Se acabó el sueño blanco en Europa

LONDRES (EFE) -- El 'estilo Arsenal', una tendencia del fútbol basada en trabajar con futbolistas jóvenes y prometedores, acabó con el ciclo del mundo galáctico del Real Madrid, un equipo que tras su dura eliminación en Highbury comienza a partir de mañana una nueva era, con una regeneración importante de su plantilla a corto plazo.

El Madrid, eso sí, lo dio todo. Se entregó, con voluntad y espíritu guerrero. Pero el futbol juvenil, alegre, directo y vertical del Arsenal salió a flote. El fútbol europeo del futuro es de Cesc Fábregas, es de Kolo Touré y es de Eboué. Y de Henry, por supuesto.

López Caro apostó por Michel Salgado para detener a Reyes. En la ida, en el Bernabéu, Cicinho no vio nunca al sevillano. Y de ahí el cambio. Salgado jugó con intensidad y con casta. El otro enigma de la semana, lo resolvió López Caro alineando juntos a Ronaldo y a Raúl juntos.

Ronaldo tuvo el gol de inmediato. A los dos minutos se encontró con un balón claro que lo sacó Lehmann con reflejos. Esa jugada ilustró el mal momento del brasileño. Sin fuerza, sin fe, Ronaldo regaló al Arsenal un gol que podía haber sido decisivo.

El Madrid se vio desbordado por el ritmo del Arsenal. El fútbol del siglo XXI es velocidad. Y el Arsenal de Arséne Wenger es eléctrico y directo. Fue un avión. Mientras, enfrente al Madrid, con Zidane, Gravesen y Guti en la creación le costaba un mundo llegar al borde del área.

El fútbol español está de enhorabuena. Cesc Fábregas es la aparición más interesante y explosiva desde la llegada de Raúl al fútbol profesional. Lo tiene todo Cesc para mandar en el Arsenal y en el Mundial con la selección española. Es inteligente, aguanta la presión, es fiable en la entrega y encima es agresivo. Sin contar con un físico envidiable, del perfil de Vieira, Cesc dirige al Arsenal con autosuficiencia.

José Antonio Reyes tuvo el gol más claro a los 43 minutos. Mandó un balón al larguero dentro del área tras una jugada donde Sergio Ramos había cometido un error infantil. No fue el día de Ramos, al que aún le falta poso internacional. Ljunberg, Hleb, Henry. Los tres son dinámicos. Amagan y se van siempre.

En el Madrid, salvo la lucha de Raúl, que metió la pierna siempre sin miedo a pesar de su reciente lesión, pasó inadvertido. Tácticamente, el Madrid no supo aprovechar la debilidad de Flamini en el flanco izquierdo. No tuvo bandas nunca en el primer tiempo y eso ayudó al Arsenal, que tuvo en Senderos y en Touré a dos valores firmes en el centro de la zaga.

Tras el descanso, hubo intensidad. Fue un encuentro de ida y vuelta, con un derroche físico enorme del Arsenal. El equipo de Wenger sacó petróleo de su condición física. Eboué, por ejemplo, ilustra el prototipo de futbolista moderno, pletórico. Un atleta, en suma, que en el último cuarto de hora empujó al Real Madrid hacia el portal de Iker.

El Arsenal se adornó quizás en demasía en la última media hora. Disfrutó de ocasiones claras, aunque el balón más peligroso de gol lo tuvo Raúl, que mandó un balón al palo. Raúl se dio una auténtica paliza. Acaba de recuperarse de una grave lesión y se dejó el alma. Jugó 72 minutos y López Caro lo mandó a la ducha con el deber cumplido para dar entrada a Cassano.

El Arsenal perdonó. Fue mejor, pero lo pudo pagar caro. Nunca tuvo bandas el Madrid, no aprovechó el lado de Flamini y Robinho tuvo diez minutos para levantar el partido. López Caro confió en la 'vieja guardia'. No quiso arriesgar y dejó la responsabilidad en manos de los famosos 'galácticos', que se dejaron la piel hasta el último segundo.

El Arsenal, además, dio seguridad atrás con Lehmann extraordinario, tanto en el juego aéreo como en los balones rasos -sacó uno con veneno de Robinho al final- y en los lanzamientos de falta de Roberto Carlos y de Beckham, sin tino durante los noventa minutos. Que Raúl Bravo sea de lo mejor del Madrid no es una buena noticia para el equipo de López Caro.

El Arsenal, con los dos marfileños enormes -Eboué y Touré-, siempre fue valiente. Fue a por el partido y se coló en los cuartos de final con justicia, pues sacó con mérito un triunfo en la ida en el Bernabéu. El Madrid, eliminado de la Copa, de la Copa de Europa y con la Liga casi descartada, afronta dos meses duros de trabajo.