Fútbol Americano
César Hernández 60d

¿Triunfo de México marca un nuevo capítulo de la rivalidad?

Aprender a respetar al rival es una cosa, pero ¿qué ocurre cuando empiezan a cerrar la brecha que les separa en cuanto a talento y profundidad?


CARSON, California – Pasaron casi 14 años y 16 derrotas consecutivas; pero en la noche del lunes, la selección femenina de México se impuso a su par de Estados Unidos por primera vez desde 2010.

Gracias a dos goles espectaculares de Lizbeth Ovalle y Mayra Pelayo, El Tri Femenil alcanzó la punta de su grupo en la edición inaugural de la Concacaf W Gold Cup con su deslumbrante triunfo 2-0 sobre sus rivales del otro lado de la frontera. A pesar de la lluvia que cayó sobre el Dignity Health Sports Park y la ventaja sicológica de las estadounidenses (que tenían un abrumador récord 40-1-1 en la serie previo al encuentro del lunes), México no sólo encontró una forma de concretar su histórica victoria, sino que también fue un resultado totalmente merecido. Ansiosas, audaces e intrépidas (el seleccionador mexicano Pedro López calificó a su plantilla como un “lobo con piel de cordero” en la previa del torneo), las jugadoras estuvieron impecables, cerrando los ataques del rival, aplicando presión alta y crearon peligro a la delantera.

Apoyadas por una multitud de 11.612 asistentes en el Sur de California que a veces hicieron sentir que las mexicanas jugaron de local, demostraron que con cada avance, cada remate seguro desde la larga distancia y cada quite, El Tri Femenil estaba decidido a dar un golpe de autoridad.

“Creo que esta vez es un poco distinto”, expresó la delantera mexicana María Sánchez en la previa de la W Gold Cup sobre la rivalidad con Estados Unidos. “Sabemos que la historia entre ambas selecciones no había sido tan competitiva, pero creo que el crecimiento del fútbol femenino en Estados Unidos, ojalá, nos pueda acercar”.

“El grupo muestra un nivel más alto que en el pasado”.

Para la seleccionadora interina de Estados Unidos Twila Kilgore, el resultado fue una evidente señal de advertencia. “Eso demuestra lo lejos que está llegando el fútbol y que ya no hay partidos fáciles”, afirmó Kilgore. “Si no nos ocupamos de las cosas y no ejecutamos, esto es lo que podemos esperar”.

Con este resultado a la mano, ¿es el inicio de un nuevo capítulo de una eterna rivalidad Concacaf que ha sido desigual por mucho tiempo? ¿Ha sido el desarrollo de la Liga MX Femenil un factor significativo? ¿O será amor de un día, como su victoria de 2010?

Aprender a tomar en serio a las vecinas

Para entender mejor la trayectoria de la rivalidad y cómo podría cambiar, primero hay que repasar el último capítulo que incluyó la otra derrota del seleccionado estadounidense ante México.

A finales de 2010, Estados Unidos se preparaba para las eliminatorias mundialistas al sur de la frontera en Cancún. Según recuerda una de las jugadoras, lo asumieron más como un viaje para disfrutar de la playa.

“Suponíamos que la clasificación sería un paseo y nos permitimos perder la concentración. Fuimos a México, empezamos a bucear y nadar con los delfines”, indica Heather O’Reilly, ex internacional estadounidense que ganó un Mundial y tres medallas olímpicas de oro.

“No esperábamos que México saliera tan fuerte. Una lección muy severa”.

En un encuentro de semifinales que redundó en una invitación al Mundial Femenino 2011, México solo necesitó tres minutos para tomar ventaja 1-0 gracias a un tanto de Maribel Domínguez. A pesar de que las estadounidenses igualaron con un gol de Carli Lloyd en el minuto 25, la artillera azteca Verónica Pérez marcó el tanto triunfador 60 segundos después.

“Siendo totalmente sincera, en aquel momento no me di cuenta de la importancia que ese gol tuvo y sigue teniendo para México”, expresa Pérez, que antes del lunes era una de solo dos jugadoras de El Tri Femenil en marcar en partidos que terminaron en victorias sobre Estados Unidos. “Incluso después tardé en comprender la importancia de ese gol”.

Posteriormente, Estados Unidos avanzó al Mundial por la vía del repechaje. Sin embargo, las jugadoras indudablemente aprendieron una lección que las llevó a arrollar a México con 16 triunfos consecutivos.

