Sufrida victoria del Barça

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(Jordi Blanco, corresponsal) -- El Barcelona repitió la costumbre en Ipurúa, ganando su octavo partido consecutivo al Eibar (todos los disputados) y recuperando sensaciones después de dos empates que habían provocado el susto alrededor del Camp Nou. El líder ganó por 0-2 y aparcó cualquier debate. Aunque su juego anduvo muy lejos de la excelencia que se le supone.

Valverde sorprendió, de entrada, no reservando nada y confirmando que el partido del martes en Londres frente al Chelsea no existía este sábado. A pesar de que Coutinho, el fichaje más caro de la historia del club, y Semedo no pueden jugar el partido de ida de los octavos de final de Champions en Stamford Bridge, el entrenador azulgrana solventó dejar a ambos en el banquillo y dar carrete a un once que, en buena lógica, será el que inicie el partido ante el Chelsea. Un esfuerzo bestial que, de entrada, se adivinó de difícil explicación.

Pero quien pudiera argumentar la decisión de Valverde en buscar con el equipo de gala una victoria por la vía rápida, intentando sentenciar en los primeros instantes, se quedaría prendado y enganchado a un duelo inesperado. El Eibar, invicto en los 4 últimos partidos y que solo había perdido uno de los últimos 10, apareció sobre el campo con una ambición sin límite. Y el Barça lo acusó.

Ya había avisado en la previa el técnico del Barça de este carácter del equipo armero... Y no dieron la impresión sus hombres de saber cómo sacarse esa presión de encima. Dos ocasiones de entrada, con el líder casi encerrado en su área, sufriendo por combinar e incómodo en el campo como no se recordaba. Avasallado a base de rapidez y verticalidad por un Eibar crecido y convencido de sus opciones... Hasta que recibió el golpe.

Apenas superado el primer cuarto de hora, en un balón sacado a la carrera, Messi vio la arrancada de Luis Suárez y le lanzó un pase profundo, raso y en diagonal, que superó la línea defensiva local, llegó al uruguayo y acabó en la red, después de que éste driblase la salida del meta para marcar a portería vacía.

Encajó con sobriedad el golpe el Eibar y no supo dar el paso adelante que se esperaba el Barça. Calmado en el campo, más defensivo que de costumbre y buscando rematar el partido a la contra, el líder no ofreció lo esperado, por más que a ocasiones pudo ciertamente sentenciar a un rival animoso aunque evidentemente inferior.

La discusión comenzó a acabarse a los 66 minutos, cuando tras una falta Fabián Orellana, peligroso en su ataque y que llegó a estrellar un balón en el travesaño, cometió la estupidez de desplazar el balón tras una falta de Pape Diop. El árbitro interpretó, se supone, pérdida de tiempo (¿?) y le sacó la amarilla, segunda y que provocaba la expulsión.

Se vino abajo, entonces sí, el Eibar, que acusó aún más la expulsión algo más tarde del entrenador local, Mendilibar, por protestar una jugada de Suárez, muy similar a la de Orellana, para acabar el partido como un animal herido, con ánimo pero sin cabeza.

Se cerró la tarde con el 0-2 de Jordi Alba a los 88 minutos que solventó una victoria vestida de sufrimiento del líder. Recuperó la senda de la victoria en la Liga después de dos empates consecutivos y viajará a Londres con la tranquilidad en el cuerpo en cuanto a resultados.

Aunque su juego, en Ipurúa, no fuera este sábado precisamente el mejor.