consumó su campeonato de Liga gracias a la victoria 0-2 sobre el Málaga en el último partido de la temporada disputado este domingo en La Rosaleda.

Cristiano Ronaldo decidió que la Liga ya había dado suficientes emociones fuertes esta temporada. No quiso que la ansiedad invadiera a los suyos - los que estaban en la cancha y los que seguían el partido a 500 km de distancia, desde la capital española - y terminara arruinando una brillante temporada del equipo merengue.

A los dos minutos de iniciado el encuentro, en la primera oportunidad del cuadro merengue, Cristiano se proclamó campeón.

Para eso se había reservado en el último cuarto de la temporada; para volver a ser el hombre decisivo en los momentos importantes.

Lo hizo dando el paso definitivo hacia su versión evolucionada como centro delantero. Una carrera por el centro después de un pase soberbio de Isco, batiendo en el mano a mano a Carlos Kameni con un espectacular regate.

El '7' festejó el gol que valió el título por todo lo alto.

Keylor Navas, desde la puerta, entendió el mensaje. Fue el único.

Los otros nueve, a su aire incluso antes de enterarse de lo que ocurría en Barcelona, decidieron manejar el partido de la misma forma que han llevado la temporada entera: dejando todo hasta el final. No hubo una notoria relajación en el cuadro merengue, pero sí demasiada permisividad al Málaga y un par fallos inauditos ante Kameni.

El arquero tico, que reservó sus mejores actuaciones para los últimos dos partidos, paró todo lo que iba en su dirección ante la (típica) parsimonia de la zaga. Estuvo a punto de dejarse el físico en ello y dio el susto de la tarde después de estrellarse con el poste dándose un fuerte golpe en las costillas. Málaga quería marcar el del empate antes del descanso; quería dar la última alegría a su afición y, de paso, curarse en salud. Lo buscó incansablemente, pero Navas también se había asumido campeón y no cedió un milímetro.

Madrid tuvo más cuidado tras la reanudación, y especialmente, después de que Cristiano Ronaldo se llevara un duro golpe producto de una falta de Luis Hernández. El madridismo sintió el peso del mundo sobre los hombros durante esos angustiosos segundos en que estuvo tendido en el campo pues, aunque hoy les había asegurado la Liga, a nadie se le olvida que "queda lo más difícil", en palabras de Zidane, con esa final de Champions ante la Juventus.

Madrid apuró el paso y en pocos minutos consumó la victoria con el 0-2. Apareció el 'salvador' de hombre de soluciones especiales, Sergio Ramos, con un disparo desde la frontal. Kameni hizo un vuelo espectacular para rechazar casi en la línea, pero su mala fortuna quiso que el balón cayera a los pies de Benzema, que marcó a placer, aunque probablemente en fuera de lugar pues el balón pareció desviarse en Varane.

Quedaba más de media hora, una eternidad para el Madrid, que empezaba a sucumbir ante los nervios y la ansiedad. Keylor tuvo una salida arriesgada que tuvo que solucionar Varane antes de enfrascarse en otra serie de paradas magistrales ante el bombardeo de los boquerones, que seguían resistiéndose a fungir de meros trampolines.

Con el correr de los minutos, Málaga fue bajando el pistón mientras en las gradas de La Rosaleda se escuchaba el grito de "campeones, campeones" de la afición visitante. Con poco más de 20 minutos, Zidane premió con minutos a Kovacic y James Rodríguez en lugar de Isco y Casemiro.

Benzema se mandó un tercer gol en un fuera de juego que no dejaba lugar a dudas y, naturalmente, fue anulado por el árbitro.

Madrid no quiso saber más desde ese momento. Se limitó a cuidar el resultado con la mente puesta en dar la vuelta olímpica y tomar el avión que los levaría de vuelta a casa, directo a La Cibeles.