Ahí se han encajado, y no unicamente el habitat es normal para ellos, sino para todos los demás. Uno de ellos es el de la irregularidad de los equipos. Aparece cada ocho días en por lo menos uno de los clubes que saltan a jugar a la cancha y parece que no tiene combate posible. Es como las gripes. Hay que aguantarlas, resignarse, y esperar a que se vayan.

Los ultimos casos, que ya no son sorpendentes por la frecuancia con que aparecen, registran por ejemplo a los Tigres, que un día le metieron seis goles al Celaya y ahora pierden por cuatro frente a una de las ofensivas mas inocuas del circuito, que es la de Chivas. Con circunstancias y todo, el recibir cuatro tantos del Guadalajara debe ser motivo de guardar cama durante dos días y esperar a que la fiebre baje.

Ese mismo Celaya goleado, se levantó para ligar puntos. Venció en casa al Monterrey, y ahora derrotó a domicilio a Pachuca con un equipo que parecía muerto porque no tiene mucha gente que corra, y sin embargo se movió a tal grado que lo hizo de manera convincente.

Fue un partido en el que volvió a ponerse de manifiesto que cada vez cuesta mas a los técnicos ejercer su autoridad sin reclamos de por medio. Diego Latorre, que fue retirado del campo a veinte minutos del final, montó en cólera y no le aceptó un abrazo a Carlos Leonel Trucco, que aguardaba por él en la zona técnica.

Así se interpretó igualmente el gesto de Sebastián Abreu, que cuando fue informado desde la banca que abandonaría el terreno, le hizo la seña a José Luis Trejo de que no hiciera el cambio. A fin de cuentas, el "loco" marcó un gol mas para amarrar el 3-1 de Cruz Azul a Santos Laguna y terminar -hablando de irregularidades- con las tormentas que les dejó la derrota en casa la semana pasada frente al débil San Luis, cuyo ténico, Juan Antonio Luna, separó del plantel a Andrés Silva porque le dedicó insultos al ser cambiado en la presentación del equipo en casa.

Y así podemos seguir haciendo el repaso. Toluca perdió lo invicto en Monterrey con diferencia clara de tres a uno en el enfrantamiento de dos mundialistas del 78: Ricardo Lavolpe y Daniel Passarella. Gallos Blancos sufrió, pero estuvo a punto de ganarle a los Pumas en Ciudad Universitaria, con un nuevo desliz de Hugo Sánchez, quien afirmó que el motivo por el que su equipo no levanta, es que todos ven a Pumas como el Real Madrid mexicano y se matan mas que contra cualquier otro con tal de ganarle. El injusto empate a uno de un partido que debieron ganar los universitarios, lamentablemente erróneos en el último toque, afectó en demasía la cabeza del penta pichichi.

En toda esta epidemia, hay un equipo que no ha sido infectado. El América ha librado sus primeras cinco presentaciones con igual número de victorias, la última de ellas convincente y demoledora frente al Atlante, cuyo plantel no alcanzó pese al esfuerzo a evitar un sonoro cuatro a uno en contra.

Las Aguilas figuran como un campeón dispuesto a renovarlo todo. Su defensiva gana en seguridad y su delantera es implacable. Ha sorteado con éxito las duras visitas al Jalisco para verse con las chivas y a la comarca para enfrentar a Santos. Es temprano para pronosticar algo, pero su inusual regularidad lo hace distinguido luego de seis jronadas, con un partido pendiente frente a Pachuca, que fue aplazado en su momento.