"Estoy tranquilo. Es verdad, uno quiere jugar siempre, pero espero con calma mi momento y trabajo para volver a jugar. No soy de los que tiran continuamente de la chaqueta al técnico para jugar ya que no lo considero justo. Es él quien debe decidir cuando debo entrar", dijo Salas en conferencia de prensa.

El chileno, que la temporada pasada, su primera como juventino, la pasó prácticamente en blanco por una grave lesión, no ha contado mucho en las alineaciones del técnico Marcello Lippi, pese a la baja del francés David Trezeguet (lesionado desde julio a octubre).

Tampoco Salas saltó al terreno de juego el pasado martes, al lesionarse Di Vaio (m.12), en la Liga de Campeones, pues el entrenador prefirió al ya recuperado Trezeguet.

"Es lógico que el martes haya pensado que podía entrar tras el percance de Di Vaio. Pero cuando vi que le tocaba a Trezeguet también me puse contento ya que somos amigos y porque él, tarde o temprano, debía volver", apuntó.

Salas, asimismo, se ha mostrado satisfecho de los sesenta minutos que disputó en la Supercopa Italiana ganada por el Juventus Turín al Parma, en partido jugado este verano en Trípoli.

"Estoy contento de lo que hice en ese tiempo, pues marqué un gol legal que se me anuló y ofrecí la asistencia que permitió a Del Piero anotar uno de los tantos. En Empoli (jugó 90 minutos, en Liga) me fueron peor las cosas, pero fue importante ya que jugué mi primer encuentro entero tras la lesión. Me falta el ritmo de juego, eso sí", apuntó.

Salas, al serle preguntado sobre cuanto durará su paciencia, dijo: "La paciencia nace del respeto por el técnico y por los compañeros. Es verdad que no es infinita. Pero de aquí a la reapertura del periodo de fichajes (enero) hay tiempo para evaluar las cosas".

"Se habla del Barcelona, de otros clubes españoles y de Inglaterra como mis posibles destinos. Pero yo estoy en el Juventus, que no es precisamente un 'equipillo'. Y sabía que aquí el interés colectivo es superior al personal, como debe ser", apunta.