El Espanyol alivia su crisis a costa del Real Madrid

BARCELONA (Jordi Blanco | ESPN Digital) -- El Real Madrid tiene fija la mirada en la Champions, en su visita al Parque de los Príncipes y en concluir sin más aspavientos su pase a los cuartos de final ante un PSG que solo respira por Neymar... Así, de pronto, podría explicarse que este martes, en Barcelona, pasara con más pena que gloria, con un equipo muy disminuido y encajando una derrota, en tiempo añadido, con el gol, golazo, de Gerard Moreno. Venció el Espanyol por 1-0 porque lo buscó, porque quiso y porque, a fin de cuentas, lo mereció.

Ganó en la Liga al Atlético, venció en la Copa al Barça y cerró el triángulo consiguiendo la primera victoria de la historia de su nuevo estadio frente a un Real Madrid tan apagado como sin personalidad. Y que dio la impresión, al acabar el duelo, de marcharse como si aquello no fuera con ellos.

Sin Marcelo, sin Casemiro, Kroos, Modric o Cristiano, con Carvajal o Benzema en el banquillo y con tanta calidad como poco nervio, el equipo de Zidane perdió al cabo de ocho jornadas ofreciendo una imagen entre discreta y lamentable. Olvidado el título de Liga hace semanas, se antoja igualmente imposible que quedase más abajo del cuarto puesto a la vista de una clasificación en la que el quinto (Villarreal) está 10 puntos por debajo.

El Espanyol le tuteó con ganas y encontró un premio enorme a su esfuerzo. Comenzó con el miedo habitual el equipo blanquiazul... Pero a partir del cuarto de hora avanzó líneas y con la fuerza de un Carlos Sánchez que demostró ser una auténtica Roca que se llevó por delante cualquier contrario, impuso su orgullo.

Pudo, puede, quejarse el grupo de Quique Sánchez Flores de un gol anulado, mal anulado, a Gerard Moreno por fuera de juego inexistente. El delantero catalán estaba en línea con Llorente cuando cortó el disparo de Carlos Sánchez antes de cruzar un disparo imposible para Keylor, que acabó siendo de lo más destacado de ese desdibujado Real Madrid.

Al final, cuando ya buscaba el tiempo añadido el momento final, Gerard tomó un balón excelente, con una volea inesperada y marcó un golazo que vale su peso en oro, hace olvidar cualquier peligro al Espanyol y castigó a un Madrid sin nervio.