El Atlético rescata un punto en casa ante el Eibar

MADRID -- El Atlético volvió a derrapar, víctima de sí mismo y la mala fortuna, pues lo que no fue una falla lo atajó Marko Dimitrovic dando el poco espectáculo que se vio en la mañana del sábado en la cancha del Wanda Metropolitano.

Apenas cosechó un punto de un empate 1-1 con gol en el último minuto frente al Eibar. Tan apurado, desesperado, que casi le supo a victoria.

Prensa Atlético Madrid

Otro tarde en casa, misma película. Atlético pone el poco futbol que se puede ver por el campo. Atlético intenta tener el balón. Hace lo posible para tener algo de solidez en la media - aunque no llega a tener la fortaleza de antaño. Pero no encuentra precisión en el último pase ni en la definición.

A medida que avanza el reloj - peor cuando el arquero rival tiene una de esas tardes en que todo le sale bien - acaba desesperado, encerrado y dependiendo de Jan Oblak para rescatar un punto. Y esta vez estuvo a segundos de hundirse con una derrota.

Eibar, que no había hecho gran cosa más allá de lanzarse alegremente al contragolpe en dos ocasiones sin probar a Oblak más que con un disparo lejano en 85 minutos, se encontró con una oportunidad tan absurda como circunstancial, cuando Sergi Enrich metió la pierna en un balón muerto después de una contra por la banda que ningún colchonero se molestó en prevenir.

La Liga, tan pronto como mediados de septiembre, empieza a escaparse de las manos del conjunto rojiblanco y su tortuoso proceder. Ya son tres partidos sin ganar en cuatro jornadas, con una derrota.

Esta vez quiso ser más vertical y dar profundidad a su juego. Pero los pocos hombres a las órdenes de Simeone tenían las mejores condiciones para ello tras los largos viajes por jornada internacional, y cuando llegaron a acertar en los últimos metros, se estrellaron con el arquero del Eibar.

Atlético vivió una tarde de gran frustración. Es la primera vez en la Liga que logran realizar cuatro disparos a puerta y no lograron conseguir nada.

Ni Saúl, que pudo abrir el marcador con un remate picado de cabeza, complicadísimo de parar, y que solo sirvió para que Dimitrovic se luciera.

No lo logró tampoco Antoine Griezmann, que en dos ocasiones vio al serbio quedarse con el balón en las manos. Y menos Diego Costa. El atacante de la selección no marca en la Liga desde febrero y hasta que se animó a disparar en la recta final del encuentro, aún con el 0-0 en el marcador, no había registrado un solo disparo a gol en toda la temporada.

No es culpa de Diego. No del todo. Atlético de Madrid llegó al partido con el dudoso honor de ser el equipo que menos había disparado a puerta en las tres jornadas anteriores. Apenas seis remates.

Tras el empate se va con once. El último, el que sacó el punto del canterano Borja Garcés. Enviado a la cancha ya como recurso de emergencia a ver qué rescataba. Ya es avance, al menos en el funcionamiento, pero ayuda poco a su causa. El Atlético, que un mes antes iniciaba la Liga como firme aspirante con "la mejor plantilla de su historia", no logra abandonar ese abismo profundo llamado 'media tabla'.