Messi y Luis Suárez enderezan al Barcelona hacia la victoria

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BARCELONA (Jordi Blanco. Corresponsal) -- El Barcelona no falló en su visita al colista y se llevó una victoria mucho más clara de lo que mostró el marcador. No abrió la lata hasta rozarse la hora de partido, pero pudo lograr, ya antes, una goleada de escándalo.

Menos vertical, más asociativo, paciente y calmado, el equipo de Luis Enrique no sentenció su victoria en la primera parte por su poco tino en el remate final. Un disparo al poste de Luis Suárez, otro demasiado cruzado y dos remates de Messi que salvó de forma inverosímil Nauzet evitaron que la duda se acabase por la vía rápida.

Osasuna, que aún no conoce la victoria esta temporada en El Sadar, se mantuvo en pie casi de casualidad... Y hasta tuvo la ocasión de avanzarse en el marcador en un centro de Sergio León al que no llegó por centímetros Oriol Riera, canterano del Barça y amigo de infancia de Messi que cerca estuvo de provocar un disgusto al equipo de su vida...

Habría sido a todas luces injusto por cuanto el fútbol de esa primera mitad podría decirse que fue de lo mejor que se le ha visto esta campaña al Barça. Aparcó Luis Enrique a Rakitic manteniendo la confianza en

André Gomes (cinco partidos como titular en los seis últimos) y aunque el portugués no brilló lo esperado, el juego colectivo se ralentizó en comparación a otros compromisos.

De esta manera, el Barça se buscó en los espacios cortos, se pasaron sus jugadores el balón con prestancia y rapidez obligando a replegarse a Osasuna y encontraron con brillantez la meta de Nauzet. Pero sin acierto.

SUSTO Y TRIUNFO

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La segunda mitad comenzó con un inesperado cambio de guión que puso el miedo en el cuerpo al campeón. Echado hacia adelante, el Barça encontró, sin embargo, un rival más contestón y se vio asustado.

Umtiti, quien apartó del once a Mascherano, sufrió en la defensa posicional y en una contra rápida y sorpresiva Sergio León sorprendió a un adelantado Ter Stegen con un disparo lejano que se estrelló en el travesaño. Fue en el minuto cuatro del segundo tiempo.

El Barça entendió rápido que Osasuna, inferior pero orgulloso, empezaba a creer en sus opciones de frenarle y volvió a ponerse manos a la obra, recuperando las sensaciones de la primera mitad con el convencimiento de obtener el premio. Y llegó, por supuesto, a través de una jugada que recordó a ese equipo del pasado que aniquilaba a los rivales con una parsimonia y brillantez exquisitas.

Rozándose la hora de partido llegó el 1-0 de Luis Suárez después de una larga jugada empezada a la derecha y acabada con una asistencia de Jordi Alba desde la izquierda, como un acordeón perfecto que mareó al cada vez menos consistente contrincante.

La historia acabó un cuarto de hora después, con otra asociación magnífica sentenciada con el toque sutil de Messi, a pase nuevamente de Jordi Alba para celebrar sus 550 partidos con el Barcelona con el gol de rigor.

Que acabaron siendo dos, para cerrar el 3-0 definitivo con una diana espectacular en tiempo añadido, después de bailar a medio equipo contrario para batir con suficiencia, y espectacularidad, a Nauzet.

El Barcelona ganó por 3-0 pudiendo marcar al menos media docena de goles, frente a un Osasuna que, colista, le puso todo el empeño pero acabó entregado a la lógica. Y logró la victoria, el Barça, a través de un fútbol con reminiscencias del pasado. Sin vértigo ni verticalidad; con pausa y asociación.

Son las mil caras del Barcelona.