Salió el tiro del final

OPORTO (EFE) -- Un gol de Zlotan Ibrahimov cerca del final (m.85), cuando todo hacía presagiar el triunfo italiano, dejó un empate (1-1) entre Italia y Suecia que acerca al equipo sueco a los cuartos de final, mientras que complica las de uno italiano que se había reivindicado merced al criterio y personalidad de Andrea Pirlo.

Un empate que fue todo un "jarro de agua fría" para una selección italiana que jugó mejor, que incluso había gustado y que se había impuesto en todas las líneas a un rival que, quizás, salió demasiado conservador.

El técnico italiano Trapattoni, ante la falta del suspendido Francesco Totti, se plegó a las presiones mediáticas, y sobre todo de sus jugadores, revolucionando el once inicial con el denominado "módulo Milán": un rombo en el centro del campo, con Andrea Pirlo por delante de la defensa, Gattuso y el "talentino" Antonio Cassano más abiertos y extrañamente un Perrotta más avanzado. Delante Del Piero y Vieri.

Un esquema modificado al que en verdad practica el Milán, con el que nunca había jugado Trapattoni y que él mismo, en varias ocasiones, había prácticamente desechado al considerarlo "poco natural" para sus jugadores.

Se presentaba, pues, una Italia más ofensiva y con mejor espíritu de creación de lo habitual, fiada a los buenos pies y agilidad mental de Pirlo y a la "chispa", indolencia y frescura de Cassano. Y, sobre todo, menos especulativa y a la espera de lo que hiciera el rival.

Suecia, en cambio, no presentó más cambios en relación al excelente debut ante Bulgaria (5-0) que la baja del lesionado lateral Lucic, por lo que se retrasó la posición de Mikael Nilsson y entró Wilhelmsson. Ahí estaría después su "talón de Aquiles".

La mejoría de imagen de Italia se vio desde el inicio: Pirlo ordenaba, mandaba y ponía geometría al juego de un equipo que tenía en el rudo correcaminos Gattuso al jugador infatigable, generoso y que se bastaba y sobraba para pelear físicamente con el rival.

Italia, además, había salido herido por lo acontecido durante los últimos días, con una mayor determinación y con ganas de tapar bocas.

A Vieri pronto le empezaron a llegar balones bien servidos, no rifados como en el partido ante Dinamarca, y el delantero a los tres minutos ya dio muestra de que se encontraba más en su salsa.

Suecia distaba mucho de la que goleó a Bulgaria. Había salido algo conformista y estaba opaca, le costaba romper el centro del campo italiano y se veía agobiada y en dificultad. Pese a ello, Ibrahimovic desechó una excelente ocasión al disparar alto (m.13).

Italia, pese al susto, siguió mandando con el buen criterio de Pirlo y utilizaba las bandas para romper a su rival. Sobre todo por el lado de Zambrotta, cuya primera incursión pudo traer ya el primer tanto italiano si Del Piero (m.19) dentro del área hubiese acertado en el disparo; como poco después fue Vieri quien no atinó en remate de cabeza.

Las incursiones de Zambrotta por la banda izquierda además contaban con el apoyo de Cassano. Y es que el equipo italiano se dio cuenta de que por ahí estaba el punto débil de una defensa sueca que no tenía un especialista que cubriese la baja de Lucic.

El equipo sueco, en tanto, sólo se movía en ataque gracias a la rapidez de Ljungberg. Pero era poco y los temidos Larsson e Ibrahimovic apenas entraban el juego al no ser servidos; y cuando lo eran, Nesta se encargaba de poner de manifiesto su gran valor.

Curiosamente, pese a seguir machando Italia por la banda izquierda, fue por la derecha por donde llegó el 1-0: centro de Panucci y remate de cabeza, apenas rozando, de Cassano (m.37), quien había ganado la espalda a los dos centrales más preocupados de hacer la trampa del fuera de juego que de vigilar al rival.

Cassano tras e gol, su segundo en la selección absoluta, se volvió a la tribuna donde estaba su capitán romanista Totti con su novia y le lanzó un beso.

Apenas ocho minutos después, en una acción similar a la del tanto, pudo llegar el segundo tanto transalpino. Pero esta vez, Cassano remató de cabeza centrado y facilitó la parada del meta Isaksson.

En la segunda mitad, el conjunto italiano cedió algo de terreno a una Suecia, lógicamente, más ambiciosa. Pero la presión italiana producía continuos robos de balón y, con ello, lanzaba peligrosos contragolpes que pudieron haber terminado con el segundo tanto si Del Piero (m.55 y 57) hubiese tenido algo de la brillantez ante la meta rival que exhibió hace años.

Suecia tenía más el balón, pero era un dominio inútil. Su dúo de seleccionadores reforzó el ataque dando entrada a Mattias Jonson (m.66) y Allback (m.76), lo que fue correspondido por Trapattoni con ciertos aires de "amarre", al quitar entre otros a Cassano (m.69).

Al equipo sueco le seguía costando romper la presión rival y, cuando lo hacía, se estrellaba en el buen hacer de Nesta y, en especial, del meta Buffon, quien en el minuto 77 salvó a su equipo al desviar un disparo a bocajarro de Jonson.

Los minutos finales fueron de empuje sueco y de sufrimiento italiano. El empate estaba en el aire y llegó en una confusa acción dentro del área transalpina y donde Ibrahimovic (m.85) tocó lo justo ante Buffon. Los jugadores italianos pidieron falta previa sobre Zambrotta, pero el 1-1 subió al marcador y dejó helada a Italia.

La igualada castiga a una selección italiana que pagó dejar demasiado espacio al rival con unos cambios que rompieron la buena fisonomía dada hasta entonces y, ahora, ve complicada la clasificación. Suecia, en cambio, acaricia la clasificación.

SINTESIS DEL PARTIDO:

ITALIA (1): Buffon; Panucci, Nesta, Cannavaro, Zambrotta; Pirlo; Gattuso (Favalli, m.75), Perrotta, Cassano (Fiore, m.69); Del Piero (Camoranesi, m.81), Vieri.

SUECIA (1): Isaksson; Mikael Nilsson, Melberg, Jakobsson, Edman (Allback, m.76); Wilhelmsson (Mattias Jonson, m.66), Linderoth, Anders Svensson (Kallstrom, m.54), Ljungberg; Ibrahimovic, Larsson.

GOLES: 1-0. Min.37: Cassano, de cabeza; 1-1. Min.85: Ibrahimovic.

ARBITRO: Urs Meier (SUI). Mostró cartulina amarilla a Gattuso (m.39), Cannavaro (m.46), Edman (m.54), Zambrotta (m.58), Linderoth (m.74)..

INCIDENCIAS: Partido de la segunda jornada, Grupo C, de la Eurocopa "Portugal'2004", que se disputó en el estadio "Do Dragao" de Oporto, que contó con la presencia de unos 50.000 espectadores, con mayor afluencia de seguidores suecos.