El que se equivoca, pierde

MADRID (EFE) -- La victoria de Brasil en el partido disputado este sábado contra Inglaterra en Qatar bien podría describirse como una victoria para Carlos Caetano Bledorn Verri Dunga en la auténtica partida de ajedrez que planteó el italiano Fabio Capello.

Amistoso sólo en teoría, los Kaká, Luis Fabiano y Nilmar -autor del gol a los 46 minutos-, lograron imponerse a la auténtica maraña defensiva planteada por una muy ordenada y trabajada Inglaterra.

El partido sirvió, además de para hacer caja con los "petrodólares" qataríes, para probar a Thiago Silva, consolidar a Nilmar y para dejar claro a Capello que necesita a Steven Gerrard, David Beckham y Frank Lampard si quiere hacer un buen papel en el Mundial de Sudáfrica 2010.

Los brasileños demostraron, una vez más, que no son pentacampeones por casualidad y, aunque no hicieron un gran partido, les bastó un simple y repentino cambio en el guión: pase largo de Elano, internada y cabezazo de Nilmar.

Los ingleses presentaron una alineación de circunstancias que se cargó a los hombros el siempre peligroso Wayne Rooney, el único que parecía tener claro que a la hora de atacar el objetivo es la portería contraria.

Como si sólo buscaran mostrar al público qatarí algunos de los "clichés" de la historia del fútbol, los brasileños se dedicaron al toca para aquí, toca para allá, ante un grupo de ingleses, con aire italiano, ordenados, apretados, dedicados presionar y esperar.

Con la clase y la fuerza de Kaká como principal arma, los brasileños se empeñaron en atacar por el centro, lo que servía para dominar el partido, pero no para llegar con claridad al arco de Foster.

Los ingleses, con más balones largos y empuje que juego, sólo fueron capaces de inquietar la zaga "canarinha" de forma esporádica cuando alcanzaba a hacerse con el balón el rapidísimo Wayne Rooney, esta vez capitán de los suyos.

Pero eso formaba parte de los planes de Capello, que se retiró a los vestuarios en el descanso frotándose las manos, los sudamericanos habían caído en la trampa, atrapados en la "telaraña".

Sin embargo, el italiano asistió atónico a cómo el espeso partido que había planteado cambió por completo nada más comenzar la segunda mitad. Cuando todavía no se había cumplido el primer minuto, Nilmar cabeceó al fondo de la red un pase largo de Elano, una jugada que ya es clásica entre los brasileños.

De ahí en adelante, los sudamericanos se acordaron de las bandas, Elano y después su sustituto Daniel Alves comenzaron a hacer daño por la derecha, pero sobre todo Nilmar, al dejarse caer por la izquierda, se convirtió en un auténtico quebradero de cabeza para los ingleses y sobre todo para el lateral Wes Brown.

Precisamente un fallo defensivo del lateral derecho del Manchester United dejó sólo a Nilmar ante Foster, quien le hizo un penalti que, sin embargo, desperdició Luis Fabiano.

Los ingleses adelantaron las líneas y comenzaron a presionar la hasta entonces cómoda salida del balón brasileña, lo que, al menos, sirvió para recuperar más balones, aunque con la contrapartida de los espacios que ganó Kaká.

Con lo que tampoco contaban los de Capello era con las incorporaciones al ataque de los centrales Thiago Silva y Lucio, opciones que terminaron por desconcertar a los ingleses, más cuando el central del Inter de Milán disparó al larguero en el minuto 77.

A partir de entonces llegó un carrusel de cambios que, junto al cansancio de los futbolistas, sólo sirvió para desordenar el partido, abrir las oportunidades para los brasileños y mostrar la impotencia ofensiva de los europeos.