Ahora sí toca fondo

La última derrota sufrida por el Barcelona en campo de la Real Sociedad ha dejado al equipo azulgrana en una delicada situación en la Liga, en la que es décimo, con varios equipos que amenazan con pasarle en la tabla y a nada menos que diez puntos del liderato

BARCELONA -- La última derrota sufrida por el Barcelona en campo de la Real Sociedad (2-1) ha dejado al equipo azulgrana en una delicada situación en la Liga, en la que es décimo, con varios equipos que amenazan con pasarle en la tabla y a nada menos que diez puntos del liderato, que ocupa precisamente el conjunto vasco.

Las cuatro victorias, cuatro empates y cuatro derrotas conseguidas en las doce primeras jornadas de Liga suponen el peor balance del Barcelona en un inicio de campeonato en los últimos 23 años. Para encontrar un bagaje idéntico en las doce primeras jornadas hay que remontarse a la campaña 1979-80 (también cuatro victorias, cuatro empates y cuatro derrotas). Y para hallar uno peor hay que retroceder hasta la campaña 1971-72 (tres victorias, cuatro empates y cinco derrotas).

El equipo catalán, que tiene más cerca la zona de descenso (a seis puntos) que el liderato (a diez), anda muy lejos de las estadísticas firmadas por Louis van Gaal en las tres temporadas de su primera etapa en el banquillo azulgrana, y también del balance de sus sucesores en el banquillo, Lorenzo Serra Ferrer y Carles Rexach.

Y lo peor es que el equipo catalán ha ido a menos, ya que ha sumado un solo punto en los últimos tres partidos (derrotas ante el Deportivo y la Real Sociedad fuera de casa, y empate ante el Real Madrid en el Camp Nou). El Barcelona se ha visto incapaz de superar hasta ahora a los equipos de arriba de la tabla en los enfrentamientos que ha mantenido con ellos. Ha perdido ante la Real Sociedad (primero) y el Betis (quinto) fuera de casa y sólo ha podido empatar en el Camp Nou frente al Real Madrid (séptimo) y el Atlético de Madrid (octavo).

Lo malo es que el calendario le depara tener que jugar en lo que resta de la primera vuelta contra el segundo (Mallorca), el tercero (Valencia), el cuarto (Celta) y el noveno clasificados (Málaga). Las cuatro victorias conseguidas en la Liga han sido contra equipos que ocupan peor posición en la tabla: el Athlétic de Bilbao (undécimo), el Villarreal (duodécimo), el Alavés (decimoquinto) y el Espanyol (decimoctavo).

Y todavía tres de ellos deben enfrentarse al Barcelona: el Sevilla (decimoséptimo); Rayo Vallecano (decimonoveno) y Recreativo (vigésimo). La preocupante situación en que se encuentra el equipo catalán en el campeonato español contrasta con su idílica marcha en la Liga de Campeones, en la que ha ganado los nueve partidos que ha disputado hasta ahora.

El propio Louis van Gaal, que siempre ha sostenido que la Liga española es la más potente del mundo, era revelador a la hora de explicar cómo puede cambiar tanto la marcha del equipo en ambas competiciones. Según el técnico holandés, lo que sucede es que los rivales que ha tenido el Barcelona en la Liga de Campeones ocuparían la parte baja de la tabla en caso de competir también en la Liga española.

Van Gaal, que siempre suele adaptar su sistema y los jugadores que utiliza a las características del juego de los equipos rivales, se ha mostrado muy variable en sus planteamientos en los últimos partidos, desconcertado sin duda por la incapacidad para arrancar buenos resultados. Hay una distancia abismal entre el equipo de obreros que jugó la primera parte del encuentro contra el Bayer Leverkusen del pasado miércoles (Gabri García, Fabio Rochemback, Gaizka Mendieta o Thiago Motta) y el de jugadores más ofensivos que empleó en la segunda mitad (Juan Román Riquelme, Javier Saviola y Marc Overmars).

Contra la Real probó un equilibrio entre ambos onces (jugaron Riquelme y Saviola, en detrimento de Rochemback y Mendieta), pero el resultado no fue nada bueno y el mejor del conjunto catalán fue, paradójicamente, su portero Roberto Bonano. Entre prueba y prueba, sólo cinco jugadores han sido hasta ahora indiscutibles para Van Gaal: los defensas Carles Puyol y Fernando Navarro, los medios Xavi Hernández y Phillip Cocu, y el delantero Patrick Kluivert. Mendieta, otro de los fijos hasta ahora, perdió ayer esa condición, que también tenían antes de lesionarse Luis Enrique Martínez y Frank de Boer.

En los mutables esquemas de Van Gaal, han pasado los tres porteros por la titularidad (Víctor Valdés, Robert Enke y Roberto Bonano), Reiziger ha entrado en el once tras pasarse el primer tramo de la temporada en el ostracismo y Gabri García ha jugado más de lo que ha estado en el banquillo, aunque siempre como el comodín que ha tapado huecos dejados por otros jugadores en diferentes posiciones.

Pero donde las dudas de Van Gaal han sido mayores es en ataque, ya que dos de las estrellas del equipo, los argentinos Juan Román Riquelme y Javier Saviola, han pasado de la titularidad a la suplencia y viceversa, sin que hubiese una explicación clara de tanto cambio. Marc Overmars, que sale de una larga lesión en la rodilla derecha, se ha sumado a las opciones de ataque en los últimos partidos, aunque sólo ha sido utilizado como revulsivo en las segundas partes. Con esos constantes cambios en ataque, el Barcelona está atravesando una preocupante sequía goleadora, ya que sólo ha marcado tres goles en los últimos cinco partidos de Liga, en los que ha encajado cinco.

Un gol de penalti de Riquelme contra el Villarreal, otro de Fernando Navarro al rematar de cabeza un lanzamiento de falta y un tercero de Patrick Kluivert en jugada personal son muy poco para cinco partidos. La última derrota contra la Real Sociedad ha escocido mucho al entrenador del Barcelona y ha dejado más interrogantes sobre la mesa.

Ayer el técnico se permitió hablar por primera vez de que algunos de los errores cometidos por su equipo pueden deberse a una "falta de calidad" en la plantilla. Habrá que ver en los próximos partidos contra quién apunta la famosa libreta de Van Gaal.

- EFE


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