Para Riquelme no fue tan grave

El ex Boca, acostumbrado a jugar superclásicos calientes en la Argentina, minimizo los incidentes en las tribunas del Camp Nou

BARCELONA -- Juan Román Riquelme, acostumbrado de su etapa en Boca Juniors a los clásicos argentinos frente a River Plate, empleó un tono de normalidad para describir los incidentes del Barcelona-Real Madrid que, a su entender, no fueron tan graves como para seguir hablando hoy de ellos.

"Para mí no fue nada nuevo", manifestó Riquelme cuando se le preguntó sobre la polvareda que ha levantado el lanzamiento de objetos al portugués Luis Figo, que obligó a detener el partido durante más de diez minutos.

El ex de Boca dijo estar "acostumbrado de Buenos Aires" e insistió en que le había parecido algo de lo más normal en encuentros de máxima rivalidad. Juan Román Riquelme estaba tan habituado a reacciones como las que protagonizan en Argentina las temidas 'barras bravas', como se conocen a los radicales en su país, que ni siquiera pudo analizar las declaraciones de su presidente, Joan Gaspart, quien entendió que Figo provocó a la grada, porque no se fijó "en lo que hacían los madridistas".

Riquelme, forzado quizá por esa costumbre, fue de los pocos que centró su análisis en el terreno meramente deportivo. "Fue un partido muy cerrado", señaló. El argentino admitió con cara de decepción tras su primer clásico español que "las ocasiones de gol fueron muy pocas" y que "el encuentro no fue muy lindo".

Juan Román Riquelme creía antes de medirse al Real Madrid que sería un duelo "con más situaciones de gol", pero ya ha aceptado que "estos partidos nadie los quiere perder". El discurso fue similar cuando otro argentino -los dos jugadores que comparecieron ante los medios fueron de esa nacionalidad-, Roberto Bonano, analizó lo sucedido en el clásico. Bonano fue todavía más crudo que Juan Román Riquelme, para lo que recordó que en Argentina recibió cinco puntos de sutura tras recibir una pedrada.

"Es normal un clima así en un clásico, porque la gente quiere exteriorizar su pasión", manifestó el guardameta, que también fue elocuente cuando se le planteó la posibilidad de que se clausure el campo: "No tengo experiencia en hechos así en esta Liga, aunque si tengo que hablar por mi experiencia argentina allí no se cerraría el campo". Roberto Bonano entiende desde este punto de vista que Luis Figo provocó a la afición e insistió en que el lanzamiento de objetos no es comparable con el que se produce en su país, "quizá no en número, pero sí en contundencia".

Bonano cree que Luis Figo ejecutó con lentitud los saques de esquina y que acompañó el momento con gestos a la grada, aunque consideró que es difícil para un jugador controlar sus reacciones en un duelo de la máxima tensión.

Al guardameta barcelonista, de todos modos, le sorprendieron los incidentes en un estadio del que tenía entendido que era "de los más seguros", y consideró que él, en el lugar de Figo, también hubiera lanzado los córners si el técnico se lo hubiese ordenado en el vestuario. Como Riquelme, Bonano prefiere analizar lo acontecido desde un punto de vista exclusivamente deportivo y, al hacerlo, subraya el dominio del Barcelona "durante sesenta o setenta minutos".

Del nuevo revés sufrido con el empate ante el Real Madrid en la Liga, el argentino explicó que la plantilla es "la primera en admitir que las cosas no acaban de funcionar, sobre todo en casa".

Bonano y el resto de jugadores tendrán mañana jornada festiva, a la espera de preparar el martes el debut en la segunda fase de la Liga de Campeones, con la excepción de los lesionados Philippe Christanval y Luis Enrique Martínez, que se ejercitarán en las instalaciones barcelonistas.

-EFE


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