Claro que lo que vale se vivió el sábado. Por fin aparecieron todos los cracks del Madrid a pleno. Y cuando el equipo más lo necesitaba. Porque el Betis salió a jugar con un desparpajo inusual, pero lógico si se mira las características de sus futbolistas. Impresionantes Joaquín por la derecha y Denilson por la izquierda, volvieron locos a la defensa blanca. Lo que pasa que los sevillanos no tienen a un matador ahí adelante y por eso metieron un solo gol cuando merecieron más.

El Madrid quedó vivo después del envión del Betis y ahí fue cuando deslumbraron sus estrellas. Primero Raúl, que recibió un pase de Helguera y definió al primer palo para empatar. Después Luis Figo, que transformó un penal que le cometieron a Roberto Carlos.

Más tarde Zinedine Zidane, con la mejor jugada del partido, una maravilla típica del francés. Controló un pase con maestría, se fue en velocidad, dejó a un rival en el camino con un quiebro, tiró una pared con Ronaldo y definió al rincón. Y por último el que faltaba: Ronaldo. Le cometieron un penal a él y Figo le cedió el penal. Pero el brasileño lo pateó como un nene de cuatro años. Sin embargo, el arquero dio rebote y ahí se resarció: amagó y dejó a Prats despatarrado y definió con el arco libre.

Los títulos al día siguiente fueron los esperados. El Marca puso en su portada: "All Star". Y El País tituló: "Mano pesada". Pero no todo fue felicidad, ya que Fernando Hierro sufrió una lesión en los ligamentos de la rodilla derecha y deberá estar más de un mes y medio de baja.

PELEAN SIN PEGAR
La Real Sociedad, el Valencia y el Deportivo, primero, tercero y cuarto de la Liga y los que lucharán con el Real Madrid por el título no pudieron pasar del empate. Y en algunos casos… gracias que empataron.

El líder, es cierto, mereció algo más contra el Espanyol. Porque aunque en el primer tiempo haya estado muy espeso y no haya podido quebrar a la poblada defensa catalana, en el segundo se puso las pilas y desbordó a su rival. Sólo le faltó conseguir el gol.

El técnico Reynald Denoueix dijo después que "no me preocupa el punto sino el juego. Jugando un poco mejor lograremos volver a sumar de a tres". Lo mejor para los vascos fue el elogio que le dedicó el técnico rival. Javier Clemente aseguró: "La Real es candidato al título. Primero porque sigue arriba, segundo porque es un equipo fuerte y tercero porque sólo tiene la Liga y los otros juegan la Champions".

El campeón visitó al último y se puede decir que no hubo diferencias entre uno y otro. Y si las hubo fueron a favor del Recreativo de Huelva.

Al Valencia no le duró demasiado su afán por ganar. Empezó bien, pero se fue diluyendo hasta que se apagó del todo después del golazo de Raúl Molina. El delantero del Recre se escapó por la derecha, le enganchó a su marcador y la colocó en el palo más lejano de Cañizares.

En el segundo tiempo el Valencia intentó remontar pero sin demasiado convencimiento. Y el Recre estuvo a punto de liquidarlo, pero esta vez Raúl Molina no supo acertarle al arco cuando ya no estaba Cañizares y sólo lo tapaba Roberto Ayala. El delantero sí le acertó al defensor argentino. El fallo se hizo más doloroso cuando Fabio Aurelio, una vez más, clavó un tiro libre en el ángulo. Terminó festejando el campeón, pero un punto es poquita cosa.

El Depor, mientras tanto, está pasando un momento delicado. Después de perder con el Mallorca por la Copa del Rey en casa, también sufrió contra el Osasuna en La Coruña. Pero lo peor no son los resultados, sino el clima que se está viviendo.

El Osasuna se adelantó tras un tremendo fallo de su arquero Juanmi y enseguida fue expulsado Diego Tristán. Pero el Depor tiene mucho poder y empató Makaay. El holandés consiguió así un record muy particular: metió el gol 1.500 en la historia de los gallegos. Pero la curiosidad se agranda si se cuenta que Makaay también había metido el 1.300 y el 1.400.

Sin embargo, cuando el Depor buscaba el triunfo, Javier Irureta sacó a Makaay para poner a Capdevila, un lateral, y se ganó los silbidos de la gente. Después el técnico afirmó: "El público siempre tiene razón y hay que aceptarlo. Pero… manda huevos". El otro involucrado, Makaay, prefirió la ironía. Hace un tiempo ya había criticado a Irureta y éste lo mandó al colegio de entrenadores. Entonces, esta vez el holandés optó por decir: "No puedo opinar porque no tengo título de técnico".

