El Barça golea al Sevilla y es semifinalista de Copa

El croata marcó el tanto con el que se empató el marcador global entre Barça y Sevilla.
El croata marcó el tanto con el que se empató el marcador global entre Barça y Sevilla.
AFP

(Jordi Blanco, ESPN Digital) -- El Barcelona jugará las semifinales de la Copa del Rey después de avasallar a un Sevilla que se mantuvo en pie cuanto pudo, chocó primero contra Cillessen y se hundió después para caer, con la cabeza alta, por 6-1 en un partido soberbio del campeón. Sin discusión posible por más que los andaluces llegaron a soñar con el milagro en la recta final del partido.

Ernesto Valverde llamó en la previa a llenar el Camp Nou en previsión de una noche para recordar. Y no se equivocó. No obtuvo la respuesta esperada de la hinchada, que en poco más de 58 mil aficionados acudió al estadio... Pero acertó de pleno en que iba a ser una jornada especial.

El Barça pasó por encima del Sevilla como un vendaval, liderado por un Messi que ejerció su papel desde el minuto cero y catapultado por un maravilloso Cillessen, soberbio en los momentos clave, atajando dos remates envenenados cuando la eliminatoria estaba abierta y redondeando su particular exhibición con una parada magnífica al penalti lanzado por Banega con 1-0 en el marcador.

Sin empezar el partido ya se adivinó el argumento pretendido por Valverde, que presentó en el césped a su equipo de gala, absoluto y sin concesión ninguna a las rotaciones. Solo Ter Stegen vio el duelo desde el banquillo, sabiendo el protagonismo indiscutible de Cillessen, que en sus contadas actuaciones a lo largo de la temporada se empeña en convertirse en uno de los mejores porteros de Europa sin solución de continuidad.

Salió con todo el Barça y le plantó, de entrada, cara el Sevilla sin achicarse. A cada ataque azulgrana respondían los andaluces y dio la sensación de encaminarse la noche a un objetivo imposible... Hasta que Promes pateó de forma tan clara como inocente por detrás a Messi en el área y el penalti lo transformó Coutinho.

En menos de un cuarto de hora cambiaba el partido, se revolucionaba el Barça, perdía empuje el Sevilla y el Camp Nou se encendía con el ritmo endemoniado de los suyos. Pero fue, curiosamente, Cillessen quien le dio el empuje definitivo al equipo azulgrana. Salvó felinamente a Roque Mesa primero, a Andre Silva después y, por fin, a Banega, rozándose la media hora y rechazando con un vuelo espectacular el penalti lanzado por el argentino.

Esa jugada catapultó al campeón y dejó tocado al Sevilla, que a la media hora recibió el segundo mazazo con un pase profundo de Arthur que tocó lo justo Rakitic en el área para igualar la eliminatoria y convertir el estadio en una fiesta.

SIN FRENO... Y CON SUSTO

Salió el Barça en modo aplastamiento en la segunda parte, atropellando al equipo de Machín en todos los órdenes y masacrándole con dos goles en dos minutos: primero con un disparo magnífico de Coutinho y acto seguido con otro raso y cruzado de Sergi Roberto, tras recibir una asistencia mágica de Messi, desafortunado en el remate pero letal en la dirección.

El 4-0 dio una sensación engañosa. El partido estaba sentenciado, la eliminatoria resuelta, el Sevilla entregado y la fiesta preparada. No. Para nada. Si algo demostró el equipo andaluz fueron agallas y orgullo y arriesgándose a llevarse una goleada de escándalo quiso ir a buscar el milagro.

Coincidió con un rebaje del Barça que el Sevilla se estiró, comenzó a buscar el área de Cillessen y, de pronto, marcó Arana para poner picante en los 20 últimos minutos de la eliminatoria.

Se asustó el Camp Nou y lamentó que Soriano se empeñase en mantener la duda con dos grandes paradas, una de ellas excepcional a Messi, y que el 4-1 motivara un desemboque por todo lo alto, con el Sevilla buscando a la desesperada el gol mágico de su clasificación y el Barça empujando con todo, tanto por mantener el resultado como por ampliarlo gracias al descontrol táctico que ya se adivinaba en los andaluces.

Lo buscó con todo pero sin acierto el Sevilla y se mantuvo firme el campeón, apretando los dientes en una recta final de infarto... Hasta que Suárez embocó el 5-1 tras una grandiosa asistencia de Jordi Alba que cerró la discusión.

La noche, claro, la tenía que cerrar Messi. Concretando una jugada colectiva sobresaliente del equipo, un toque-toque magnífico que acabó con su gol, el 50 en la Copa, el 6-1 final... como el del PSG.

Lo dijo Valverde: Una noche para recordar.