Real Madrid reacciona a tiempo y resuelve en casa

MADRID (Paola Núñez | ESPN Digital) -- El Real Madrid venció por 3-1 al Nápoles en la ida de los octavos de final de la Champions League disputada este miércoles en el Santiago Bernabéu, una valiosa ventaja para la vuelta que se disputará en San Paolo el 7 de marzo.

Tras ocho minutos de juego, pasó lo que Zinedine Zidane había advertido. La velocidad y el descaro del ataque napolitano metieron en problemas al Real Madrid. No ayudó la grave falta de concentración de Keylor Navas; inapropiada para una eliminatoria de Champions League. Marek Hamsik, por quien pasa cada balón en el Nápoles, con los que suele sacar petróleo de la jugada más inocente, adelantó un balón en apariencia flojo entre Varane y Casemiro, que no hicieron gran cosa por estirarse para cortar, y Lorenzo Insigne marcó el primero con un potente disparo desde fuera del área aprovechando la mala salida del portero merengue. Cuando Keylor Navas se quiso dar cuenta, el esférico ya había cruzado la línea de gol.

Insigne celebró con un alocado sprint hasta su área. Nápoles había venido para esto. A mostrar valentía y, al menos, dejar la eliminatoria abierta para rematar en San Paolo.

Pero era demasiado temprano y habían despertado la ira de los locales, que no carecen de armas.

Los blancos salieron rápidamente del estupor para devolver el golpe con Luka Modric como brújula y un inspiradísimo Karim Benzema al frente. En cada jugada, el '9' merengue tuvo algo que decir; ya fuera presionando a la salida de los napolitanos, abriendo el camino hacia la puerta, como suele, o buscando él mismo la portería. El francés tardó diez minutos en poner las tablas con un cabezazo a un pase soberbio de Dani Carvajal desde la derecha. Para entonces, al Nápoles se le había acabado el elemento sorpresa (si se le puede llamar así); Varane y Ramos jugaban con mayor precaución procurando conservar sus posiciones y la mente Keylor había vuelto al presente. Pese a la valentía napolitana, fue el Madrid quien pudo irse al descanso con la ventaja pero Cristiano y Karim fallaron dos oportunidades clarísimas.

Quien no falló fue Toni Kroos, quien efectiva la primera gran oportunidad de la segunda mitad a cuatro minutos de reiniciado el encuentro tras una gran jugada de Cristiano Ronaldo. El portugués se coló hasta la línea de fondo y retrasó el balón para Kroos, que con vía libre se internó hasta el área por el centro para rematar a placer. Al Nápoles aún le quedaba algo de bravura, pero su confianza empezaba a verse minada; peor aún, no se daba a vasto para frenar a los merengues, que lejos de conformarse, buscaron con más insistencia el tercero.

Se lo encontraron cinco minutos después con un derechazo de Casemiro desde el borde del área a un balón rechazado por la defensa en una incursión de James.

El Madrid, ese equipo que a veces parece desganado y sin ideas, pero cuando le importa sale a matar, le estaba dando una cátedra a nivel táctico al aguerrido Nápoles y llegaba al área de Pepe Reina con gran facilidad.

Pero los de Sarri no quisieron darse por muertos y aunque tuvieron que redoblar esfuerzos para frenar al rival, aprovechaban el mínimo espacio para buscar a Keylor. Pudieron descontar con poco más de 20 minutos por jugarse, en una rara ocasión en que la defensa del Madrid permitió la carrera de sus tres puntas hasta el área, pero Dries Mertens, solo ante Keylor, envió el balón a la grada. Poco después, Zidane hizo su primera modificación. Sacó a Ramos, probablemente tocado, para dar juego a Pepe después de casi dos meses sin acción. El capitán merengue abandonó la cancha acompañado por una ovación y hasta James y el siempre discutido Benzema tuvieron su dosis de aplausos cuando dejaron sus lugares a Lucas Vázquez y Morata.

La felicidad blanca era total; estaban cerca de dar un paso de gigante hacia los cuartos de final. Madrid bajó el ritmo y se dedicó a pasearse apaciblemente por el campo e incluso cedían el balón, hasta que, previsiblemente, Nápoles los puso sobre aviso con un tanto que no subió al marcador por fuera de lugar de Callejón. Sarri recurrió a Milik, recientemente recuperado de una lesión, en el último intento por volver al partido. Pero el Madrid no permitió ni una más.