Zizou le puso magia a un triunfo emotivo

LISBOA (EFE).-- Zinedine Zidane, con dos goles casi al final del partido (minutos 91 y 93), rescató a Francia de una derrota segura ante Inglaterra y le dio a su equipo tres puntos impensables, tal y como transcurrieron los noventa minutos.

De esta forma, Francia sumó los tres primeros puntos de la Eurocopa, a pesar del mejor juego de los británicos, que recordarán siempre el último y fatídico minuto y la figura de un genio capaz de los imposible como es Zinedine Zidane.

Peor suerte no pudo tener Inglaterra, que tuvo en sus manos sentenciar el envite a falta de un cuarto de hora para la conclusión. Beckham marró un penalti que oscureció su labor, muy buena hasta ese momento.

El partido no respondió a las expectativas creadas, que fueron muchas debido a la cantidad de estrellas que se reunieron en el césped del estadio de la Luz.

Era un partido sobrado de atractivos y ambas aficiones se encargaron de ponerlo de manifiesto con un ambiente espectacular en la grada.

La rivalidad histórica entre ambos países caló de nuevo en los espectadores y nadie quiso defraudar. Sin duda, la emotividad que los hinchas de los equipos transmiten a los jugadores desde la grada es difícil de igualar. Por eso son dos grandes selecciones, por el inmenso patrimonio que significa una afición fiel, que sigue a su equipo a todas partes.

En el césped se jugó otro encuentro, menos vibrante. Ninguno de los dos combinados renunció a su estilo. Para Francia, el toque, y para los británicos la velocidad y el pase largo y rápido al área.

Bajo estos parámetros, los "bleus" comenzaron dominando el partido, llevando la iniciativa del juego, con un Patrick Vieira en plena forma a la hora de sacar el balón jugado y de armar el ataque de su equipo.

Especial atracción tenía el duelo entre los dos capitanes. Los madridistas Zinedine Zidane y David Beckham. El envite particular entre ambos, que se saludaron con un beso al saltar al terreno de juego, se inclinó en el último minuto a favor del primero.

Zidane intentó tocar y distribuir como es costumbre en él, pero no lo consiguió. Beckahm fue contundente a la hora de defender por su banda y de nuevo letal en las jugadas a balón parado. Volvió a demostrar que es un gran especialista en los centros. No obstante, de su bota partió el primer tanto de su equipo.

Antes, Trezeguet pudo adelantar a Francia con un bonito cabezazo que salió rozando el poste derecho de James tras servicio de Viera, y también el inglés Steven Gerrard protagonizó una bonita jugada por la banda izquierda a la que poco le faltó para convertirse en gol.

El tanto tardó en llegar (m.38), pero fue una lección de practicidad. Falta en banda derecha que saca Beckham con maestría al área y Lampard remata de espléndido cabezazo a la red de un sorprendido Barthez.

Fue la locura entre la afición inglesa, que contagió el entusiasmo a sus jugadores. Fueron unos minutos de buen juego inglés y de desconcierto francés que, no obstante, no se tradujo en nada.

Tras el gol y pasados esos momentos, el encuentro siguió el guión que cabía esperar. Francia pasó a tomar el mando de forma definitiva e Inglaterra se dedicó a conservar la renta y a intentar rematar en algún despiste del rival.

Fue entonces cuando comenzó a lucirse Beckham con su repertorio a balón parado. Frecuentó los pases al área e, incluso, se permitió algún tiro de falta muy peligroso. Además, también trabajó, y mucho, a la hora de defender y sacar balones de su área. Le faltó la guinda al inglés, que oscureció su gran labor al fallar un penal que hubiera sentenciado el partido en el minuto 72.

No fue así, y cuando menos se esperaba, surgió el genio de Zidane. Primero con una falta magistral y después al transformar un penal cometido sobre Henry. Dos pinceladas de maestro y tres puntos no trabajados para su equipo, mientras en la grada la desolación de los ingleses era patente.