Benzama evita un ridículo del Real Madrid

MADRID (Paola Núñez | ESPN Digital) -- Karim Benzema salvó al Real Madrid de la 'quema'. Un tanto del francés en la recta final del encuentro le dio la victoria 3-2 sobre Huesca en el partido disputado este domingo en el Santiago Bernabéu.

El desdén al equipo chico se paga alto cuando no hay en la cancha una escuadra capaz de hacer valer su supuesta superioridad. Olvidaron que el precio y el peso de la camiseta no es suficiente. Y que frente a ellos había un equipo para el que un punto lo era todo.

Pensando en una incómoda visita a Mestalla, Zidane se guardó a la mayoría de sus efectivos de garantías. A los únicos jugadores capaces de dar sentido al juego de su equipo, Modric y Kroos, al central más estable, Raphael Varane, y a Keylor, el único portero de experiencia disponible.

David S. Bustamante/Soccrates/Getty Images

En su lugar envió a un equipo lleno de suplentes, entre ellos, un puñado de jugadores que han visto poco o nada de acción en la campaña. Y que ya sea por herrumbre o por torpeza, dejaron mucho que desear.

El primero Nacho. Un escandaloso error del central español dejó vendido a Luca Zidane, que disputaba su primer partido con el primer equipo en más de diez meses, y se fue encajando la misma cantidad de goles que en su debut.

Los merengues invitaron al Huesca a seguir creyendo en la salvación al minuto uno. En su primer llegada, el Chimy Avila dejó sembrado a Nacho, que se resbaló al tratar de cortarle la carrera, para poner un pase bordado al centro del área para Juan Camilo Alvarez, que no tuvo más que disparar con potencia para batir al segundo hijo del entrenador.

Suerte para Zidane que el Bernabéu todavía lo respeta y que ya lo agarró 'cansado'. Esta vez la cada vez más escasa afición (esta vez no llegaron a 50,000), ni siquiera reclamó con una rechifla.

Sus hombres no parecieron darse por enterados. Entre el desgano de algunos, y la falta de galones de otros como Brahim, que no le llegaba un balón ni solo frente al marco, el Madrid no iba a ningún lado. Trabajaban a destajo los de siempre, Benzema y Bale, pero poco sacaban de sus llegadas.

Pasó casi media hora hasta que encontraron, más que el hueco, el golpe de suerte, para marcar. Fue Isco quien puso el 1-1 y eso, al tercer contrarremate.

Respiró, algo, el equipo merengue que se acababa de salvar de la quema. El problema era que Huesca no dejaba de 'creer'. Y de intentar sorprender. Zidane, el menor, navegaba como podía y frenaba uno que otro embiste con bastante dignidad.

El equipo merengue pareció ver la luz por pura suerte ya bien entrada la segunda parte cuando Dani Ceballos se estiró cuanto pudo para poner el 2-1 con la punta del zapato después de que Benzema, probablemente fuera de lugar, rematara a pase de Gareth Bale.

El Madrid se hacía del otro lado. Benzema y Bale, reivindicados. Pero no habían aprendido la lección. Subestimaron, de nuevo, al conjunto aragonés, que inmediatamente se lanzó por el punto que significaba la diferencia entre vida o el olvido. No lo consiguió el Chimy por milímetros, cuando su disparo se fue demasiado alto, pero sí Etxeita. A 15' del final, el vasco sacó el mayor provecho posible de la torpeza merengue para defender un centro desde la izquierda y puso el 2-2.

La mayoría de los asistentes ni siquiera notaron la cubeta de agua fría que les acababa de caer encima. Llevan meses sin fe en este equipo. Nadie protestó.

En la cancha, buena parte de los de blanco seguían sin dar señales de vida o sangre en las venas. De suerte, aún estaban Marcelo y Benzema en la cancha. El primero que no ha dejado de 'mostrar' que, en realidad, merecía más que la condena del antiguo entrenador y el segundo que nunca deja estar porque no está en su naturaleza.

Solo así, con un remate de Benzema tras un cabezazo de Sergio Ramos prácticamente a centro del brasileño en el tiempo añadido, el Real Madrid pudo maquillar sus carencias. Arrancar una hoja del calendario y respirar. No por haberse salvado, sino porque solo quedan nueve jornadas de tedio.