UN CAMBIO PARA POCO Y NADA
Luis Van Gaal ya es historia vieja. Ahora es tiempo de Radomir Antic al frente del Barcelona y muchos pensaban que todo cambiaría inmediatamente. Esos muchos se entusiasmaron con el Barcelona del primer tiempo. Pero se olvidaron de que al partido le faltaba una parte.

No hay que engañarse porque el Barcelona se haya puesto 2 a 0 rápidamente. Enfrente, el Athletic de Bilbao parecía no haberse enterado y regaló los dos goles, más allá de las buenas definiciones de Javier Saviola y Mark Overmars.

Sin embargo, de ahí en más fueron los vascos los dueños de la pelota y el Barcelona ni siquiera pudo salir de contraataque. En la segunda parte, el dominio del Athletic tuvo premio y en ocho minutos empató el partido. Para ello colaboró Juan Pablo Sorín. El lateral argentino debutó oficialmente y lo hizo muy bien, tanto que se ganó unos cuantos aplausos. Pero cometió el penal que significó el descuento y empañó su actuación.

Después del empate se vio a un Barcelona similar al dirigido por Van Gaal, fundamentalmente por la poca reacción que tuvo. El ingreso de Juan Román Riquelme por Mendieta no resolvió nada. El argentino anda como desmotivado y así no le sirve al equipo. Y el equipo, que no sabe muy bien lo que tiene que hacer, tampoco le sirve a él.

La mejor noticia para el Barcelona fue que el Athletic se dio por hecho con el empate y no buscó más. Porque si no… Pero es la única buena, porque la tabla amenaza más que la semana pasada. Sigue decimoquinto, pero el descenso está más cerca. Y si el domingo pierde el derby con el Espanyol puede meterse de lleno en esa zona.

El Marca tituló: "Otro naufragio". Y El País: "El Barca sigue en coma". Sin embargo, Radomir Antic, como todos los técnicos confundidos, prefirió echarle la culpa a… "la suerte, fue lo único que nos faltó".

¡QUE MONO!
La mayoría de los medios le adjudica el gol del Sevilla a un error de Germán Burgos. Pero eso no es del todo cierto. Lo que es verdad es que el Mono se equivocó al no retener un centro sencillo. Pero esa pelota que se le escapó y se paseó por la línea, no llegó a superarla. Y como el juez de línea vio gol, el gol del Sevilla hay que adjudicárselo a un error del línea y no al arquero argentino.

Eso sí: en lo que coinciden todos los medios es que Germán Burgos fue la estrella del domingo, el mejor jugador de la fecha. Y las razones sobran: en el primer tiempo evitó cuatro goles para que el Atlético de Madrid se fuera al descanso 0 a 0. Y después del 1 a 1 salvó dos veces más a su equipo con paradas inverosímiles.

"El show del Mono Burgos", titulan casi todos los diarios. Y Germán les da la razón diciendo: "Hacía tiempo que no me divertía tanto en una cancha". Con respecto a la jugada polémica el arquero aseguró: "No entró, si hubiera entrado no tendría problemas en reconocerlo. El línea también se puede equivocar".

EL RESTO DE LA JORNADA
El Mallorca no pudo aguantar el ritmo de la Copa del Rey y se topó con un Celta muy inteligente. Primero para sostener con una buena defensa los embates locales y después para rematarlo. El gran héroe fue el brasileño Edu, que metió el primero de cabeza y el segundo con un derechazo que se clavó en el ángulo de Leo Franco. También se puede destacar la actuación de Gustavo López. Moviéndose por la derecha sirvió el primer gol y mandó un tiro al palo.

Pasito a pasito y sin hacer mucho ruido el Villarreal se aleja del descenso y ya se codea con la zona Uefa. En el triunfo ante el Valladolid tuvieron mucho que ver dos argentinos: Martín Palermo, que fue muy vivo y se dejó enganchar por Albano Bizzarri y éste por cometerle un penal innecesario, ya que el Loco no tenía posibilidad de tiro franco. Lo metió Jorge López y el Villarreal aguantó la ventaja hasta el final.

El paraguayo Gustavo Benítez se arriesgó y aseguró: "Si no salvo al Rayo Vallecano me retiro". Y empezó bien: debutó con un empate en la cancha del Alavés y esta semana le ganó 2 a 1 al Málaga jugando muy bien. En los andaluces sólo se puede destacar el golazo de Darío Silva de tiro libre. Pero llegó demasiado tarde…