Mucho Messi para el Espanyol

BARCELONA (Jordi Blanco | ESPN Digital) -- El FC Barcelona jugará las semifinales de la Copa del Rey por octava temporada consecutiva, después de convertir el derbi en la victoria de costumbre cuando se disputa en el Camp Nou y apagar los planes de un Espanyol que tardó 25 minutos en verse remontado y acabó cediendo su 11ª derrota consecutiva en el estadio azulgrana, esta vez por 2-0. Lo necesario.

Fue un derbi, eso sí, intenso como los de antaño, en el que los blanquiazules abrazaron el milagro en una apasionante segunda mitad que tuvo al Barça buscando el 3-0 definitivo y al Espanyol, en la recta final, el 2-1 milagroso y decisivo.

En la eliminatoria, eso sí, la ventaja periquita duró lo que decidió que durase Leo Messi. El '10' se abrazó a Mascherano antes de comenzar el partido y debió susurrarle que iba a dedicarle el triunfo azulgrana. Quiso el Barça repetir la experiencia copera del Celta, al que goleó de manera salvaje en media hora, pero mantuvo el tipo el Espanyol, golpeado en el marcador y dominado en el terreno de juego... Pero vivo al fin y al cabo, que es en el fondo el suspiro al que se agarraba Quique Sánchez Flores.

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Messi llevó los mandos en la misión azulgrana. El 1-0 lo marcó Luis Suárez después de un soberbio centro de Aleix Vidal... En una jugada que comenzó en la recuperación de la Pulga. Apenas se llevaban 9 minutos de partido e igualó el Barça una eliminatoria que mantuvo ahí inmediatamente después Cillessen, excelente de reflejos al disparo de Gerard.

El repliegue del Espanyol, obligado por el asalto del campeón, daba a pensar en que podría no mantener mucho tiempo la eliminatoria igualada. Y acabó por cumplirse ese temor periquito cuando Messi peleó un balón sin importancia aparente para acabar convirtiendo la jugada en un remate envenenado que rebotó en Naldo, despistó a Pau y colocó el 2-0.

Sin alcanzarse la media hora un par de zarpazos del '10' azulgrana habían bastado para dar la vuelta a la eliminatoria. Y para dar a pensar en un paseo militar, otro, en un Camp Nou entregado. Y sin embargo el Espanyol, contra la lógica del momento, se mantuvo 'dentro' de la eliminatoria. Un gol, difícil de pensar pero no imposible de realizar, le daba el pase. Tal cual.

La idea blanquiazul, la de Quique Sánchez Flores, era apretar los dientes en la contención y buscar alguna contra milagrosa. Entró tras el descanso Leo Baptistao y más tarde Sergio García, acompañantes de Gerard Moreno en esa misión que se entendía imposible.

Parecía, claro está, más cerca el 3-0 que el 2-1. Entró Paulinho para dar fortaleza y debutó Coutinho para dar calidad, dio un nuevo empuje el Barça y salvó Pau en dos ocasiones seguidas al Espanyol de la sentencia.

Y llegado el rush final, echando un guiño al milagro definitivo, Quique metió en juego a Melendo, autor del 1-0 en Cornellá. Poco antes Gerard había pedido penalti en una caída en pelea con Jordi Alba y para entonces el Espanyol ya entendía que daba igual todo y que precisaba arriesgar para conquistar la gloria.

El riesgo motivo contras locales, con remate al poste de Messi en pleno desespero del Espanyol, buscando ese imposible que no pudo alcanzar. Y el Barça, incómodo como no recordaba en un derbi, sentenció su pase a las semifinales de Copa.