Hubo éxodo pero no llegadas

Con la partida de Alfonso hacia el Betis, son siete los jugadores que dejaron el club en el receso, y todavía no hubo incorporaciones

BARCELONA -- El Barcelona se ha desecho de un nuevo jugador, Alfonso Pérez, en su alborotada política de disminuir los gastos de las nóminas de sus futbolistas, pero sigue inoperante en la concreción de fichajes, a falta de menos de una semana para que Louis van Gaal empiece a trabajar con sus jugadores.

Alfonso, quien el jueves por la noche selló su cesión con el Betis por una temporada, es el sexto jugador que abandona el club. Antes del adiós del delantero madrileño, las bajas barcelonistas han sido las siguientes: Sergi Barjuán (Atlético de Madrid), Abelardo Fernández (Alavés), José Manuel Reina (Villarreal) y Francesco Coco (Milán) y Mikel Arteta (Glasgow Rangers).

Además de esta media docena de futbolistas, el Barcelona entregó el viernes la carta de libertad al meta francés Richard Dutruel, quien firmará por tres años con el Alavés.

Con esta nueva baja, el Barcelona cerrará las despedidas, ya que es más que probable que el enésimo intento de desprenderse de Dani García no fructifique, ya que el atacante ha hecho reiteradamente oídos sordos a las ofertas que se le han presentado y al deseo del equipo catalán de que cambie de aires.

Dani tiene un nuevo motivo para aferrarse un año más, que se une a la trillada justificación de que quiere triunfar en el Barcelona, y es que el delantero considera que con Louis van Gaal, artífice de su contratación, se le entreabre mínimamente la puerta de la titularidad, pues no en vano fue el holandés quien publicitó sus cualidades y sólo con él el rendimiento del jugador estuvo a un gran nivel en su ya larga estancia en el club.

Otra de las bajas que deseaba firmar el Barcelona era la de Gerard López, uno de los jugadores más caros de la historia de la entidad, que en dos temporadas ha pasado como alma en pena por el club, por su bajo rendimiento y sus reiteradas lesiones, con sus consiguientes inacabables recuperaciones. No obstante, Van Gaal ha confirmado que le dará una nueva oportunidad.

Igual que Dani, el Barcelona volverá a tener en nómina un año más a Gerard, a la espera de la consolidación definitiva de un jugador al que el conjunto catalán paga a precio de oro los escasos minutos que ha jugado.

A pesar de que las negociaciones de las bajas parece concluida, al Barcelona le puede surgir un gran problema con sus extracomunitarios, debido a que la actualidad cuenta con cuatro (Saviola, Rivaldo, Rochemback y Geovanni), que en la presente temporada es el límite que la Liga permitirá que se inscriban.

El problema se presentará realmente con el fichaje que parece que cristalizará en breve, como es el del argentino Juan Román Riquelme.

La llegada del centrocampista del Boca Juniors obligaría al Barcelona a emprender una acción impopular en su plantilla. El joven Geovanni tiene todos los números para ser el descartado, con una cesión a otra entidad, a la espera de que Javier Saviola se nacionalice.

En la semana que más expectativas se habían originado en torno a las contrataciones que el Barcelona deseaba consolidar, la decepción se ha impuesto entre un amplio sector del barcelonismo, que observa atónito cómo, a diferencia de otras temporadas, las salidas de jugadores no se compensan con entradas en la misma proporción.

En cada inicio de temporada, el Barcelona emprende largos recorridos como si de un tren de pasajeros se tratase, al que se suben docenas de pretendidos jugadores y con la misma cadencia se apean de sus vagones.

En el eterno recorrido de esta pretemporada, Fabricio Coloccini, Mark van Bommel, Hernán Crespo, Juan Sebastián Verón, Ulrich Ramé, Jimmy Floyd Hasselbaink, Gaizka Mendieta, Cristián 'Kily' González y docenas de futbolistas más han subido al tren de las posibilidades, pero en el final del trayecto sólo un pasajero, que debe estar harto de pasar por el mismo recorrido una y otra vez, llegará al final, como es Juan Román Riquelme.

El 'sí' definitivo parece un hecho después de dos temporadas mareando la perdiz entre las tres partes (jugador-representantes, Boca y Barcelona). No obstante, el temor que se respira en algún sector del barcelonismo es que la contratación de Riquelme responda más a una cuestión de sentimentalismo, como se interpretó el año pasado con el fichaje de Saviola, que a una necesidad efectiva para el equipo.

Van Gaal, contrariado por la situación, vive un desconcierto idéntico al que acosó a Carles Rexach el año pasado con el caso Saviola.

Ninguno de los dos se ha manifestado en contra del fichaje del argentino (Riquelme y Saviola, respectivamente), pero no le han dado prioridad.

La directiva, por contra, entiende que la prioridad es la ilusión en la afición. Y parece que así será; Riquelme vendrá, le guste o no a Van Gaal.

-EFE

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