El Atlético cumple su rol de favorito

(Paola Núñez / Corresponsal) Saúl decidió tener otra de sus grandes noches europeas. Abrió la cuenta con un golazo a larga distancia y desencadenó la jugada que culminó en el segundo tanto del Atlético de Madrid, que dejó encaminada la eliminatoria de octavos de final de la Europa League con una victoria por 3-0 sobre el Lokomotiv de Moscú.

El Atlético de Madrid encontró presa fácil en el conjunto ruso, que llegó al Wanda Metropolitano sin mayor ambición que la de no llevarse una goleada.

El Lokomotiv se encerró en su mitad de la cancha de principio a fin; sin dejar espacio entra líneas, defendiendo con ocho y a veces con diez.

Un muro que Costa y Griezmann intentaban derribar por activa y por pasiva sin encontrar la mínima rendija. No les facilitaba la misión el que Diego Simeone decidiera salir con cierta cautela después de perder a dos hombres clave en defensa; el arquero Jan Oblak, con molestias, y el central Diego Godín, baja de última hora por gastroenteritis.

A falta de más opciones, el Cholo envió a la cancha a Axel Werner, que jamás había disputado un partido oficial con el Atlético de Madrid. Pero resultó una noche apacible para que el argentino de 22 años tuviera su debut. Apenas un par de intervenciones en balones sin el mayor peligro. Poco más. Lokomotiv tardó casi 80 minutos en realizar su único remate a puerta.  

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La nula propuesta ofensiva del rival permitió que el Atlético, poco a poco, adelantara líneas buscando derribar la muralla. Si tardó 22 minutos fue porque los rusos dejaban un milímetro y tuvieron que recurrir el experto en misiones imposibles. Saúl.

El mediocampista español se hizo con el balón en su propia mitad y al ver que no había camino por donde llegar hasta el área, probó con un zurdazo, casi quirúrgico, a varios metros de la media luna.

Tras el 1-0 Lokomotiv no quiso ni aventurarse a cruzar al otro lado. Y comenzó el tedio. Atlético dominaba, hacía el amago de acercarse, acto seguido se replegaba y después enviaba a un hombre rápido que inevitablemente acababa estrellándose en la defensa.

Apenas iniciada la segunda mitad, Saúl decidió acabar con la tortura. Envió un balón al área con un pase bombeado sobre las dos líneas defensivas del cuadro ruso para que Griezmann se colara sin hacer el menor ruido y rematara a quemarropa. Guilherme rechazó como pudo, pero el balón le cayó a Diego Costa, que sentenció de primera.

El Atlético de Madrid se acomodó, casi esperando a que transcurriera el tiempo entre toque y toque. Ya si alguien encontraba vía libre para descolgarse, fenomenal. El Cholo se guardó a sus hombres estelares en ataque, que aún queda una dura semana por delante antes de la vuelta y no le sobran efectivos.

Dio tiempo a Vitolo, Fernando Torres y Kevin Gameiro, pero solo fungieron como meros testigos, pues fue Koke quien cerró la goleada en un contraataque que culminó en un centro desde la izquierda de Juanfran cuando el estadio, de por sí poco concurrido, comenzaba ya a vaciarse.