Un técnico hecho en México

Por CÉSAR JUÁREZ
Agencia Récord


Veintitrés años de vivir en México y una larga historia dentro del balompié nacional son sus principales cartas de recomendación. Ricardo Antonio La Volpe es sin duda uno de los técnicos que mejor conoce el futbol mexicano desde sus entrañas y cuyos equipos que mejor espectáculo han brindado.

Apasionado, perfeccionista y amante del buen juego son las características del argentino que llegó a México en 1979 para jugar con el Atlante. Su carrera como técnico la inició en el extinto Oaxtepec y de ahí vinieron más equipos, siendo en Atlante donde alcanzaría su primer y único campeonato como estratega en la temporada 92-93.

La Táctica
Ricardo La Volpe siempre ha gustado de que sus equipos brinden espectáculo dentro del campo y además sean efectivos. En una época donde el futbol es tratar de recibir el menor daño posible y apretar al rival como una manera de defensa, el argentino apuesta por el ataque y el buen futbol.

Plantea a sus equipos con un simple 3-5-2 que bien se puede ver en otros equipos, pero su sellos se nota por la ambición y despliegue que ofrecen sus dirigidos. La prueba más reciente es el Toluca del Apertura 2002.

Poca gente atrás
Tres defensas bien plantados atrás que en un momento dado pueden sumarse al ataque; dos volantes de contención que además de recuperar balones saben distribuir el juego a sus compañeros ofensivos; dos carrileros de un constante ir y venir, que igual desbordan hasta la línea final o pican en diagonal al centro del área, que regresan a apoyar en labores defensivas. Un enganche que se desempeña como el cerebro del equipo, el jugador que le da la pausa y el toque preciso; y finalmente dos puntas letales, uno un centro delantero clavado con potencia en el arranque y precisión en el cabezazo y otro más veloz que acompañe al compañero y sepa definir.

Se dice sencillo, pero La Volpe ha sabido cómo hacerlo en más de veinte años como entrenador.

Los entrenamientos
Para Ricardo, el dirigir no es un simple trabajo, lo vive con pasión y lleva al límite su perfeccionismo. En los entrenamientos dedica bastante tiempo a la táctica. Una y otra vez realizar la misma jugada, ya sea un centro a balón parado o una jugada de contragolpe, para alcanzar el punto exacto al que desea llegar. Si la jugada no sale como él quiere, se repite hasta que quede convencido, pues nunca queda conforme, y eso habla de su mentalidad.

Muy poco tiempo le concede a los partidos interescuadras, para él lo importante es que los jugadores ejecuten con sincronía las jugadas que tiene en sus planes.

La Motivación
Si en un momento dado nota que el jugador se encuentra bloqueado dentro de la cancha para entender sus conceptos, recurre a lo más sencillo: explicar lo que desea en un pizarrón. Si repetir una jugada en un amplio lapso de tiempo no le funciona, recurre a la tiza y a la pizarra para mostrar los movimientos y toques que desea. Todo sin mayor complicación.

El trabajo con jóvenes
Sin duda, el punto fuerte de La Volpe es el trabajo con los jugadores jóvenes. Sabe cómo llevarlos para que alcancen su máximo potencial dentro del campo. En su larga carrera como entrenador ha dirigido a jugadores que han llegado a la Selección Mexicana y que gracias a sus conceptos, pudieron acoplarse a distintos estilos de futbol.

Impulso a grandes alturas
Llevar a los jóvenes a su más alto nivel no es muy complicado para el argentino, pues su secreto radica en trabajar más tiempo con ellos. Después de los entrenamientos, La Volpe gusta de quedarse a practicar una o dos hora más para que los novatos vayan tomando confianza y seguridad en su forma de juego.

Quizá el mejor ejemplo del trabajo con jóvenes es en su paso por el Atlas, a quien tomó en el Invierno '97 hasta el Verano 2001, llevándolos a la Final del Verano '99 donde cayeron en penales ante Toluca. La camada de jugadores encabezada por Rafael Márquez, Juan Pablo Rodríguez, Miguel Zepeda y Daniel Osorno es la muestra del trabajo de hombres de poca edad por parte de La Volpe.

El trato humano
El lado humano es otro aspecto importante en su labor de director técnico. Mucho se ha hablado de su carácter a la hora de dirigir, pero también resalta su disposición para dialogar con los jugadores. Isaac Mizrahi, arquero del Necaxa y que estuvo bajo su conducción durante siete años respalda este hecho.

"El trato es bueno, obviamente de repente si es una persona explosiva, pero en general el trato es bueno. Tenemos comidas semanales con él, no eran comidas obligatorias, eran en un restaurante y si querías ir, siempre había diálogo dentro y fuera del campo. Si en el campo tenías alguna duda, te acercabas a él e inmediatamente te la resolvía", afirma el portero.

Su carácter explosivo ha sido punto de crítica, pues los deseos de perfección los llevan ser apasionado en su forma de dirigir, pero por las palabras de Mizrahi, su forma de ser moldea el carácter de los jugadores para llegar al máximo.

Quien está positivo hacia la persona que le habla absorbe todo, sea joven o experimentado. Si es una persona mediocre y cerrada obviamente siempre va a estar a la defensiva y en contra. El es como cualquier ser humano, se molesta, se irrita, por ahí pega un grito y ese grito hay que llevarlo por el buen camino", afirmó.

- Agencia Récord

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