El partido, que se disputará en el estadio boquense "La bombonera", de Buenos Aires, es el más destacado de la sexta jornada del torneo Clausura, pero no ha despertado el entusiasmo de los aficionados como en anteriores enfrentamientos, cuando se batieron récords de taquilla.

Es que el miedo domina a los hinchas y las recaudaciones bajan jornada tras jornada debido a los enfrentamientos entre "barras bravas" rivales o por la represión policial, episodios de violencia que en lo que va del año han causado en los estadios locales cuatro muertos y decenas de heridos.

Las autoridades han anunciado que en caso de nuevos actos de violencia suspenderán directamente todos los torneos del fútbol local, tanto de la máxima categoría como los de ascenso, aunque para prevenir acciones vandálicas decidieron reforzar la seguridad dentro y fuera de los estadios.

Según lo anunciado por la Policía Federal, para el súper clásico de mañana se movilizarán 1.350 agentes que controlarán los accesos y las tribunas del estadio, en tanto la directiva de Boca Juniors informó de que contratará a una empresa privada de vigilancia para reforzar el operativo de seguridad.

En 1993, al término de un "súper clásico", la "barra brava" de Boca Juniors atacó a tiros varios autobuses y camiones que transportaban a hinchas de River Plate, episodio que dejó dos muertos y varios heridos y que derivó en un juicio que concluyó con duras condenas para los agresores.

En el aspecto estrictamente futbolístico, Boca Juniors no podrá contar con el habilidoso volante Juan Román Riquelme, lesionado durante el partido del miércoles con el uruguayo Wanderers por la Copa Libertadores de América, por lo que será sustituido por el también hábil Walter Gaitán.

"Riquelme es importante, hubiese querido tenerlo, pero lamentablemente no podrá jugar. Igual a River se le puede ganar sin Riquelme", dijo el uruguayo Oscar Washington Tabárez, el entrenador boquense, ante la ausencia obligado del conductor y estratega del equipo de la casaca auriazul.

Por el lado de River Plate, que lidera el torneo con 13 unidades, cuatro más que su rival de mañana, reaparecerán dos hombres claves en el esquema ofensivo: Ariel "Burrito" Ortega, recuperado de una lesión, y Eduardo Coudet, quien cumplió una jornada de suspensión por acumulación de tarjetas amarillas.

Ramón Díaz, el técnico riverplatense, reconoció que una de sus asignaturas pendientes es ganar en "La bombonera" y sostuvo que en el partido de mañana "la enorme presión" la tendrá Boca Juniors, no sólo por su condición de local, sino porque está cuatro puntos debajo de River Plate.