José Antonio García, presidente del club, informó lo anterior tras señalar que desde principios de temporada buscó inculcar entre los jugadores "que no se hablara contra los árbitros, me extraña de (Edgar Ulises) Rangel, que es un árbitro serio, bueno y que está reiniciando su carrera porque viene de una lesión. Ojalá que esto no se repita y que haya respeto mutuo".

El directivo manifestó que árbitros y jugadores son parte del futbol y a cambio de mandar una protesta "lo que vamos a hacer es pedir una plática con el señor Edgardo Codesal, con los muchachos, con el técnico en la que haya algunas inquietudes y preguntas de parte de algunos jugadores de cómo se maneja el criterio. Creo que eso sería benéfico para nosotros".

Expuso que sin tener la certeza plena puede darse el caso de que algunos elementos tengan mala fama y que los árbitros corran la voz para advertir del comportamiento de ese elemento.

El argentino Roberto Trotta, capitán del cuadro azulgrana, denunció que el silbate Edgar Ulises Rangel lo insultó a él y a su compañero José Manuel Abundis el domingo anterior en el partido frente al Atlético Celaya.

El presidente atlantista rechazó que estas actitudes de los árbitros sean excusa para desconcentraciones. "El jugador tiene que salir a la cancha a ganar y a dar su máximo esfuerzo olvidándose de que está el árbitro".

El técnico de Potros de Hierro, Miguel Herrera, aseguró que está de lado de sus jugadores, aunque les ha advertido que "si nosotros hacemos lo que tenemos que hacer dentro de la cancha que son los goles, pues no pasa nada".

Recordó que como jugador se metía mucho a discutir con los silbantes, pero conforme avanzó su carrera se dio cuenta de que no ganaría una batalla. "Que los árbitros hagan su trabajo, y nosotros haremos el nuestro dentro de la cancha, que es concretar las oportunidades que se nos presentan para poder sacar los resultados".

Con más de diez años como jugador, "al menos en mi carrera nunca me tocó que un árbitro me insultara, sí discutía fuerte con ellos porque yo también era bastante molesto dentro de la cancha".

Dijo que las palabras del silbante Edgar Ulises Rangel no fueron propiamente insultos, sino comentarios en tono de burla, según lo que le dijeron Trotta y Abundis, y al respecto solicitó de los árbitros que hagan valer su autoridad pero que no se llegue al autoritarismo.