¿Hector Cúper está engualichado?

El técnico argentino no encontró motivos para celebrar su centenar de partidos al frente del Inter y, eliminado por su máximo rival (1-1), se quedó sin una tercera oportunidad para conquistar el torneo

MADRID -- El técnico argentino Héctor Cúper no encontró motivos para celebrar su centenar su partidos al frente del Inter y, eliminado por su máximo rival (1-1), se quedó sin una tercera oportunidad para conquistar la Champions League.

Al entrenador argentino le espera, ahora, un duro futuro, porque deberá luchar por asegurar el segundo puesto en la Liga italiana, mientras sus críticos ahondan en la leyenda de su supuesta incapacidad para culminar su trabajo.

Porque el entrenador de Chabas, que presenta unos números muy favorables con el Inter (52 victorias, 26 empates y 22 derrotas), tendrá que vivir, al menos otro año, con el cartel de segundón. Perdedor de la Liga en la última jornada, el año pasado, y luchador por el pobre honor de concluir segundo el campeonato italiano esta temporada.

A Cúper, que ha ganado una Copa Conmebol con el modesto Lanús y dos Supercopas españolas (Mallorca y Valencia) y ha clasificado al Inter para una semifinal de la Copa de Europa por primera vez en 21 años, le continuará persiguiendo el recuerdo de la finales perdidas.

Permanecerá por encima de sus éxitos, la Copa del Rey perdida con el Barcelona, la Recopa que no ganó con el Mallorca, las dos Ligas de Campeones que se le escaparon con el Valencia y la penosa eliminación frente al Milán.

Cúper volverá a estar, como en su película favorita, "solo ante el peligro". No se hablará del Inter como de la "Cuperativa", apelativo que se ganó el Lanús cuando él lo dirigía por su juego de equipo, sino de su excesivo conservadurismo, de su aversión a las "estrellas"

Se le agiganta, además, la sombra de otro compatriota, Helenio Herrera, con el que se le comparó nada más llegar a Milán.

Entonces, hace dos temporadas, se aseguró que el máximo dirigente del Inter, Massimo Moratti, había tratado de emular lo que hizo su padre Angelo, treinta años antes.

Moratti fichó un entrenador argentino amante del orden y de la disciplina para devolver al Inter a la época dorada de los años sesenta, cuando fue una referencia en el continente de la mano del "Mago".

Y Cúper dejó pronto claro que, por muchas "estrellas" que acumulase el equipo, no le temblaría el pulso para dejar en el banquillo o sustituir a quien no se adaptase a su filosofía.

"El buen fútbol es una estrategia y una táctica que un entrenador tiene en su mente, pero que no siempre es posible hacer correctamente sobre el campo. No es un cuestión sólo de técnica o de actitud ofensiva", dijo al sentar las bases de cómo debe jugar su equipo.

El técnico argentino se le volverá a culpar de la marcha del brasileño Ronaldo al Real Madrid y de no juntar a Christian Vieri, Alvaro Recoba y Hernán Crespo en el ataque más que en contadas ocasiones.

Cien partidos después de ocupar el banquillo del Inter, al entrenador argentino no le queda más que su trabajo, porque sabe que en el fútbol no sirve encomendarse a la Providencia (El Señor tiene cosas más importantes en las que pensar", ha afirmado).

-EFE


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