Reapareció Cristiano para aligerar la presión al Real Madrid

MADRID (Paola Núñez Corresponsal ESPN Digital) -- Reapareció Cristiano con lo justo para aligerar la presión por la escasa cuenta goleadora del Real Madrid y encaminar el triunfo casi obligatorio del campeón reinante sobre el APOEL de Nicosia en la Champions League.

El '7' marcó dos tantos en su primer partido en casa en lo que va de la actual campaña, en el debut merengue en la Champions League.

El portugués llegó a 107 tantos en Champions League, pero habría podido registrar muchos más. Ganas no le faltaron; sí la puntería, el tempo y hasta la suerte.

La buscó de mil maneras y agotó todos sus recursos al punto de intentar cabecear un balón en las manos del portero rival. Corría por todos lados buscando alguno de esos balones que por momentos le llegaban a cuentagotas, cuando no se desesperaba y reclamaba histriónicamente desde un discutible gol fantasma hasta un penal.

Getty Images

Cristiano Ronaldo empezó y acabó peleándolo todo; en parte compensando ese largo mes de ausencia por aquella dramática expulsión ante Barcelona, y en parte porque ya va tarde con la cuota goleadora y es hora que Marco Asensio, hoy fuera, sigue por delante de él con un tanto más.

Apenas tomar algo de vuelo, Cristiano hizo debatible aquello de que el Real Madrid "no depende de Cristiano", como jura Zinedine Zidane, aunque necesitó ayuda.

Fue él quien antes de que se cumpliera el primer cuarto de hora abrió el marcador, pero solo cuando logró conjuntarse con el otro par de monstruos al ataque, Gareth Bale e Isco, que cuando encuentran rival a modo, y Zidane lo permite hacen lo que les place.

La jugada nació de un robo de Isco, que tras uno de sus recortes de marca propia, la cedió a Gareth Bale, que comodísimo en la banda izquierda, le puso un pase cruzado milimétrico al '7', para que este batiera a Waterman.

Ese gol cayó casi por inercia. El bicampeón europeo y el modesto equipo chipriota juegan en dos galaxias a años luz de distancia. A los hombres de Giorgis Donis les costaba hasta adivinar hacia dónde se dirigía el pase e incluso tardaban varios segundos en percatarse que les habían robado un balón.

Pese a ello, el Madrid, y en especial Cristiano, tuvieron que esperar hasta la segunda parte para aumentar su ventaja. Creaban una oportunidad tras otra, pero sus intentos se veían frustrados por la falta de puntería en la mayoría de ocasiones.

Y encima, los de Zidane perdieron a por una lesión a Mateo Kovacic, que hasta el momento en que pidió su cambio, era quien repartía juego. El entrenador envió a Toni Kroos al campo y el Madrid se tardó unos minutos en recomponerse, un tiempo precioso que el APOEL no aprovechó porque no quiso y para cuando se volvieron a encontrar, había llegado ya el descanso.

Pero apenas volvieron de las regaderas, se pusieron manos a la obra para sentenciar. A la primera acción ofensiva, Cristiano estrelló un balón en el travesaño que rebotó en la línea. En vano protestó el '7', pues no se le concedió el gol.

Ese berrinche se le pasó pocos minutos después, cuando el árbitro decretó un penal a favor de los merengues por una mano accidental de Roberto Lago en el área y Cristiano pudo curarse en salud poniendo el 2-0 desde los once pasos.

Los merengues se dieron por bien servidos en ese momento, y aunque siguieron abusando de las carencias del rival, lo hicieron con más calma.

A media hora del final, Sergio Ramos decidió robar algo de protagonismo a la noche del portugués, y en un contraataque que había iniciado el mismo con un robo muy cerca del área de Keylor, aumentó la cuenta a 3-0 con una torpe chilena aprovechando el más torpe aún despeje del arquero Boy Waterman a un cabezazo de Gareth Bale.

El galés volvió a escuchar silbidos de un sector de la grada cuando dejó su lugar a Borja Mayoral a diez minutos del final. Cosas inexplicables del Bernabéu, que pita a los suyos aún ganando por 3-0.

El partido se fue apagando lentamente, pero Cristiano seguía a lo suyo.

Reclamó igual de energéticamente a tres del final como en la primera parte tras la anulación de su último tanto por un claro fuera de lugar. Tal vez porque se veía ya con un hat-trick más en su cuenta.

De todos modos el portugués acabó en paz. Había puesto su granito de arena para que el Madrid aumentara su racha de partidos consecutivos marcando gol a 72 e iniciara su defensa del título con una victoria.