Real Madrid vuelve a perder una ventaja

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DORTMUND (Paola Núñez, corresponsal) -- Real Madrid se descuidó de nuevo. El conjunto merengue no pudo pasar del empate 2-2 en su visita al Borussia Dortmund de este miércoles.

Fue el tercer empate al hilo, primero en Champions, y todo por no saber cerrar partidos y dejarlo todo al azar ante un equipo con gran poderío en ataque.

Cuando Luka Modric se pone al mando y la BBC se encuentra, son una delicia. Más, si James Rodríguez trabaja para ellos. Cristiano Ronaldo puso el broche de oro a de una de las jugadas más completas de la temporada merengue. A la contra, con la medida justa de velocidad, creatividad y conexión entre los hombres de Zidane.

El croata indica el camino con un pase sublime, James le da dirección y Bale, que lleva meses con la confianza por las nubes, sirve a Cristiano de tacón - en el área y con un defensa casi pegado a cuerpo - para que el '7' sepultara la tediosa polémica surgida tras su último berrinche, cuando Zidane lo mandó a descansar por mera decisión técnica.

El problema para el Madrid, es que esas jugadas de ensueño de los 'tres grandes' en ataque llegan a cuentagotas. La jugada del gol fue el único momento brillante del ataque merengue en el partido. Después, el sufrimiento. Resolver sobre la marcha como sea y después "ya se verá", como dice Zidane.

Era para éste partido, tan importante como complicado, que el técnico decidió dosificar a su estrella. Y en ese momento, a los 17 minutos de iniciado el encuentro, el propio Cristiano le dio la razón poniendo el 0-1 en el marcador con su gol 98 en la Champions League. El portugués festeó con el técnico y lo dedicó al resto de portugueses del plantel, Coentrao y Pepe, que esperaban su turno en la banca.

El plan era simple. Madrid, que nunca ha ganado en Dortmund, aprovechó la que tuvo y se replegó esperando una oportunidad al contragolpe. Varane daba seguridad y aún sin Marcelo, con Danilo en la banda izquierda, parecía aguantar pese a las embestidas del temible ataque alemán liderado por Aubameyang.

Mejor aún, Zidane había retrasado la vuelta a la acción de su arquero estelar, Keylor Navas, para el partido más difícil del último mes. Pero al tico le pesó la inactividad tras pasar por el quirófano a principios de junio y cometió un costoso error al despejar un cobro con los puños hacia el centro del área. El balón rebotó en Varane, que se contorsionó sin éxitos para intentar esquivarlo - y se coló en la puerta.

El tico pidió perdón por su descuido - tan infantil como inaudito viniendo de uno de los porteros más seguros del planeta - pero eso no resolvió el problema. El Real Madrid tuvo que empezar de cero y tardó más de media hora en poder retomar la ventaja, algo de lo que ha adolecido el Madrid en los últimos partidos, sobre todo ante rivales como el Borussia, con ideas claras y suficiente calidad en sus filas.

Las llegadas del Madrid eran escasas y sin un hombre como Casemiro en la recuperación, era el conjunto alemán y no el Madrid el que más se acercaba a romper el empate. Afortunadamente para los blancos Varane tenía ganas de reivindicarse por no haber podido vencer a las leyes de la física en la ugada del gol alemán y en otro contragolpe fulminante, pusiera el 1-2 en el marcador a 20 del final luego de que Benzema estrellara el balón en el travesaño cuando ya se le acababa la cancha.

Y VUELVE A SUFRIR

Al Madrid, el equipo más rico del mundo, con el máximo goleador histórico de la competición en sus filas, se le pasó la mano con el coqueteo con la fatalidad. Se encerró y se encomendó a Keylor, que tras la pifia volvió a vestirse de santo de Chamartín y lo salvó casi todo...

Hasta que los adolescentes maravilla del Borussia, Christian Pulisic y Emre Mor, entraron a la cancha, sobre todo el estadounidense, que hizo ver su suerte a sus experimentados y condecorados rivales, ganando todas y cada una d las carreras a velocidad y con un centro tras otro hasta que encontró a Schürrle para que éste batiera a Keylor.