Volvió a Japón y el Real Madrid festejó

Ronaldo volvía a la misma cancha en donde se había reencontrado consigo mismo, a la cancha en donde se había consagrado como campeón del mundo hace nada. Y ahí, en esa misma cancha, se transformó en el principal responsable para que el Real Madrid sumara su tercera Copa Intercontinental

EL BESO TAN DESEADO
El astro brasileño Ronaldo con la Copa Intercontinental
MADRID -- A veces el fútbol tiene estas cosas. Volvía Ronaldo a la misma cancha en donde se había reencontrado consigo mismo, a la cancha en donde se había consagrado como campeón del mundo hace nada. Y ahí, en esa misma cancha, se transformó en el principal responsable para que el Real Madrid sumara su tercera Copa Intercontinental.

Ya había pasado la mini presión inicial del Olimpia paraguayo y el conjunto español era el dueño de la pelota. Y de las llegadas. Pero nadie remató. Hasta que, claro, la oportunidad la tuvo Ronaldo. Fue un pase de Roberto Carlos que Raúl dejó pasar para descolocar a los centrales. Así de fácil como parecía, así definió Ronaldo.

Justo él, el último mega crack del proyecto de Florentino Pérez. Puede que los hinchas del Real Madrid lo silben dentro de seis domingos si no la sigue metiendo. Pero en Oriente Ronaldo empezó a devolver lo que pagaron por él. Para esto el presidente del Real Madrid apuesta por este tipo de futbolistas distintos: para que aparezcan en las grandes citas con todo su esplendor.

Ya había sucedido con Zinedine Zidane, que tras una correcta primera temporada, la culminó enchufando aquella gran volea al Bayer Leverkusen por la final de la Champions League. Así que lo que empezó el francés, lo terminó Ronaldo. Un cierre de lujo para el Centenario, que no fue perfecto sólo porque el Deportivo La Coruña le birló la Copa del Rey.

Estaba muy presente todavía entre los integrantes del Real Madrid la derrota con Boca hace dos años. Aquella tarde de gloria de Martín Palermo dolió mucho en la capital española. Y aunque ningún jugador habló de revancha, el ánimo era ése. "Somos concientes de que con Boca se nos escapó el título en 10 minutos", avisó Raúl antes de advertir: "Pero ahora tenemos más experiencia".

El Real Madrid supo aprender de sus errores y eso, para un equipo semejante, es un mérito doble. Muchas veces tildados de soberbios, esta vez los blancos sacaron a pasear su calidad pero con humildad. Así que las declaraciones paraguayas que decían que "adentro de la cancha somos once contra once" se quedaron sólo en eso.

Porque el Real Madrid se mostró tan poderoso como lo refleja su plantilla, algo que no siempre suele hacer. Pero este partido tenía otras connotaciones, por lo que había pasado con Boca y porque los españoles se cansaron un poco de que se diga que a los sudamericanos les interesa ganar la Intercontinental más que a los europeos.

Tuvo el Olimpia un par de oportunidades muy claras para empardar el gol de Ronaldo. Todo lo demás, fue del Madrid, de punta a punta. Y por eso la sensación que quedó fue que los paraguayos la sacaron muy barata. Y Tavarelli, su arquero, tuvo mucho que ver en el comienzo del segundo tiempo. En ese lapso el Madrid fue un aluvión que hizo delirar a los japoneses. Y seguro que en esos momentos los jugadores de Olimpia habrían querido ser espectadores para disfrutar y no sufrir.

Cuando el árbitro brasileño pidió la pelota y selló el final, el Real Madrid siguió comportándose como un grande. Sus jugadores festejaron muy moderados y enseguida fueron a saludar a sus rivales. Sabían que habían cumplido con su deber. Jugaron sin menospreciar al de enfrente y ganaron con la comodidad que se suponía si se comparaba jugador con jugador.

Al llegar Ronaldo, en el ambiente del fútbol flotaba la sensación que los blancos serían un equipo imbatible. Pero se sabe que eso es imposible. Sin embargo, ya van dos finales y dos títulos: Supercopa e Intercontinental. Los detractores podrán decir que en la Liga anda a los tumbos y que arrancó la segunda fase de la Champions perdiendo con el Milán.

Sin embargo, para la conclusión de ambos campeonatos falta un rato largo. Así que el Real Madrid tiene tiempo de sobra para encarrilar la situación y llegar a las instancias decisivas en condiciones de definir. Y si se las toma tan en serio como ante el Olimpia puede quedarse con todo, tal como se preveía desde la llegada de Ronaldo.

CHRISTIAN COLONNA es periodista deportivo especializado en fútbol desde 1991. Se ha desempeñado como colaborador de la agencia DYN, redactor del diario Clarín y editor del diario deportivo Olé, todos de Buenos Aires. Cubrió, entre otros eventos, la Copa América 95, el Mundial de Francia 98 y varias finales de la UEFA Champions League. Actualmente es corresponsal de Olé en España y columnista de ESPNdeportes.com.

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martes, 03 de diciembre