“Debemos saber que siempre tenemos una diana en la espalda. Todos aman las historias del menos favorecido y a todos les encanta tumbar al mejor equipo de su pedestal”, indica Amy Rodríguez, ex jugadora del seleccionado estadounidense que participó en aquel revés de 2010. “No puedes descartar a nadie, y siendo la selección de Estados Unidos con esa diana gigante a las espaldas, sin importar quién sea el rival, nunca puedes tomar un partido a la ligera. Obviamente, México es uno de esos equipos que no quieres tomar a la ligera”.

Aprender a respetar al rival es una cosa, pero ¿qué ocurre cuando empiezan a cerrar la brecha que les separa en cuanto a talento y profundidad?

La Liga MX Femenil ayuda a cambiar el rumbo de la rivalidad

López se merece todo el mérito por inculcar una nueva mentalidad entre las jugadoras del seleccionado mexicano. “Si pasan las cosas que planificamos, somos capaces de ganarle a cualquiera”, indicó el técnico antes del torneo. Pero si hay un factor importante que ha elevado el nivel del combinado nacional en años recientes, es la Liga MX Femenil.

“En 2010, en México no había una liga profesional o competitiva para las mujeres”, expresa Pérez, que formó parte de la Liga MX Femenil entre 2019 y 2023. “[La liga] ha abierto el camino y tantas oportunidades para que las mexicanas se desarrollen como jugadoras. Tener esa estabilidad, estructura y organización que les permite entrenar todo el año”.

Desde su creación en 2017, la liga ha cambiado su filosofía inicial de solo fichar futbolistas nacidas en México para aceptar a titulares de dobles nacionalidades y, más recientemente, permitir el ingreso de extranjeras que han elevado constantemente el nivel de la incipiente competición. Esto, sumado a una cantidad creciente de jugadoras talentosas de la NCAA que buscan desempeñar papeles importantes que probablemente no puedan encontrar en la NWSL, junto con algunas cifras de asistencia deslumbrantes, el circuito está floreciendo a un ritmo que despierta emociones.

Aunque la plantilla mexicana repleta de figuras de la Liga MX Femenil que disputó el Concacaf W Championship en 2022 no pudo clasificar a la Copa del Mundo del año pasado, se suele olvidar que el Tri Femenil dificultó el camino de Estados Unidos durante la fase de grupos. Si bien es difícil decir que la decimosexta derrota consecutiva fue un paso en la dirección correcta, pudieron limitar a sus vecinas del norte a una reñida y sufrida victoria 1-0 que pudo concretarse con un gol en el minuto 89. Luego de perder sus siete compromisos anteriores por al menos tres tantos, el 2022 fue un paso en la dirección correcta para México y un preludio de que vendrían cosas mejores.

Para 2024, y con 10 jugadoras representando a la Liga MX Femenil en su XI titular, México pudo hacer la tarea contra Estados Unidos este lunes.

Ovalle, que puede ser considerada la mejor jugadora en la cancha, demostró su característico control del balón y poder en los remates que la han convertido en favorita de la afición de los Tigres. Reforzando la médula de México como capitana, Rebeca Bernal mostró la misma seguridad y dominio que suele exhibir con Monterrey. Pelayo marcó a larga distancia de idéntica manera a su par de tantos de este mes con el Club Tijuana.

“El fútbol femenino se hace cada vez más reñido y Estados Unidos no es tan dominante como antes, por eso veo un crecimiento exponencial emocionante en el deporte femenil y especialmente dentro de los equipos [de la Liga MX Femenil] en México”, indica Rodríguez.

Sumamos un grupo de jugadoras de la NWSL presente en la convocatoria y tenemos un equipo que no tiene nada que temerles a las estadounidenses.

“Ahora tenemos nuestra liga en México, más jugadoras mexicanas en la NWSL”, indica Sánchez, actual ficha del Houston Dash y exjugadora de Tigres. “Hay un crecimiento evidente que nos ayuda a todas en la selección mexicana”.

Estados Unidos sigue siendo la gran favorita de esta serie y no hay ningún indicio de que eso haya cambiado. Sin embargo, tal como lo evidencia el crecimiento del fútbol femenino, que cambia constantemente en el circuito Concacaf y todo el mundo, los equipos están empezando a alcanzar su nivel.

“Ha sido competitiva y lo seguirá siendo”, expresa Rodríguez sobre la rivalidad entre Estados Unidos y México. “Cuando ves la inversión y el desarrollo del fútbol femenino que avanza por todo el mundo, México no será la excepción y tendrá un equipo talentoso”.

Si el 2010 les enseñó a las estadounidenses que debían tomar a México más en serio, 2024 es un reconocimiento de que ya no pueden dar por sentado su dominio regional.

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