Independiente tuvo un tiempo malo y otro bueno en el 0-0 con San Martín

En el debut oficial de Ariel Holan como entrenador de Independiente, el equipo fue intrascendente en el primer tiempo y levantó mucho su producción en la segunda parte, pero sólo empató ante un conservador San Martín de San Juan 0-0 en el Estadio Libertadores de América.

Por la decimosexta fecha de la competencia doméstica, el Rojo de Holan afrontó su primer partido del año y se notó la intención de jugar al ras y en forma asociada y ambiciosa, pero también quedó en evidencia que falta bastante para alcanzar ese propósito.

Con todo, el local mereció imponerse por su mejoría en el segundo capítulo y, en especial, en los minutos finales del cotejo, en los que estuvo al borde del triunfo.

Hubo inclusive dos remates en los postes que privaron al Rojo de la victoria y esos envíos fueron de Emmanuel Gigliotti y Martín Benítez.

Es más, en la última jugada del encuentro, un cabezazo del capitán Nicolás Tagliafico tuvo como dirección la parte interior del ángulo superior izquierdo de la valla de Luis Ardente, pero el arquero de los verdinegros recurrió a un vuelo impresionante para desviar la pelota por arriba del travesaño.

En el primer período el anfitrión intentó salir del fondo con prolijidad, pero fue incapaz de complicarle la tarea a un cauteloso conjunto sanjuanino, que ante todo le dio prioridad a cuidar el cero en el arco propio, a la espera de alguna oportunidad para procurar sorprender la portería del uruguayo Martín Campaña.

La impotencia de Independiente careció de solución o paliativos en toda la primera mitad del partido.

El segundo segmento fue distinto, muy distinto si se considera el último cuarto de hora.

El Rojo jugó ese episodio final de menor a mayor y para eso fueron gravitantes Ezequiel Barco y Benítez, quienes ingresaron en el minuto 7 en reemplazo de Lucas Albertengo y Gastón Togni, respectivamente.

Con el juvenil y promisorio Barco hubo un socio creativo para el experimentado Walter Erviti y al conjunto se lo vio más lúcido, preciso y profundo.

Benítez también refrescó al elenco rojo en la busqueda de la valla de Lucho Ardente.

En esa segunda etapa se abasteció por lo tanto de un modo más adecuado al siempre perseverante y peligroso Gigliotti.

En definitiva, el exigente público del Rojo despidió al equipo con aplausos, como dándole un voto de confianza.