Barcelona dejó vivir al Atlético en la Copa del Rey

MADRID (Paola Núñez | ESPN Digital) -- El Barcelona sufrió de más para sacar una victoria por 1-2 del campo del Atlético de Madrid en la ida de la seimifinal de la Copa del Rey disputada este miércoles en el Vicente Calderón.

Barcelona creyó matar al Atlético de Madrid al segundo robo, que acabó en una carrera de Luis Suárez que dejó al descubierto la decadencia rojiblanca en defensa. Se quitó fácil a Godín, que achicó mal, y dejó a Savic congelado rodeándolo con un autopase para plantarse solo frente a Moyá y poner el 0-1 con un soberbio toque colocado.

Enmudeció el Calderón, que dado el reciente desempeño del Atlético, no esperaba que sus jugadores se repusieran del golpe.

Y en efecto, el tanto desubicó durante un buen rato al Atlético, que acababa de ver su plan de cuidarse bien las espaldas, presionar arriba y valerse del talento de Carrasco y Griezmann para todo lo demás irse por la borda.

Barcelona hacía lo que quería, obligando al Atlético a correr desbocado detrás del balón. Los locales no encontraban cómo frenar a los hombres de Luis Enrique si no era al golpe - que los hubo y bastante fuertes, sobre todo en el centro del campo - o las intervenciones de Moyà. El portero mantuvo el tipo hasta que pasada la media hora se topó con un obstáculo insalvable: la zurda de Messi.

Un cambio de juego, una triangulación perfecta para desorientar a una defensa lenta en reacción y una genialidad del argentino, que con un disparo fulminante desde fuera del área marcó el 0-2.

En ese momento el Atlético perdía hasta el alma y, para mayor angustia, el Barça les daba lecciones en también en defensa con una gran organización y movimientos en bloque que impidieron que el cuadro local pudiera realizar un solo disparo a puerta en toda la primera mitad.

Barcelona no aprovechó para sentenciar y acabó pagándolo, pues Simeone decidió entonces jugárselo todo. Tras el descanso sentó a Vrsaljko y mandó al campo a Fernando Torres, obligando a que Carrasco se moviera a la banda y Juanfran a la defensa. Poco después sentó a un errático Saúl para dar oportunidad a Nico Gaitán.

Revivió el cuadro rojiblanco, que poco a poco, empezó a ganar terreno y empujar al Barcelona hacia atrás hasta que al filo del minuto 60 consiguió su oportunidad de oro en una jugada a balón parado, que inició con un cobro de Gabi, que envió el balón al área para que de un cabezazo Godín sirviera a Griezmann y éste, a su vez, descontara con otro testarazo.

La esperanza renovada impulsó al Atlético a buscar el del empate; a hacer más grande la grieta que, a fuerza de atacar con cuatro, acababan de abrir en la defensa del Barcelona. Pero lo que encontraron fue media hora más de sufrimiento. Una y otra vez el Atlético llegaba al área, amenazante, pero fueron apenas oportunidades perdidas por falta de tino de los atacantes rojiblancos. Se aferraron al balón como no lo habían hecho en una hora entera obligando al Barcelona a replegarse, que por otro lado, no

Necesitaba más que la mínima oportunidad era suficiente para volver a tomar ventaja y los 22 lo sabían. Lo acabó impidiendo Moyà en la más clara del cuadro catalán, luciéndose con la parada de la noche a un cobro de Lionel Messi.

Los últimos 15 minutos acabaron jugándose en la mitad culé del campo, pero no había manera de que el Atlético consiguiera el del empate a pesar del bombardeo a Cillesen. Los atacantes simplemente no tuvieron tino. Un doloroso recordatorio para los locales de lo lejos que hoy están de aquel equipo luchador que compensaba sus limitaciones con pundonor para mirar a los ojos a los mejores.