Morata y Griezmann alargan la Liga unos días más

Atlético de Madrid cumplió con la promesa de pelear "hasta el último suspiro", así sea solamente para postergar por unos días el que parece ya un inevitable desenlace: que Barcelona se proclame campeón.

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El equipo rojiblanco venció por 3-2 sobre Valencia este miércoles dando una imagen mucho más seria de lo que se estaba convirtiendo en habitual.

Como si el espíritu de lucha les hubiese sido devuelto consumadas las dos grandes decepciones de la temporada en Campions y Liga, los de Simeone hicieron frente al encuentro bastante determinación, pues nadie quería facilitar la conquista del título por adelantado al Barcelona, más de lo que lo habían hecho ya con aquel patinazo en el Camp Nou, en cualquier caso. Y se lanzó desde el inicio a decidir lo más pronto posible.

Morata más que ningún otro. Para cuando abrió el marcador a los ocho minutos ya había probado dos veces a Neto.

Lo celebró en grande. Por una vez su posición no había dado motivo a dudas, ni en la cancha ni en la sala del VAR. No volvería a tener tanta fuerza.

Diez minutos después, el español vio otro tanto anulado tras un contrarremate por un fuera de lugar que tampoco dejaba lugar a dudas. Estaba casi dos metros por delante cuando Griezmann realizó el primer disparo.

Atlético crecía en confianza, pero le costaba un poco mantener a raya al Valencia. En parte por la fuerza de los de Marcelino, y en parte por las complicaciones de un césped resbaloso y pesado a causa de la lluvia.

A la primera que Valencia logró una escapada llegó el empate, en una jugada por la izquierda que acabó con disparo de Kevin Gameiro casi a bocajarro a u pase de Mina que Godín bien podía haber impedido.

No hubo muestras de temor del Atlético de Madrid, que se recompuso rápidamente, pero no fue hasta iniciado el segundo tiempo que Griezmann devolvió la ventaja a los suyos de un cabezazo.

El Atlético ganaba por 2-1 a 15 minutos del final cuando el colegiado Hernández Hernández cedió un dudoso penal al Valencia y apudo acabar decidiendo el presente y el futuro. Lo evitó Ángel Correa, quizás el mejor revulsivo de Simeone.

Valencia, que se jugaba la diferencia entre participar en Champions o Europa League, también había tenido una digna puesta en escena y tenía cercado al Atlético. La fe que movía a Gameiro y Santi Mina, que no dejaron de luchar un solo minuto, solo aumentaba con cada uno de sus intentos. Atlético hacía lo posible por sobrevivir toda la defensa en el área para proteger a Oblak. En una de las cargas valencianas, Saúl - que había pasado al lateral después de que Filipe abandonara la cancha dando entrada a Correa - vio venir el potente disparo del francés y solo atinó a darse la vuelta para que le pegara en la espalda. No le alcanzó el tiempo. El balón rozó el brazo del mediocampista y fue suficiente para que el árbitro decretara el tiro penal.

Dani Parejo, aunque algo adelantado, estuvo soberbio en el cobro para poner el 2-2. Valencia celebraba por todo lo alto, haciéndose ya cuarto clasificado, cuando una carrera que culminó en un fogonazo de ángel Correa puso el tercero para el Atlético. Y la pausa a la fiesta en Barcelona.